08 abril 2013

Alejandro Kaufman/ Sobre el silencio y las palabras: Vaticano y dictadura

Sobre el silencio y las palabras: Vaticano y dictadura
 
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Por Alejandro Kaufman

En el nuevo formato de La Tecl@ Eñe Página Web

Edgardo Mocca/Francisco, la demagogia y los nuevos desafíos.

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En el nuevo formato de La Tecl@ Eñe: Página Web


Francisco, la demagogia y los nuevos desafíos.



La unción de Bergoglio como Francisco fue definida como el advenimiento del papa de los pobres. ¿Es un programa de reubicación histórica de la iglesia católica o una fórmula demagógica de ocasión? Parecen preguntas importantes porque interpelan al “ser de las cosas”. Tal vez, en algún nivel –subjetivo, moral- sean efectivamente importantes; más discutible es su pertinencia en el análisis político.

Por Edgardo Mocca*
(para La Tecl@ Eñe)

Palabras de ahora​/Perla Sneh

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En el nuevo formato de La Tecl@ Eñe: Página Web.


Palabras de ahora



La tradición laica Argentina, al parecer olvidada en estos días de hablas perfumadas, pródigas en voces que pretenden encubrir la violencia en juego es menos virtud teologal que tiro por elevación a una zarandeada “soberbia”. Pero -ya lo decía Freud- no hay que ceder en las palabras; uno empieza cediendo en las palabras y termina cediendo en la cosa misma. Por eso hay que insistir: decir pobres no es decir oprimidos, caridad no es justicia social.  En la lengua argentina, juicio o memoria no son abstracciones del humanismo universal, son enormes conquistas políticas.

 
Por Perla Sneh*
(para La Tecl@ Eñe)

El pensamiento “adentellato”/Horacio González



El pensamiento “adentellato”

La bergoglización del liberalismo argentino no sostiene ninguna conversación interesante, sino que se adosa a la mansedumbre previsible de un Pérez Esquivel y a la menos previsible, pero real, de un Leonardo Boff. No por el hecho que nos sorprendan y provoquen un modesto estupor, dejamos de criticarlas, y por la vía de lo que sería la enorme conversación de tono más bien coactivo que es la Iglesia, tampoco dejamos de comprenderlas. Pero la conversación en la que estamos pensando es portadora de sus propios obstáculos y es la que está en condiciones reales de apartarse de los elementos coactivos que en todo acto de habla están presentes.

Por Horacio González
(para La Tecl@ Eñe)


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01 abril 2013

La Tecl@ Eñe Nuevo Formato: Página Web en Abril (N° 57)

Queridos amigos/as, lectores/as: 

En Abril estrenamos nuevo formato. Este número de La Tecl@ Eñe (Abril) saldrá con nuevo formato: Página Web   
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Esperamos que mejore la calidad visual y dinámica de la revista con este formato. La calidad de los textos está garantizada. 

Escriben: 

Horacio González, 
Edgardo Mocca, 
Perla Sneh, 
Jorge Giles, 
Alejandro Kaufman, 
Enrique Carpintero, 
Rodolfo Yanzon,
Ricardo Rouvier
Carlos Raimundi,
Edgardo Adrián Form
Hugo Presman, 
Ezequiel Adamovsky
Miguel Molina y Vedia, 
Rubén Dri, 
Norberto Colominas,
Rubén Américo Liggera
Ricardo Forster, 
Rodolfo Braceli, 
Constanza Carrazco,
Sebastián Hernaiz
Flavio Crescenzi,
Raúl Isman
Alfredo Grande 
y Roberto Caballero. 

En Abril, N° 57 de La Tecl@ Eñe nuevo diseño (ya, en las próximas horas). Los esperamos. Saludos. Conrado Yasenza.

28 diciembre 2012

Especial Ley de Medios/Virtudes y dilemas de las Políticas de Comunicación en la Argentina de la LSCA/Por Santiago Marino


Virtudes y dilemas de las Políticas de Comunicación en la Argentina de la LSCA

Por Santiago Marino*

(especial para La Tecl@ Eñe)


El sistema de medios de radiodifusión Argentina se ha caracterizado, históricamente, por su estructura privada y comercial, con acciones estatales que tendieron, en la mayor parte de los procesos, a beneficiar esta lógica. Desde el advenimiento de la democracia, la ley de radiodifusión fue modificada para permitir la creación de conglomerados, permitir el ingreso de capitales extranjeros y reforzar el sistema basado en la búsqueda lucro. El resultado muestra que la concentración de propiedad de los medios creció de manera constante, y cada nuevo gobierno reforzó la estructura heredada.
Luego del estallido de la crisis de 2001 que implicó el final del gobierno de la Alianza, la gestión de Eduardo Duhalde mantuvo en la radiodifusión las condiciones que derivaron en beneficios a los privados, aunque los mayores efectos de su implementación en el marco regulatorio se materializó después de la entrega del mando a Néstor Kirchner y durante su mandato hasta 2008, cuando cambió la lógica al menos en la regulación.

Especial Ley de Medios/“Era la mejor y la peor de todas las épocas”/ Por Martín Rodríguez


“Era la mejor y la peor de todas las épocas”

Por Martín Rodríguez*
(especial para La Tecl@ Eñe)


Días calurosos de palacio, calle y televisión. Un diciembre auténtico. Tema flotante la “ley de medios”, que incluye varios tipos de reacciones dentro del murmullo que me constela: 1) el fervor, 2) la indiferencia, 3) la percepción de que el “primer plano” de esto pone bajo la alfombra otros problemas más urgentes o profundos (este punto, el más demagógico, sufre que a la hora de decir “cuál” tema queda afuera de agenda se haga un blanco en la mente; mucha sobre-politización crea niebla). La fuerza de las contradicciones funge como extorsión diaria. Y un poco de ese modo funciona la historia: sobre la presión de definir qué es lo importante, lo “de fondo”, lo principal que está en juego. La agenda es darwinista: ganan los más aptos, los más fuertes, siempre. Para tiempos así recomiendo seguir en twitter al revelador Martín Becerra (@aracalacana) quien, todos los días con novedades judiciales, permite en una serie de tuits separar la paja del trigo informativo.  

Especial Ley de Medios/Corporaciones ¿en qué sentido?/Por Horacio González


Corporaciones ¿en qué sentido?

Por Horacio González*

(especial para La Tecl@ Eñe)



                Va y viene entre nosotros la expresión “corporaciones”, que resulta ser una formidable interpretación, y según el caso, una recusación muy enfática de las instituciones que se cierran sobre sí mismas, reagrupándose en torno a sus intereses primarios o particularistas. En los últimos tiempos, por obra de la intensa lucha por el poder que recorre a la sociedad argentina, se expandió el término corporaciones con el sentido de un obstáculo a la libre circulación de iniciativas sociales y obstrucción de un ideal universalista de ciudadanía.

Especial Ley de Medios/El Rey está desnudo: Poder y visibilidad/Por Ari Lijalad


El Rey está desnudo: Poder y visibilidad

Por Ari LIjalad*

(especial para La Tecl@ Eñe)

Ese día aún no había cumplido aún 85 años. Fue el 30 de mayo de 2012. Salió de un edificio judicial porteño, donde el Cuerpo Médico Forense analizó los documentos que presentó para justificar su ausencia días antes de los Tribunales Federales de Jujuy. En su cara se reflejaba la conciencia de su poder. Y de su prontuario. Se trata de un engranaje tan vital como desconocido de lo que Rodolfo Walsh llamó la “miseria planificada, sólo posible mediante la alianza cívico militar donde los primeros pusieron las ideas y los segundos la represión y el terrorismo de Estado. Un hombre que fue fundador del Ateneo de la Juventud Democrática Argentina, el semillero de los funcionarios civiles de las dictaduras militares del siglo XX,  y anfitrión de las tertulias en el Club Azcuénaga. Un empresario que, en 1966, durante la dictadura encabezada por el general Juan Carlos Onganía, pactó con los militares el Operativo Tucumán, por el cuál un convoy de 13 aviones aterrizó en Tucumán, cerró 7 ingenios,  dejó 5.500 trabajadores en la calle y volcó toda la economía de la zona hacia el ingenio La Merced, casualmente, de su propiedad. Un Operativo que fue el laboratorio de las políticas económicas y represivas que su amigo José Alfredo Martínez de Hoz aplicaría, junto al dictador Jorge Rafael Videla, 10 años más tarde, pero esta vez en todo el país. Un cómplice del terrorismo de Estado, cuando el 27 de julio de 1976, durante “La Noche del Apagón” en el pueblo de Ledesma, fueron secuestradas decenas de personas, y este hombre puso a disposición instalaciones de su ingenio para la represión.

Especial Ley de Medios/El grupo se queda sin balas/Por Ricardo Rouvier


El grupo se queda sin balas


Por Ricardo Rouvier*
(especial para La Tecl@ Eñe)


Evitaremos, en esta nota, entrar en la hojarasca jurídica alrededor de la ley de medios audiovisuales.  Es evidente, que esa maraña  ha sido pensada para que sea entendida por una pequeña elite; y  que sea inalcanzable para los simples mortales, y que haya que recurrir a ellos cuando es preciso.  Siempre la referencia a El Proceso, esa extraordinaria novela de Kafka  es atinada para poder ejemplificar los vericuetos procesales que terminan ahogando la equidad, y  que ponen en compartimentos estancos  a la justicia separado  de la verdad.

Especial Ley de Medios/Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: un antes y un después/Por Carlos Raimundi


Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: un antes y un después



Por Carlos Raimundi*
(especial para La Tecl@ Eñe)


1.      El texto y el contexto

La llamada Ley de Medios significó un antes y un después en el país. Desde su proceso de creación y su tratamiento parlamentario, hasta las propias dificultades y trabas jurídicas, representan un enorme salto de calidad en el debate público de la Argentina. Y si bien otras medidas del gobierno también han contribuido en este sentido, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es quizás la más emblemática porque pone como eje de la discusión política la cuestión del poder real.
La Ley dice cosas muy importantes en su texto, vinculadas a la regulación del espectro audiovisual, pero tal vez lo más profundo sea el con-texto de debate que se abrió a partir de su discusión. Esto nos ha permitido ingresar en una circunstancia única e histórica en la Argentina, que es la posibilidad de evidenciar cuestiones de la propia naturaleza de la política, tales como dónde reside el poder, quién lo detenta y cómo se ha venido ejerciendo en las últimas décadas.

Especial Ley de Medios/Lo que la batalla por la Ley de Medios oculta/Por Rubén Dri


Lo que la batalla por la Ley de Medios oculta

Por Rubén Dri*
(especial para La Tecl@ Eñe)


El ser humano siempre sospechó que detrás o debajo de lo que aparece a primera vista hay algo que se oculta  y al cual se siente ligado, y, en consecuencia, busca descubrirlo, pero al mismo tiempo le teme. Atracción y repulsión, ansiedad y miedo. Como un imán se siente atado a ese secreto que se rehúsa mostrarse.
Sin esa tendencia a descubrir lo que se sospecha que está debajo de lo que se ve no habría habido filosofía ni ciencia, pero sin ese miedo a lo que estaría en lo oscuro no habría habido tanta represión al saber.  Conocer el bien y el mal es ser como Dios, pero entonces el paraíso está perdido.
Los griegos fueron los grandes maestros del develamiento del secreto o de los secretos que se ocultan detrás de lo que aparece, de las apariencias, de lo primero que se muestra. Ese desocultamiento siempre intentado, nunca logrado plenamente, mueve la historia.
Hegel discurría que en el necesario develamiento de lo oculto se procede por pasos. Lo oculto primero “parece”, hace su primera aparición que resulta ser sólo un “parecer” que oculta un verdadero “aparecer” que viene luego. No es un simple velo de Maya que engaña, porque detrás del parecer hay un verdadero “aparecer”.

Especial Ley de Medios/Dos palabras sobre los complejos beneficios de la Ley de Medios/Por Oscar Steimberg


Dos palabras sobre los complejos beneficios de la Ley de Medios


Por Oscar Steimberg*
(especial para La Tecl@ Eñe)

Nada de lo que se dirá en estas pocas líneas es nuevo. Pero refiere a aspectos y efectos de la Ley de Medios de los que se habla poco, o como si fueran sólo detalles pequeños del asunto. Creo que así pasa siempre con los motivos de fuerte confrontación o discusión: se simplifica el conjunto para concentrar los recursos del ataque o la defensa. En relación con la Ley de Medios se habla, por ejemplo, de libertad de expresión, y entonces de la libre elección, producción y circulación de diferentes contenidos (de la noticia, de la comunicación o la opinión). Pero si se trata de los efectos de la Ley de Medios (además, audiovisuales, lo que hace la cuestión más compleja y difícil), ¿el problema puede ser sólo de libertad de expresión, opinión e información?

Especial Ley de Medios/El sentido común de la democracia/Por Jorge Giles


El sentido común de la democracia


Por Jorge Giles*
(especial para La Tecl@ Eñe)


Se dice con propiedad intelectual que el monopolio de la comunicación es el que liga y representa a los demás monopolios vigentes en esta etapa del capitalismo.
Para asaltar bancos y saquear financieras precisan de una buena prensa que transforme en víctimas a los victimarios.
Para ajustar salvajemente a los pueblos, expulsándolos del paraíso terrenal del trabajo, la educación, la salud, la vivienda, la libertad, precisan de una buena prensa que transforme a las víctimas en culpables de su propio desamparo social.
Para desguazar un Estado, para privatizar los bienes de la esperanza, para que sólo quepan en la geografía de la sobreabundancia una tercera parte de la sociedad, empujando al vacío de la supervivencia a los otros dos tercios de las mayorías, precisan de una buena prensa que hable de las bondades del Estado mínimo en manos de gerentes del FMI y que nos acostumbremos a aceptar que, al fin y al cabo, “pobres hubo siempre”.

Especial Ley de Medios/Ley de medios: frente al lenguaje destituyente, la posibilidad de la democracia/ Por Miguel Molina y Vedia


Ley de medios: frente al lenguaje destituyente, la posibilidad de la democracia.


Por Miguel Molina y Vedia *
(especial para La Tecl@ Eñe)


Alumbrado al calor de los lockouts agrarios de 2008, el concepto de “lo destituyente” ha disfrutado desde entonces de una insospechada celebridad, que amenaza con hacer naufragar su eficacia descriptiva. Si la denuncia de lo destituyente acaba por cristalizar esa noción en un sinónimo eufemizado del añejo golpismo, su modulación específica quedará malograda. La incomodidad ante este desplazamiento no niega las ostensibles continuidades entre las antiguas expresiones conservadoras del país y las que hoy acceden, a menudo de forma confusa, a la arena pública. En efecto, lo destituyente contiene potencialmente la promesa de una ominosa venganza antipopular, pero se manifiesta en lo primordial a través de operaciones discursivas (la concepción que sostenemos acerca del vínculo entre lenguaje y política no presupone que esta característica mengüe su grado de incidencia ni mucho menos).

Especial Ley de Medios/Mucho más que una ley/Por Kike Dordal


Mucho más que una ley

Por Kike Dordal*
(especial para La Tecl@ Eñe)


No es posible recuperar la soberanía en todas sus formas – económica, geográfica, política, comunicacional, de recursos, etc. – sin enfrentar a los grandes poderes económicos que se han ido apoderando de cada una de ellas a los largo de muchos años. Tampoco resulta posible tal recuperación sin antes redistribuir los recursos económicos, humanos y naturales enajenados por los mismos poderes en igual período de tiempo.

Surge entonces una importante pregunta. Si acordamos como objetivo la recuperación de la soberanía e independencia como herramientas para disponer y poner todos los recursos en beneficio de nuestro pueblo, en una relación de equidad e igualdad de derechos, en el camino hacia el objetivo resulta imperioso preguntarse, ¿es posible dar esta batalla en todos sus frentes en forma simultánea?, o resulta más acorde con la lógica enfrentar los poderes en forma sectorial, como si fuesen independientes uno de otros.

Especial Ley de Medios/Ley de Medios: Misoginia y violencia de género/Por Rubén Liggera


Ley de Medios: Misoginia y violencia de género


Por Rubén Liggera*
(especial para La Tecl@ Eñe)


A esta altura del enmarañado devenir judicial originado por la aplicación de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales aprobada hace tres años por el Congreso de la Nación de manera democrática y por amplísima mayoría, el grupo Clarín recurre a los más deplorables recursos para impedir su cabal cumplimiento.
En efecto, en vísperas del llamado 7D y tras la reposición de la cautelar que había suspendido su aplicación, el dibujante Hermenegildo Sábat, ilustró la noticia con una caricatura de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner con un ojo amoratado. Recordemos que en  2008, en plena disputa con la patronal agraria, el mismo artista la había presentado con un par de curitas en su boca.

Especial Ley de Medios/Poder Mediático y Control Social: límites y alcances de la ley de medios/Por Flavio Crescenzi


Poder Mediático y Control Social: límites y alcances de la ley de medios

Por Flavio Crescenzi*
(especial para La TEcl@ Eñe)


"Si la evolución de la humanidad conduce a la mundialización del mercado, la hora del destino ha sonado. Las exigencias del mercado mundial son mucho más drásticas que las de una teoría, tan exigente como ella sea; por ejemplo, el análisis institucional. En los periódicos, ni un solo suplemento ha sido consagrado a la lucha contra el virus del nacionalismo, mucho más remanente que el del cólera, mucho más pandémico que el del SIDA. Toda epistemología, toda ética en las ciencias de la materia, de la vida, del hombre, están, de ahora en más, cubiertas por el paraguas del comercio mundial a modo de “gran novela”. En fin, es la ideología dominante, hegemónica –la del mercado, de la “circulación”, como decía Marx en La cuestión judía– la que se impone en el laboratorio, como en el terreno o de cara a las nuevas escribanías electrónicas. Los paradigmas o los proyectos políticos, los programas de investigación o de acción por esto y contra aquello, están ajustados al mismo Referente, al mismo Interpretante último: la democracia ya no es el fin a alcanzar, la libertad no es más una causa vital; son las condiciones de instalación y mantenimiento de una libre circulación del capital, de la mercancía."
René Lourau

Especial Ley de Medios/Suramérica y Medios de Comunicación: Integración Incomunicada/Por Hugo Muleiro


Suramérica y Medios de Comunicación
Integración Incomunicada
 
Por Hugo Muleiro*
(especial para La Tecl@ Eñe)
  
   “Un proceso de integración completo en Suramérica sólo podrá ser realidad si incluye el tema de la comunicación y la circulación de información”, dijo en junio de 2011 el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, parte de un gobierno que tiene en la confrontación con los medios de difusión convencionales uno de sus desafíos más difíciles.
   Una gran demanda de energía y riesgos considerables afrontó y afronta el gobierno del presidente Rafael Correa por el choque con grupos de empresarios periodísticos que en Ecuador ocupan un lugar que puede asimilarse al de sus pares de Argentina: están al frente de la oposición. Se trata de un cuadro que puede verse del derecho o del revés: 1) los partidos políticos no logran enhebrar una propuesta que entusiasme al electorado y por ello los medios tradicionales emergen en la conducción del combate al oficialismo; 2) estas empresas, aún con sus propósitos particulares y tan específicos, arrastran a sus tomas de posición a los dirigentes que les rinden pleitesía y se someten mansamente a su discurso.

Especial Ley de Medios/El toque de Clarín de la Abeja Reina/Por Jorge Garaventa


El Toque de Clarín de la Abeja Reina
¿No estamos Medio Confundidos?

Por Jorge Garaventa*
(especial para La Tecl@ Eñe)


Para entender cabalmente de qué se trata semejante disputa en torno a la llamada ley de medios, y el  porqué de semejante ferocidad opositora, es necesario establecer de qué estamos hablando: menos de la libertad de expresión, y aún de la libertad de empresas, que de cuál concepción del estado es la que finalmente sobrevendrá. Por eso es llamativo que hoy se opongan a la norma en cuestión, muchos de quienes reclamaban en otros aspectos el aniquilamiento del Estado regulador.
¿Qué entendemos entonces por Estado regulador?, ni más ni menos que aquel que interviene para compensar las inequidades del sistema.
El menemato trajo consigo la naturalización del sálvese quien pueda y su triste y consecuente secuela de deslizados y excluidos.

La libre regulación, regula, valga intencionalmente la redundancia, para el lado de los poderosos, las escenas se centran en los desbalances comerciales y empresarios y las prácticas monopólicas son objeto de devoción…es un modelo que se reproduce ya sea tanto en lo macro social como en lo barrial, y hasta podemos aventurarnos a que ello se filtre también en lo familiar.
El liberalismo en práctica, que de eso se trata, es una fabrica prolífica y contundente de ricos y pobres, que a su vez destruye las capas medias…algunos se deslizan hacia abajo, otros directamente caen fuera de los límites del sistema, muy pocos promocionan hacia arriba, y los del podio acrecientan su poder. No hay secretos ni operaciones extremas, es sencillamente así y a la vista de todos.
Los barrios vieron desaparecer algunas joyas preciadas, además de los cines que simbolizaron la derrota cultural de la época, cuando los almacenes cerraron sus cortinas empujados por las cadenas de supermercados en primera instancia y por los mercados chino- coreanos más tarde…el desguace del comercio amigo se consolidó con la llegada de los Blockbuster que llevaron al destierro final del video club del barrio, y del amigo fanático de Cinema Paradiso que nos aconsejaba con serena dedicación qué poner en nuestra casetera cada fin de semana.
Lo que queremos ejemplificar, en síntesis, es que el aniquilamiento de usos y costumbres que significó la vigencia del Estado liberal no fue solo un fenómeno macro sino que, al lado nuestro, tampoco dejó títeres con cabeza. Se fue haciendo cada vez más lejana y extraña, la posibilidad de opción, tras la mascarada de la libertad de elegir.
En el 2004, invitados a hablar del tema “medios” en una jornada organizada por las Comisarías de la Mujer de la provincia de Buenos Aires decíamos:

“El gobierno de los 90 y quienes lo sucedieron habilitaron una transformación y un sinceramiento en los medios, fundamentalmente los llamados de comunicación masiva.
Transformación en el sentido que, hoy socialmente naturalizados, los medios devinieron en multimedios conformando mega empresas que atraviesan transversalmente los dominios de la comunicación y llegan desde múltiples bocas a los sentidos de los usuarios.

Especial Ley de Medios/La ley de Medios y un Cuento de Navidad7Por Susana Cella


La ley de Medios y un Cuento de Navidad

Por Susana Cella*
(especial para La Tecl@ Eñe)

Calificadas opiniones, y de las otras también, ha habido en un lapso mucho mayor que el de estos tres largos años de maniobras dilatorias para que se aplique una ley que viene a terminar con una de las tantas imposiciones del poder cívico militar plenamente asentado en nuestro país desde 1976 hasta 2003. De modo que si algo digo, si se me convoca a decir algo sobre esta especie de camino no exento de piedras, escollos, escarpadas pendientes, huecos escondidos o disimulados, palabras dichas y escritas, rúbricas y cuestionamientos, lo hago desde un lugar no afincado en el saber de leyes o instituciones (con todo lo que tal cosa implica y habilita) sino en un deseo y una ilusión, cosas que por estos días navideños no dejan de abundar en saludos múltiples y anhelos de dicha y paz.
De los que también participo. No me gustan las racionalizaciones (uso este término en sentido psicoanalítico)  destructoras de formas de la comunicación afectiva, a partir de algo que nos interpele, lo que me lleva a evocar a uno de esos grandes personajes que tanto dicen respecto de la amargura enraizada que rechaza las Fiestas y con ellas, los afectos y más, valores.
Hace ya mucho tiempo que cada diciembre me llega, de un modo u otro, el más famoso de los cuentos de Navidad de Charles Dickens, el del misántropo y avaro Ebenezer Scrooge, al que visita primero, el fantasma de su socio, quien arrastra su condena por haber hecho lo que hizo y sido lo que fue, en resumen, un miserable en vida, y le anuncia para esa noche la visita de los espíritus de las Navidades pasadas, presente y futura, cosa que efectivamente sucede, y al cabo de lo cual, Scrooge modifica absolutamente su actitud. Numerosas versiones cinematográficas fueron reiterando, cada cual con sus variaciones, pero siempre en similar desenlace, la historia de ese ser odioso y el final feliz, cargado de sentimentalismo, según se observó, además de idealizado. Pero con todo, esa historia persiste, como los saludos y las postales de Navidad.
Pude ver en estos días una versión algo diferente en un film donde Bill Murray protagonizaba a un empresario de la televisión, que precisamente iba a transmitir, en Navidad, la historia de Dickens pero convertida en una especie de cachivache en clave de espectáculo, durante cuya realización no dejaba de mostrar su absoluta indiferencia o su desprecio y suspicacia por cada uno de los que tenía alrededor. En sus pertrechadas oficinas en las alturas de la ciudad, en el estudio de grabación, en la calle, se le fueron apareciendo los fantasmas primero de su viejo patrón y luego los de las Navidades, pero también surgieron  en esos lugares, las vivas presencias de su amada, de la secretaria, de un sujeto bastante trepador que intentaba reemplazarlo, de otro empresario que insistía en que siguiera su misma lógica mediática, etc. Aggiornados seguían estando ahí varios de los personajes dickensianos. También en este film, el protagonista cambia de conducta, ante las pantallas proclama la solidaridad, y hasta el máximo director de esa corporación (Robert Mitchum) termina aceptándolo.
Me imaginé entonces, al empresario Magnetto visitado por tales espíritus, rememorando sus días de infancia y juventud, algún amor si lo tuvo, algo, cualquier cosa que pudiera haber querido y consecuentemente olvidado en la prosecución de su carrera. Pero el espíritu de las Navidades pasadas fue a dar a los años en que brindaba con Videla y la Señora Noble, y con dos chicos oscuramente adoptados, que recibían regalitos de Reyes. A diferencia de la historia de Dickens surgió entonces un gran baile de máscaras, una noche de aquelarre en la que él mismo y muchos otros se endosaban caretas y se las iban cambiando, según les fuera conviniendo, durante varias Navidades, varias décadas. En verdad, el espíritu de las Navidades pasadas, no dejaba aquí sueños perdidos y ambiciones tristes, sino un sucio páramo de estafas, coacciones y crímenes. Si la función del Espíritu de las Navidades presentes era hacerle tomar conciencia a Scrooge de lo que sucedía con un espectro social vario que abarcaba desde su sobrino, quien no padecía carencias, pero sí quería que las cosas fueran más justas; a su empleado, al que explotaba sin saber o sin importarle qué pasaba con él y su familia, y, extendiendo la cosa, a los que no tenían cobijo ni alimento, me encontré con que en el caso de Magnetto, no hacía falta recordarle ni revelarle nada, porque sabe más que bien qué pasa con todos ellos, empleados, despedidos, pobres en general, lo sabe desde las anteriores Navidades, cuando mientras para algunos eran festejo o aturdimiento, para muchos eran dolor de ausencia y sufrimiento en cuerpo y alma. De las Navidades futuras, vaya a saber, pero es más que improbable que un futuro de condena u olvido le importase mucho, inclusive cuando haya visto que algunos de sus cómplices de las Navidades pasadas hoy anden execrados y condenados, como el Espíritu con aspecto de Parca le mostraba a Ebenezer, el que, además, vale recordar, no era sino un comerciante o prestamista, y no un poderoso noble ni un representante del poder. La parodia de Bill Murray, en cierto sentido, anda por el mismo camino, por más que su personaje televisivo, más notorio que el negociante inglés, sea más influyente, tampoco es el verdadero centro del poder, en todo caso su conversión podría, como en el caso de la historia de Dickens, favorecer a algunos, pero la estructura queda intacta. Quizá Mitchum (mejor dicho, el personaje que actúa Mitchum) celebre la gran ocurrencia de su empleado calculando los beneficios de lo que bien podía ver como una ingeniosa resolución, para su empresa.  
Imposible, entonces, pese a una fugaz ilusión, hacer un cuentito de Navidad dickensiano protagonizado por Magnetto  (nombro a este sólo en tanto cierto carácter representativo, cara visible de un poder al que sólo sirve). Desde luego, entre otras cosas, porque aquella perspectiva de Dickens no es sino coherente con algunas ideas suyas sobre la sociedad, que son más que difíciles de compartir. Y aun, aunque no se trate de que la solución anide en un cambio moral en un personaje de clase media, el cuento sigue teniendo su atractivo en el reservorio de cuentos populares y tradicionales porque sostiene una esperanza. Seguramente no la de que los malos se transformen en buenos, sino más bien, de que sea posible modificar un orden de cosas que quizá algunos en megalomanía, quieren invariable. Ahí se me aparece la Ley de Medios como la punta de un iceberg, siguiendo con mis asociaciones literarias, ya no dickensianas. 
La parte grande del bloque duro y helado, la que se esconde en aguas turbulentas, tiene que ver con las instituciones en su conjunto en lo que atañe a la misma estructura política y a la organización de la sociedad. Mi perpleja pregunta (ingenua, podría ser, pero ingenua en el sentido del Traje del Emperador) es cómo es posible que una ley discutida, aprobada e incluso recientemente declarada constitucional, no se pueda aplicar. ¿Qué pasa con los tres Poderes, tan abundantemente elogiados en la organización republicana? Fuerte es el silencio, fuertes las presiones, fuerte la fuerza que siguen detentando los que mandan por sobre gobiernos y estamentos sociales e institucionales. Quizá abuse ahora de imágenes vistas recientemente en la televisión, pero quisiera citar otra, un documental sobre una escuelita en la Puna, donde un grupo de maestros admirables, entre las rocas y los caminos terrosos, hacen que sus alumnos no sólo puedan convertir cactus secos en objetos de uso y belleza, sino que también, difundan, en una radio, sus voces, cargadas de experiencia y sentido, sus entonaciones, y que, como dice una de las maestras, puedan saber de su valor, de su dignidad, de que no son menos que otros más blancos y sin la competencia idiomática de ellos que saben hablar dos lenguas.
La Ley de Medios, al darles espacio, posibilita que esas voces y esos medios, desprecarizados, puedan lograr además de una llegada amplia, una creciente calidad. Quizá, en esta pequeña anécdota se me objete que cierto sentimentalismo dickensiano me invade, sin embargo, no se trata de eso, en tanto no confundo sentimentalismo como golpe bajo y efectista (del que por otra parte se sirven cuando les conviene los medios hegemónicos), con sensibilidad ante lo que nos concierne como sociedad múltiple, heterogénea y por lo mismo con mayores riquezas que la poca exhibida en chatura y tontería, por decir lo menos, transmitida y retransmitida respecto de lo que le pasó o le pasa por ejemplo, a una vedette, a un actorcito, a su amante, socio, marido o lo que fuera, y, peor todavía, más que chatura y tontería, en la repetición y re-repetición de opiniones de opinadores autoproclamados como inteligentes, “libres”, “críticos”, cuestionadores y similares calificativos bastardeados.
Mi ingenua pregunta no lo es. Enfrentar aquello que busca hegemonizar y naturalizar una ideología, armar un imaginario favorable a la reproducción de un orden desigual es cosa difícil. Y mucho, porque se enfrentan grandes intereses que reafirman en la defensa de su hegemonía cultural, la de su privilegio económico. Aun en el propio Imperio, aun con esos argumentos de combatir prácticas monopólicas, se entrevé, en los intersticios que dejan ver imágenes tan disímiles como las de Bush y Obama, quiénes deciden y trazan las reglas. De ahí la magnitud del desafío que explica los tres años y mucho más que indudablemente, a diferencia de la romántica historia de Scrooge no se resuelve en una noche.


* Poeta y novelista. Profesora titular de la carrera de Letras, UBA. Colabora habitualmente en la sección libros de Radar. Tiene a su cargo una sección en la revista Caras y Caretas y dirige el Departamento de Literatura y Sociedad del Centro Cultural de la Cooperación.


Memoria, Política y Sociedad/La Cultura del Perdón/Por Hernán Invernizzi


LA CULTURA DEL PERDÓN

Por Hernán Invernizzi*

(especial para La Tecl@ Eñe)


En el siglo V AC un político ateniense llamado Trasíbulo encabezó una rebelión contra los sangrientos “Treinta Tiranos”, los derrotó y promovió la primera ley de amnistía conocida en Occidente - palabra que en griego quiere decir “sin memoria”, por eso se la conoció como la “ley del olvido”. La norma disponía que los ciudadanos atenienses no podían ser molestados por sus actos políticos pasados. Poco después la muy democrática Atenas condenó a muerte al célebre Sócrates, que nunca fue un amante de la democracia, acusado de corromper a los jóvenes y de no respetar a los dioses oficiales. En nuestra cultura política tenemos una colección de Trasíbulos, políticos que creen que se puede administrar la memoria por decreto.


LA PATRIA PERDONADORA

Argentina es un país fecundo en amnistías. La Asamblea del Año 1813, de la cual Bernardino Rivadavia era Secretario, sometió a juicio de residencia a todos los que habían gobernado desde mayo de 1810, pero pronto convirtieron al juicio en amnistía para evitar las complicaciones que se habían desatado. En 1821, cuando era ministro del gobernador Martín Rodríguez, el mismo Rivadavia propuso una ambigua “ley de olvido” que fue convertida en amplia amnistía por la Cámara de Representantes. En desacuerdo con tanta generosidad, por decreto Rivadavia limitó sus alcances a sólo 9 exiliados, entre los que estaban Soler, Alvear, Sarratea y Manuel Dorrego - que en 1827 fue nuevamente elegido gobernador. La ley de olvido de poco sirvió: lo fusilaron al año siguiente.

Violencia Escolar/Proyecto de Ley contra la Violencia Escolar/Por Ronaldo Wright


Proyecto de Ley contra la Violencia Escolar

Por Ronaldo Wright*
(para La Tecl@ Eñe)


Se encuentra en el Congreso de la Nación el tratamiento de un proyecto de ley cuyo objetivo principal es la erradicación de la violencia en las escuelas. Esta iniciativa tiende a impulsar políticas que promuevan la buena convivencia, propiciando un ámbito educativo pacífico, tolerante y de mutuo respeto.
Así, se busca fortalecer tanto a las escuelas como a los maestros y a los equipos especializados para intervenir en todas las situaciones de acoso o violencia que puedan presentárseles.
Digamos que el acoso escolar —también conocido como bullying— se refiere a cualquier forma de maltrato producido entre escolares y que implica habitualmente un abuso de poder utilizado para someter, apocar, intimidar, amedrentar y/o reducir a la víctima. Muchas veces el agresor suele estar rodeado de una banda o grupo de acosadores, por lo que es reconocido como un líder por el resto de sus iguales seguidores. Algunos denominan a este tipo de sujeto como niño o joven tirano.

01 noviembre 2012

Editorial/La Ley de Medios y la batalla por la hegemonía del poder/Por Conrado Yasenza



La Ley de Medios y la batalla por la hegemonía del poder


Por Conrado Yasenza*


1-      Minimización de la Ley de Medios

Suenan corceles y clarines en estos tiempos de batalla cultural. En los meses previos a lo que se ha denominado como el 7D (por el 7 de Diciembre), es decir, el día en que vence el plazo, según el fallo de la Corte Suprema de la Nación, para que las empresas de medios de comunicación audiovisuales presenten ante la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) sus propuestas de adecuación a La Ley de Medios, el cuestionamiento acerca de  la importancia de esta fecha y sus implicancias con relación al cumplimiento o no de la Ley por las empresas de medios, en especial por el Grupo Económico-Empresarial Clarín, ha cobrado un vigor no exento de singularidades dentro del campo nacional y popular, y en particular, en algunos medios afines al Gobierno. Se ha minimizado la importancia política que contiene en sí la disputa por el respeto y el cumplimiento de una Ley democrática, que recogió los 21 puntos planteados por la Coalición por una Radiodifusión Democrática, y que luego fuera discutida durante un año en cientos de foros institucionales, comunales, cooperativos, hasta llegar a la sanción de la Ley por ambas Cámaras del Congreso de La Nación, y aprobada finalmente por amplias mayorías.

Política y Medios/El poder y el lenguaje periodístico/ Por Edgardo Mocca


El poder y el lenguaje periodístico

Lo específico de este ciclo histórico nacional y mundial es que casi toda la palabra política ha devenido periodística. Esto no significa subestimar la importancia de la reanimación de escenarios propiamente políticos y de órganos de prensa que giran a su alrededor en nuestra realidad nacional. Por el contrario, es el primer indicio de que la inflación periodística no ha terminado de destruir el valor del lenguaje político. Sin embargo, el espacio central y las formas principales del debate político actual están colonizadas por las reglas del habla periodística. 

Por Edgardo Mocca*

(para La Tecl@ Eñe)

Política y Medios/8D/Por Martín Rodríguez


8D

El 7D empieza algo. El 7D termina algo. El 7D no pasa nada. Muchos problemas del país concreto, estructural, de difícil gestión, siguen ahí. Antes, durante o después de Clarín. Como la tragedia del tren Sarmiento, que expuso la política de transporte y que tiene funcionarios culpables. Más allá de la suerte de Magnetto, un país tan grande y tan complejo como la Argentina no se merece este mono-tema por tantos años. Que la justicia ayude a dar vuelta la página. Y que todos se ajusten a ella.    

Por Martín Rodríguez*

(para La Tecl@ Eñe)

Política y Medios/El periodismo como profesión/Por Horacio González


El periodismo como profesión

En la etapa actual del periodismo está en juego la supervivencia del oficio periodístico como tutor de una nueva objetividad. No es tan cierto que al desnudarse una neutralidad fallida en la gran prensa y su ramificado sistema audiovisual, deba imperar un periodismo que se atenga solamente a declarar los particularismos culturales y económicos que expresa. No está mal enunciarlos. Pero no es posible forjar un nuevo trato entre el lenguaje comunicacional y las éticas colectivas sin restituir una nueva manera de la objetividad, más rica, autoconsciente y capaz de evidenciar sus autocríticas. 


Por Horacio González*
(para La Tecl@ Eñe)

Política y Sociedad/La era de los golpes suaves/Por Rubén Dri


La era de los golpes  suaves


La primera década del presente siglo se ha caracterizado en nuestro continente latinoamericano por el avance de los procesos nacional-populares que irrumpen en la escena pública, conducidos por sus líderes. ¿Puede el imperio permitir este avance en lo que siempre consideró su patio trasero? De ninguna manera. El modo tradicional de intervenir que tuvo el imperio frente a los procesos populares como los señalados fueron los golpes militares. Al no ser viable en el momento actual el clásico golpe militar, o sea, el golpe “duro”, se hizo necesaria la reformulación del  golpe y el resultado fue la formulación de lo que se denomina “golpe blando o suave”, el cual posee múltiples variantes.


Por Rubén Dri*
(para La Tecl@ Eñe)

Política y Sociedad/Estamos navegando en distintos ríos/Por Jorge Giles


Estamos navegando en distintos ríos

Si la realidad concreta, con su devenir cotidiano y su historia, viajan en la mochila de los dirigentes políticos que dicen identificarse con el campo popular, habrá que definir, entonces, que quienes hacen política en tiempos del kirchnerismo navegan por  distintos ríos. Ya no se trata de diferencias coyunturales o de velocidad en la acción o de formatos distintos según sea el perfil de los agrupamientos en cuestión. Hay una dificultad muy grave y manifiesta en algunos grupos políticos, sean sindicales, partidarios o intelectuales, en aprehender y mantener el sano equilibrio que sólo otorga,  en beneficio de cualquier postura ideológica, el elemental y esencial sentido de realidad.


PorJorge Giles*
(para La Tecl@ Eñe)