
La Ley de Medios y la batalla por la hegemonía del poder
Por Conrado Yasenza*
1- Minimización de la Ley de Medios
Suenan corceles y clarines en
estos tiempos de batalla cultural. En los meses previos a lo que se ha
denominado como el 7D (por el 7 de Diciembre), es decir, el día en que vence el
plazo, según el fallo de la Corte Suprema de la Nación, para que las empresas
de medios de comunicación audiovisuales presenten ante la Autoridad Federal de
Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) sus propuestas de adecuación a La
Ley de Medios, el cuestionamiento acerca de
la importancia de esta fecha y sus implicancias con relación al
cumplimiento o no de la Ley por las empresas de medios, en especial por el
Grupo Económico-Empresarial Clarín, ha cobrado un vigor no exento de
singularidades dentro del campo nacional y popular, y en particular, en algunos
medios afines al Gobierno. Se ha minimizado la importancia política que
contiene en sí la disputa por el respeto y el cumplimiento de una Ley
democrática, que recogió los 21 puntos planteados por la Coalición por una
Radiodifusión Democrática, y que luego fuera discutida durante un año en
cientos de foros institucionales, comunales, cooperativos, hasta llegar a la
sanción de la Ley por ambas Cámaras del Congreso de La Nación, y aprobada
finalmente por amplias mayorías.