Andrés Fabián Valdés
Sobrenatural
El lugar está iluminado completamente, pero las caras deformes de quienes me rodean, aparecen y se borran en una atmósfera difuminada; es niebla. No; es una especie de vaho. Sólo alcanzo distinguir tres cosas: los rostros no tienen boca, tampoco nariz, y por último, los dedos de las manos que veo ejercitando sobre mí, son lisos y delgados. Nada de esto está al alcance de mi entendimiento. Hay cosas fuera de lo normal, como si viviese una tragedia sobrenatural. El continuo de un sonido ejecutado por un dispositivo electrónico. Extraordinarios brillos flotan en el aire; algunos se hunden en alguna parte de mi cuerpo.
Mi cuerpo, no lo siento. No logro mover ninguna parte de mí; creo que apenas los párpados y los ojos. No siento mis brazos ni mis piernas. Desconozco qué sucede conmigo; experimento una elevación como si me suspendiera en el espacio. Pienso que puede ser un sueño; pero yo jamás en un sueño me he dado cuenta de que lo que estoy percibiendo son fantasías que se representan por mi dormir. Aunque esta puede ser mi primera vez; no lo sé. Mi vaga razón viene y va en un tenaz letargo.
Me sobreviene una imagen a la mente; un recuerdo: Conduzco un auto, ¿mío? Voy en una ruta oscura; en los alrededores sólo se aprecia la negrura de la noche. No sé dónde estoy. El auto avanza demasiado rápido; como si yo estuviera escapando de algo… Presiento que estoy perdido. Ahora lo veo bien: pequeñas luces me siguen. De pronto escucho un sonido ensordecedor; parecen motores potentes. ¡Una luz me ciega! ¡Mis ojos queman! No recuerdo más nada; mi cabeza está en blanco.
Ya no puedo resistir; me vence un espeso sueño. Me dejo ir…Voces…
Escucho voces. Un fuerte dolor de cabeza me tortura; también me duele el pecho y el estómago. Abro los ojos y veo a dos extraños recostados en camas separadas; están muy flacos y deteriorados. Ninguno de ellos me observa. Son sus voces lo que oigo. Hablan sobre la visita de la policía, también sobre otra futura intervención quirúrgica de alguien.
Vuelve el sueño.
Sobrenatural
El lugar está iluminado completamente, pero las caras deformes de quienes me rodean, aparecen y se borran en una atmósfera difuminada; es niebla. No; es una especie de vaho. Sólo alcanzo distinguir tres cosas: los rostros no tienen boca, tampoco nariz, y por último, los dedos de las manos que veo ejercitando sobre mí, son lisos y delgados. Nada de esto está al alcance de mi entendimiento. Hay cosas fuera de lo normal, como si viviese una tragedia sobrenatural. El continuo de un sonido ejecutado por un dispositivo electrónico. Extraordinarios brillos flotan en el aire; algunos se hunden en alguna parte de mi cuerpo.
Mi cuerpo, no lo siento. No logro mover ninguna parte de mí; creo que apenas los párpados y los ojos. No siento mis brazos ni mis piernas. Desconozco qué sucede conmigo; experimento una elevación como si me suspendiera en el espacio. Pienso que puede ser un sueño; pero yo jamás en un sueño me he dado cuenta de que lo que estoy percibiendo son fantasías que se representan por mi dormir. Aunque esta puede ser mi primera vez; no lo sé. Mi vaga razón viene y va en un tenaz letargo.
Me sobreviene una imagen a la mente; un recuerdo: Conduzco un auto, ¿mío? Voy en una ruta oscura; en los alrededores sólo se aprecia la negrura de la noche. No sé dónde estoy. El auto avanza demasiado rápido; como si yo estuviera escapando de algo… Presiento que estoy perdido. Ahora lo veo bien: pequeñas luces me siguen. De pronto escucho un sonido ensordecedor; parecen motores potentes. ¡Una luz me ciega! ¡Mis ojos queman! No recuerdo más nada; mi cabeza está en blanco.
Ya no puedo resistir; me vence un espeso sueño. Me dejo ir…Voces…
Escucho voces. Un fuerte dolor de cabeza me tortura; también me duele el pecho y el estómago. Abro los ojos y veo a dos extraños recostados en camas separadas; están muy flacos y deteriorados. Ninguno de ellos me observa. Son sus voces lo que oigo. Hablan sobre la visita de la policía, también sobre otra futura intervención quirúrgica de alguien.
Vuelve el sueño.
Me encantan tus cuentos Andres
ResponderEliminarHola ,
ResponderEliminarMe llamo Angels Vinuesa , y soy escritora , catalana . He leido tus poesias , están llenas de nostalgia.
Un beso
Angels
Gracias por particpar de la revista con sus comentarios.
ResponderEliminarSaludos a todos
cuanta electricidad
ResponderEliminarInteresante los cuentos del señor andres valdes. se puede pensar profundamente en literatura, pues aqui de verdad se lee un cuento y no un texto.
ResponderEliminarel sueño, la realidad, la alusinacion, el shok, lo que es y lo que no es, estan mezcladas como gases astrales dentro del universo al que andres nos quiere llevar.
ResponderEliminarlos voy siguiendo a todas partes y en cada paso que doy hacia ustedes no me arrepiento.
ResponderEliminarGracias Valentina: Ojalá te sigamos acompañando.
ResponderEliminarBesos
Anónimo es La Tecl@ Eñe, perdón ...
ResponderEliminaryo valoro que el genero narrativo resguarde dedicacion y que esa dedicacion sea evidente al momento de ser leido. tambien es importante que en la dedicacion uno encuentre profesion.
ResponderEliminarSaludos a todos
estimados amigos:
ResponderEliminares de gran valor, mas que nunca, desarrollar un buen mercado literario no solo que convenza a los jovenes a leer, sino, tambien que logre mantenerlos con el interes de profundizar en cuestiones literarias.
Carlos: Gracias por tu comentario. La idea de la revista es, de alguna manera, lograr lo que vos describís. Internet puede ser de gran valor. Todo depende de su utilización.
ResponderEliminarConrado.
Valentina: Andrés, quien aporta los cuentos a la revista, estará agradecido seguramente de tu comentario. Te responderá luego. Gracias por el saludo.
ResponderEliminarPerdón, Era a María Lourdes la respuesta.
ResponderEliminarSaludos
un cuento muy completo para distraenros de la verdadera historia
ResponderEliminarA Luciana Pereira y Angels les agradezco por sus palabras de aliento, a Carlos Barreneche, Hugo Fernandez, Lada y Maria Lourdes les agradezco la valiosa crítica que han aportado, a Carlos agradezco su interés en opinar en nombre de una verdad que las editoriales persuaden, a Valentina, gracias por su inocencia y su frescura; pero de verdad que somos nosotros quienes los seguimos a ustedes a todas partes para saber qué es lo que les gusta y entretiene, lo que les aporta y cultiva. A Conrado Yasenza, mis más sinceros respetos porque ha apostado a mis trabajos y ha encontrado algo de tiempo para dedicarme.
ResponderEliminarLes agradezco a todos las consideraciones que me han tenido.
Andrés Fabián Valdés
Bien bien bien. cuando la elaboracion palpa el detalle vale la pena mencionarlo. Un gran saludo para todos y sigan adelante.
ResponderEliminarGraciela: Gracias por tu observación y por acercarte a la revista.
ResponderEliminarSaludos
Conrado Y
Con la imaginacion se pueden crear cosas malas o cosas buenas. Pero a veces lo que se crea excese lo malo y lo bueno y eso es arte para mi.
ResponderEliminarBye
el cuento corto se ha convertido en una especie de suerte para los medios como suelen ser las revistas que aparecen en la web, como en todas las cosas no escasean las manifestaciones mediocres, pero tambien las hay de aquellas que parecen escritas con inteligencia y detenimiento. hoy por hoy todo demuestra que es muy sencillo escribir y publicar dichas obras. pero son las verdaderas obras, aquellas que hacen que todo lo mediocre parezca algo pequeño.
ResponderEliminarun saludo y buen gusto de lectura.
la idea es que un cuento haga sentir cosillas, que despierte a la mente del letargo que tanto le atrofia. no solo el personaje despierta aqui, uno cuando lee puede sentir esa sensacion de despertar de algo horrible, quizas la rutina , no se... per se lo siente, el despertar
ResponderEliminarde acuerdo todo esta muy bueno pero no entiendo una cosa... la foto que ilustra el cuento?
ResponderEliminarPerdón: Es un cuadro de Jorge de La Vega. Algo Sobrenatural, quizás monstruoso. Asociación Libre.
ResponderEliminarSaludos