Entrevista A Vicente Zito Lema
El Monstruo de muchas cabezas
¿Existe la relación Terrorismo de Estado - Sociedad Civil?. ¿Es válido hablar de sociedad civil ?. Vicente Zito Lema, a través de un lenguaje poético de la desesperación, nos ofrece su pensamiento en la siguiente entrevista.
Acompaña esta edición, un poema inédito de Zito Lema.
Por Conrado Yasenza
- ¿Cree Ud., en el caso de nuestro país y con relación a los sucesivos golpes de Estado hasta desembocar en la última dictadura, en la tesis que propone una corresponsabilidad de la sociedad civil como sustento consciente o inconsciente para la concreción del Golpe institucional?
- Parto de una advertencia, deducida de Freud: quien concede en el lenguaje, se enreda luego en la realidad. Me pregunto si concedo al aceptar la categoría de sociedad civil como un producto instituido desde la legitimidad política. Ante la duda intentaré construir mi lenguaje, desde una poética de la desesperación, allí donde me encuentro.
Veo hoy a la sociedad civil, y en el hoy integro el ayer, pero me resisto a integrar el mañana, como a un monstruo de múltiples cabezas y en guerra permanente, donde los triunfadores siguen devorando el corazón de los vencidos. Siento cada vez más que la esencia de la sociedad civil, tal como está estructurada, es la antropofagia, y que todo lo demás, como discurso o conducta del poder (o sea: la cabeza mayor del monstruo), sea conciente o inconsciente, necesidad o deseo, no son más que apariencias, máscaras, fetiches, y en otra lengua: vómitos, masturbaciones y delirios. Así se presenta el monstruo ante nuestros ojos, para cegarlos.
La sociedad civil de nuestro tiempo histórico no sólo construyó la dictadura militar –la última y sus precedentes-; la sociedad civil fue, es y sigue siendo el fruto de un autoritarismo profundo, que hunde sus raíces en la usura (no ya como exceso sino como estructura, como mortuoria poesis), cualquiera sean sus ropajes, himnos, voces de mando y alegorías al tono.
Tampoco importa, al fin de cuentas, si la sociedad civil sube a escena representando un drama político o se desnuda como vieja prostituta en una perversa parodia. ¡Vayan a compartir la mesa en los basurales!
- Le parece que ante acontecimientos como los que realiza el gobierno en cuanto a la recuperación simbólica de la memoria, por caso, Cuadros en la Esma o Discurso en el Colegio Militar, estos tienen como plafón una verdadera discusión en torno a la participación y roles de la militancia activa durante los procesos sociales previos a la ruptura institucional de 1976?
- Toda muerte de un inocente es nuestra muerte, y si se viviera la pasión en plenitud la muerte ya no tendría poder. Venimos de un tiempo de asesinos, la conciencia ya es agonía del dolor, y tal vez compartir semejante dolor se convierta en la primera arrogancia, si no recorremos en vida los caminos con que el dolor llegó a la muerte.
Una segunda arrogancia es la recuperación de la memoria, (“el verdadero cementerio es la memoria”, diría Rodolfo Walsh, sabiendo que las balas han convertido a su hija en un cadáver.), a espaldas de una auténtica rememoración, o sea que la acción del ayer vuelva a ser plantada en el hoy para que la flor alegre los ojos del mañana.
Si no es así los muertos del sacrificio son otra vez sacrificados, ya no por la mano del asesino, sino porque los sueños que los llevaron a la muerte se trastocan en la pesadilla de un presente sin espacio para aquellos sueños. Las palabras que fueron música cuando la vida se vivía como ofrenda de redención, nacen hoy como cálculos productivos de votos, apenas compensaciones lingüísticas o monetarias para las exaltaciones que no tuvieron límite y que fueron únicas y propias de su época, bellas y sonoras, tan reales y posibles como la mano que acaricia el cielo, aunque suenen hoy como los desvaríos de un niño que insiste, sin mesura, en convertir el mar en agua dulce, para la sed de los eternos sufrientes.
- ¿Por dónde cree Ud. que debería pasar la discusión en relación al vínculo Terrorismo de Estado - Sociedad Civil?
- Las discusiones que nacieron de la muerte solo sirven si contribuyen a edificar la vida. Qué pasa entonces cuando la sociedad civil sigue alimentando a Thánatos con la misma obstinación con que los ángeles de navidad engordan a los patos. Cómo convertir las pasiones tristes en pasiones alegres si el orden de producción social tiene por destino el terror en las almas y la esclavitud en el cuerpo…
El que pregunta ya sabe, decía mi maestro mientras caminábamos por el patio del hospicio bajo la mirada de los pájaros con alas negras y mojadas y de los hombres con guardapolvos blancos y secos…
Mientras el cielo igual brilla en la noche sin estrellas presiento que el tufo del Terrorismo de Estado y los olores de la Sociedad Civil terminan confundidos en el crimen de la pobreza.
- ¿Qué le sugiere la idea de un Peronismo de Estado en la actualidad política del país?
- La verdad de la realidad no permite en la actual relación de fuerzas imaginar una conducción política del país por fuera del Peronismo de Estado, con todo el bien y con todo el mal, a caballo de sus paradojas, sus mitos y sus cajas de Pandora. Si nuestra ilusión son sus límites, poco camino nos queda. Si nos afirmamos en sus logros y mucho más en sus contradicciones, estaremos más cerca del drama que de la tragedia. El Peronismo de Estado no invalida el viaje por las aguas del destino con un final abierto.
- ¿Cree Ud. que existe una suerte de "banalización de la memoria política" y de los discursos en torno al tema?
- Bajo el riesgo de pecar por exceso, y reconociendo de buena fe las excepciones, resistencias y alternativas que surgen en toda naturaleza dialéctica, me miro ante el espejo de nuestra sociedad y veo mi cabeza cubierta por vendas, tapando a duras penas los golpes y las heridas.
¿Cuántos de nuestros amigos yacen con tumba y sin tumba, y los dedos de nuestros manos siguen incapaces para contarlos? ¿Qué fue del heroísmo de Paco y la dulzura final de Haroldo? ¿Qué haremos con los poemas de Miguel Ángel y de Roberto si ellos no están montados en una barricada de libros? ¿Quién abrió las puertas de la cárcel y cerró las fronteras del exilio ahora que las palabras tienen la aterradora liviandad del filo de un hacha y la memoria corre el riesgo de un tiro del asesino que anda suelto, pero también la risa del idiota que viajó desde la Atenas de Aristóteles a la Buenos Aires agobiada de nuestros días sin cortarse el cordón umbilical…?
- ¿Observa Ud. vestigios de autoritarismo o violencia, ya sea verbal o simbólica, en el acontecer político de nuestro país?
- Del vestigio a la plenitud suele haber una diferencia de tiempo, un soplo puede convertir para nuestra desgracia la cantidad en calidad. También existe aquí la ubicación del observador frente al escenario donde desfilan los procesos políticos y, por qué negarlo, una graduación que responde más al miedo que al deseo.
¿Suena vulgar recordarnos que el autoritarismo sigue durmiendo a pata ancha en nuestra cama, y en la cama del vecino?
Aquí la pregunta asociada sería: ¿Qué pasa cuando se despierta? (Tachado está el asombro…)
En cuanto a la violencia, de tanto usar su máscara ya no se distingue de nuestro rostro.
La pregunta del final: ¿Quién le clavó el cuchillo al hombre que soñaba un piadoso despertar…? (Un pajarito en el oído me susurra que fue la Paz, quien perdió a la Justicia mientras volaba sobre la bóveda celeste…).
- La concentración de poder a cualquier costo y en base a todo tipo de alianzas, es signo de una sociedad que no tolera el disenso; es síntoma de cierto grado de violencia dentro y desde el poder institucional ?
- Sea como sea el origen y la intención, la concentración del poder retumba en mis oídos como los gritos de un prisionero. La sociedad también escucha los gritos, más aún: muchas veces ella es la que abre la boca y fuerza la garganta y clama que la noche se convierta en día…
Dura poco su dolor y menos aún su rebeldía, sumisa y mansa como el buey del desastre, vuelve a conceder poder al poder, arrima su garganta a la soga del verdugo, se baja los pantalones y se lava bien sus partes pudendas… Más que las célebres monedas de oro, nuestro sujeto de la sociedad civil reza por mayor seguridad, como si allí estuviera el único destino de su viaje…
En cuanto a las alianzas y las instituciones, no son más que furcios del lenguaje político, o si se prefiere: alpiste para los pajaritos…
- La violencia, o cierto clima de tensión social, es inherente a las sociedades políticas y democráticas?
- Vivimos en sociedades nacidas en la violencia, mantenidas con violencia y organizadas para la reproducción de la violencia.
Respiramos violencia, comemos violencia y vomitamos violencia.
El alma nos fue quitada del cuerpo con violencia.
Los cuerpos navegan a la deriva y no tienen otra estrella que la violencia. El amor se vive como el odio, y la soledad llora con los ojos de un perro, que nos ladra, y tal vez nos muerda, con la atroz violencia del indiferente.
Recuerdo que democracia puede ser traducida del griego antiguo como el gobierno de los pobres, que por supuesto también será violento.
- Como sociedad democrática ¿somos políticamente inmaduros e irresponsables?
- No me animo a llamarnos una “sociedad democrática”, en tanto las decisiones mayores siguen en manos de canallas y canallitas…, que trafican las conciencias con esmero semejante al del camello que pasa por el ojo de la aguja…
Dicho sin negar que el aire es mas limpio que en el Terrorismo de Estado y el cielo brilla sin la antigua sangre…
Pero está el problema de caminar en la tierra. No es fácil: la riqueza se amontona como se amontona la pobreza, y aunque todo termine en la misma basura, los hay que gozan, vivitos y coleando, en el rumor de la eternidad, y los hay, muchos más, que mueren sin abrir los ojos a la vida desde el día en que nacieron, por más que ahora tengan un documento con el sello que acredita haber votado.
Alguna vez dije, sin mayor gracia, que en el país lo único que madura bien son ciertos vinos…
- ¿Seguimos pensando nuestra realidad desde las categorías del Poder? Y de qué Poder?
- El poder más que un pensar es un actuar, un ser desde los hechos, una persistencia sobre el escenario hasta convertirse en naturaleza, sin darle importancia al ridículo, tampoco al grotesco, porque asegurada la impunidad, el orden de lo justo y de lo bello se legaliza sin discusión, antes que cante un gallo.
- Para finalizar, quisiera saber cuál es su análisis sobre la desaparición de Julio López.
- Más de una vez he pensado, o mejor: sentido en todo el cuerpo, de la manera en que se sienten las grandes fiebres, volando a horcajadas sobre los vientos del delirio, que el precio de la sobrevivencia al Terrorismo de Estado (yo lo llamo, con memoria de Rimbaud, el Tiempo de los asesinos) es la locura colectiva. ¿O se puede quedar indemne –sin tajos en el alma- si una sociedad mata a sus jóvenes hijos y ni siquiera entierra sus jóvenes cadáveres…?
Son distintas pero también iguales nuestras historias, miradas con los ojos para siempre rojos –ojos de lobo- que tenemos los sobrevivientes. Lo he vuelto a sentir, recientemente, con los asesinatos de Santillán y Kosteki y la desaparición de Julio Lopez. Algunos marcharon por las calles, otros se escondieron en las rutinas de sus casas, pero todos aullaron cuando salió la luna y en su blancura latían las manchas de sangre.
Vicente Zito Lema por Conrado Yasenza, Enero 2007
Poema
Inédito Vicente Zito Lema 23-01-07
El Monstruo de muchas cabezas
¿Existe la relación Terrorismo de Estado - Sociedad Civil?. ¿Es válido hablar de sociedad civil ?. Vicente Zito Lema, a través de un lenguaje poético de la desesperación, nos ofrece su pensamiento en la siguiente entrevista.
Acompaña esta edición, un poema inédito de Zito Lema.
Por Conrado Yasenza
- ¿Cree Ud., en el caso de nuestro país y con relación a los sucesivos golpes de Estado hasta desembocar en la última dictadura, en la tesis que propone una corresponsabilidad de la sociedad civil como sustento consciente o inconsciente para la concreción del Golpe institucional?
- Parto de una advertencia, deducida de Freud: quien concede en el lenguaje, se enreda luego en la realidad. Me pregunto si concedo al aceptar la categoría de sociedad civil como un producto instituido desde la legitimidad política. Ante la duda intentaré construir mi lenguaje, desde una poética de la desesperación, allí donde me encuentro.
Veo hoy a la sociedad civil, y en el hoy integro el ayer, pero me resisto a integrar el mañana, como a un monstruo de múltiples cabezas y en guerra permanente, donde los triunfadores siguen devorando el corazón de los vencidos. Siento cada vez más que la esencia de la sociedad civil, tal como está estructurada, es la antropofagia, y que todo lo demás, como discurso o conducta del poder (o sea: la cabeza mayor del monstruo), sea conciente o inconsciente, necesidad o deseo, no son más que apariencias, máscaras, fetiches, y en otra lengua: vómitos, masturbaciones y delirios. Así se presenta el monstruo ante nuestros ojos, para cegarlos.
La sociedad civil de nuestro tiempo histórico no sólo construyó la dictadura militar –la última y sus precedentes-; la sociedad civil fue, es y sigue siendo el fruto de un autoritarismo profundo, que hunde sus raíces en la usura (no ya como exceso sino como estructura, como mortuoria poesis), cualquiera sean sus ropajes, himnos, voces de mando y alegorías al tono.
Tampoco importa, al fin de cuentas, si la sociedad civil sube a escena representando un drama político o se desnuda como vieja prostituta en una perversa parodia. ¡Vayan a compartir la mesa en los basurales!
- Le parece que ante acontecimientos como los que realiza el gobierno en cuanto a la recuperación simbólica de la memoria, por caso, Cuadros en la Esma o Discurso en el Colegio Militar, estos tienen como plafón una verdadera discusión en torno a la participación y roles de la militancia activa durante los procesos sociales previos a la ruptura institucional de 1976?
- Toda muerte de un inocente es nuestra muerte, y si se viviera la pasión en plenitud la muerte ya no tendría poder. Venimos de un tiempo de asesinos, la conciencia ya es agonía del dolor, y tal vez compartir semejante dolor se convierta en la primera arrogancia, si no recorremos en vida los caminos con que el dolor llegó a la muerte.
Una segunda arrogancia es la recuperación de la memoria, (“el verdadero cementerio es la memoria”, diría Rodolfo Walsh, sabiendo que las balas han convertido a su hija en un cadáver.), a espaldas de una auténtica rememoración, o sea que la acción del ayer vuelva a ser plantada en el hoy para que la flor alegre los ojos del mañana.
Si no es así los muertos del sacrificio son otra vez sacrificados, ya no por la mano del asesino, sino porque los sueños que los llevaron a la muerte se trastocan en la pesadilla de un presente sin espacio para aquellos sueños. Las palabras que fueron música cuando la vida se vivía como ofrenda de redención, nacen hoy como cálculos productivos de votos, apenas compensaciones lingüísticas o monetarias para las exaltaciones que no tuvieron límite y que fueron únicas y propias de su época, bellas y sonoras, tan reales y posibles como la mano que acaricia el cielo, aunque suenen hoy como los desvaríos de un niño que insiste, sin mesura, en convertir el mar en agua dulce, para la sed de los eternos sufrientes.
- ¿Por dónde cree Ud. que debería pasar la discusión en relación al vínculo Terrorismo de Estado - Sociedad Civil?
- Las discusiones que nacieron de la muerte solo sirven si contribuyen a edificar la vida. Qué pasa entonces cuando la sociedad civil sigue alimentando a Thánatos con la misma obstinación con que los ángeles de navidad engordan a los patos. Cómo convertir las pasiones tristes en pasiones alegres si el orden de producción social tiene por destino el terror en las almas y la esclavitud en el cuerpo…
El que pregunta ya sabe, decía mi maestro mientras caminábamos por el patio del hospicio bajo la mirada de los pájaros con alas negras y mojadas y de los hombres con guardapolvos blancos y secos…
Mientras el cielo igual brilla en la noche sin estrellas presiento que el tufo del Terrorismo de Estado y los olores de la Sociedad Civil terminan confundidos en el crimen de la pobreza.
- ¿Qué le sugiere la idea de un Peronismo de Estado en la actualidad política del país?
- La verdad de la realidad no permite en la actual relación de fuerzas imaginar una conducción política del país por fuera del Peronismo de Estado, con todo el bien y con todo el mal, a caballo de sus paradojas, sus mitos y sus cajas de Pandora. Si nuestra ilusión son sus límites, poco camino nos queda. Si nos afirmamos en sus logros y mucho más en sus contradicciones, estaremos más cerca del drama que de la tragedia. El Peronismo de Estado no invalida el viaje por las aguas del destino con un final abierto.
- ¿Cree Ud. que existe una suerte de "banalización de la memoria política" y de los discursos en torno al tema?
- Bajo el riesgo de pecar por exceso, y reconociendo de buena fe las excepciones, resistencias y alternativas que surgen en toda naturaleza dialéctica, me miro ante el espejo de nuestra sociedad y veo mi cabeza cubierta por vendas, tapando a duras penas los golpes y las heridas.
¿Cuántos de nuestros amigos yacen con tumba y sin tumba, y los dedos de nuestros manos siguen incapaces para contarlos? ¿Qué fue del heroísmo de Paco y la dulzura final de Haroldo? ¿Qué haremos con los poemas de Miguel Ángel y de Roberto si ellos no están montados en una barricada de libros? ¿Quién abrió las puertas de la cárcel y cerró las fronteras del exilio ahora que las palabras tienen la aterradora liviandad del filo de un hacha y la memoria corre el riesgo de un tiro del asesino que anda suelto, pero también la risa del idiota que viajó desde la Atenas de Aristóteles a la Buenos Aires agobiada de nuestros días sin cortarse el cordón umbilical…?
- ¿Observa Ud. vestigios de autoritarismo o violencia, ya sea verbal o simbólica, en el acontecer político de nuestro país?
- Del vestigio a la plenitud suele haber una diferencia de tiempo, un soplo puede convertir para nuestra desgracia la cantidad en calidad. También existe aquí la ubicación del observador frente al escenario donde desfilan los procesos políticos y, por qué negarlo, una graduación que responde más al miedo que al deseo.
¿Suena vulgar recordarnos que el autoritarismo sigue durmiendo a pata ancha en nuestra cama, y en la cama del vecino?
Aquí la pregunta asociada sería: ¿Qué pasa cuando se despierta? (Tachado está el asombro…)
En cuanto a la violencia, de tanto usar su máscara ya no se distingue de nuestro rostro.
La pregunta del final: ¿Quién le clavó el cuchillo al hombre que soñaba un piadoso despertar…? (Un pajarito en el oído me susurra que fue la Paz, quien perdió a la Justicia mientras volaba sobre la bóveda celeste…).
- La concentración de poder a cualquier costo y en base a todo tipo de alianzas, es signo de una sociedad que no tolera el disenso; es síntoma de cierto grado de violencia dentro y desde el poder institucional ?
- Sea como sea el origen y la intención, la concentración del poder retumba en mis oídos como los gritos de un prisionero. La sociedad también escucha los gritos, más aún: muchas veces ella es la que abre la boca y fuerza la garganta y clama que la noche se convierta en día…
Dura poco su dolor y menos aún su rebeldía, sumisa y mansa como el buey del desastre, vuelve a conceder poder al poder, arrima su garganta a la soga del verdugo, se baja los pantalones y se lava bien sus partes pudendas… Más que las célebres monedas de oro, nuestro sujeto de la sociedad civil reza por mayor seguridad, como si allí estuviera el único destino de su viaje…
En cuanto a las alianzas y las instituciones, no son más que furcios del lenguaje político, o si se prefiere: alpiste para los pajaritos…
- La violencia, o cierto clima de tensión social, es inherente a las sociedades políticas y democráticas?
- Vivimos en sociedades nacidas en la violencia, mantenidas con violencia y organizadas para la reproducción de la violencia.
Respiramos violencia, comemos violencia y vomitamos violencia.
El alma nos fue quitada del cuerpo con violencia.
Los cuerpos navegan a la deriva y no tienen otra estrella que la violencia. El amor se vive como el odio, y la soledad llora con los ojos de un perro, que nos ladra, y tal vez nos muerda, con la atroz violencia del indiferente.
Recuerdo que democracia puede ser traducida del griego antiguo como el gobierno de los pobres, que por supuesto también será violento.
- Como sociedad democrática ¿somos políticamente inmaduros e irresponsables?
- No me animo a llamarnos una “sociedad democrática”, en tanto las decisiones mayores siguen en manos de canallas y canallitas…, que trafican las conciencias con esmero semejante al del camello que pasa por el ojo de la aguja…
Dicho sin negar que el aire es mas limpio que en el Terrorismo de Estado y el cielo brilla sin la antigua sangre…
Pero está el problema de caminar en la tierra. No es fácil: la riqueza se amontona como se amontona la pobreza, y aunque todo termine en la misma basura, los hay que gozan, vivitos y coleando, en el rumor de la eternidad, y los hay, muchos más, que mueren sin abrir los ojos a la vida desde el día en que nacieron, por más que ahora tengan un documento con el sello que acredita haber votado.
Alguna vez dije, sin mayor gracia, que en el país lo único que madura bien son ciertos vinos…
- ¿Seguimos pensando nuestra realidad desde las categorías del Poder? Y de qué Poder?
- El poder más que un pensar es un actuar, un ser desde los hechos, una persistencia sobre el escenario hasta convertirse en naturaleza, sin darle importancia al ridículo, tampoco al grotesco, porque asegurada la impunidad, el orden de lo justo y de lo bello se legaliza sin discusión, antes que cante un gallo.
- Para finalizar, quisiera saber cuál es su análisis sobre la desaparición de Julio López.
- Más de una vez he pensado, o mejor: sentido en todo el cuerpo, de la manera en que se sienten las grandes fiebres, volando a horcajadas sobre los vientos del delirio, que el precio de la sobrevivencia al Terrorismo de Estado (yo lo llamo, con memoria de Rimbaud, el Tiempo de los asesinos) es la locura colectiva. ¿O se puede quedar indemne –sin tajos en el alma- si una sociedad mata a sus jóvenes hijos y ni siquiera entierra sus jóvenes cadáveres…?
Son distintas pero también iguales nuestras historias, miradas con los ojos para siempre rojos –ojos de lobo- que tenemos los sobrevivientes. Lo he vuelto a sentir, recientemente, con los asesinatos de Santillán y Kosteki y la desaparición de Julio Lopez. Algunos marcharon por las calles, otros se escondieron en las rutinas de sus casas, pero todos aullaron cuando salió la luna y en su blancura latían las manchas de sangre.
Vicente Zito Lema por Conrado Yasenza, Enero 2007
Poema
Inédito Vicente Zito Lema 23-01-07
Este es el tiempo en que
me tocó escribir:
Un tiempo de espanto.
No elegido ni deseado.
Cuesta entender que la poesía no se busca,
ella nos encuentra.
¿Cómo fuimos capaces
de semejante tiempo,
donde los cuerpos se devoraban
en vida
y las almas se devoraban
en muerte?
Amante de la palabra bella,
tuve que elegir
entre el silencio
y la más soez de las blasfemias.
Queda el consuelo de la espera.
Saber, o soñar, que en el final
del día
jamás una agonía fue eterna...
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