Acerca de la Nueva Ley de Radiodifusión
¿Qué pasa con la Madre de todas las batallas?
Por Conrado Yasenza
¿Qué pasa con la Madre de todas las batallas? Quero decir en qué quedó el tratamiento de la Nueva Ley de Radiodifusión que vendría a reemplazar a la 22.285 creada en tiempos de espanto y muerte. Parece que la Madre Batalla ha quedado en simple escarceo. Y esto es doloroso, porque no creo que Gabriel Mariotto, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y director del COMFER, no quiera librarla. Me niego a aceptarlo, ya que cuando lo tuve como profesor en la Universidad, allá por 1993, bregaba por la lucha en contra de una ley creada desde el mismo centro del horror para facilitar el monopolio y concentración de los medios en manos de amigos y empresarios.
Pero parece que no son los tiempos ni para el debate de la nueva Ley ni para su mentor. Y da la sensación también de que la manipulación de las expectativas y las necesidades no es monopolio exclusivo de los grandes mass-medias. Fue muy útil instalar con fanfarrias de valentía, dignidad e identidad cultural la idea de discutir la Nueva ley de Radiodifusión en tiempos de la guerra gaucha. De ahí La Madre de Todas Las Batallas. Se sabe, eran momentos de estrepitoso mal humor con el gobierno y su inacabada redistribución de la riqueza. Se redistribuía, como hoy, el IVA y la inflación, para que las vaquitas siguieran siendo ajenas. Y los medios, con su pasmosa concentración, falsa libertad de expresión y ansias de libertad de empresa, magnificaban esos datos de la realidad; horas de aire y miles de palabras ensanchando la herida por la cual sangraba un gobierno que recién se iniciaba pero que parecía una prolongación del último escalón del período anterior. Hoy, pasado el temblor, sigue ausente la redistribución de la riqueza en aspectos tan centrales como educación, trabajo y pobreza. Y aquello, y esto, por hoy, se parece mucho a la nefasta teoría del derrame.
Y digo que da lástima, que duele, porque la sensación que se ha forjado es la de que fue parte de otro golpe de timón para intentar parar la sangría de popularidad que el conflicto gaucho originó. ¿Y por qué sostengo esto? Bueno, porque hoy la Santa Madre de las batallas dejó paso a, en plena crisis financiera mundial, el pago de la deuda con el Club de París y a los tenedores de bonos. Mientras tanto la pobreza se hace cada vez más visible en las calles de todos los barrios de nuestra ciudad, y supongo que en la de todas nuestras provincias, salvo claro en Calafate. Aunque quisiera ver qué ocurre en la zona baja a orillas de Lago Argentino.
Pero no cabe duda de que, más allá de los desatinos cometidos por la banda de Pepe y sus amigos, debatir cuanto antes una nueva ley abarcadora de todos lo medios de expresión, que se nos informa elaborada, es esencial para desarticular la fabulosa concentración que existe en el mundo de la información periodística. El derecho de informarse se halla concentrado en muy pocas manos, en matrices massmediáticas con ramificaciones complejísimas de explicar. Es bueno, para entender un poco las extensiones del poder de los holdings comunicacionales, el gráfico que fue publicado en el diario Crítica junto a la investigación sobre el monopolio Clarín.
Y esta concentración conlleva a que no se escuchen otras voces que no sean las dos de Silvestre y Bonelli.
Los espacios independientes de información parecen ser hoy apenas un susurro libre entre el murmullo y el ruido atronador de la noticia circular. Aunque esa suave brisa se halle a veces contenida en revistas de bajas tirada, páginas digitales y blogs, la omnipresencia de las corporaciones todo lo invade.
Ojalá esta batalla no se transforme en la ciénaga oscura del oportunismo y la falsía de los generales mediáticos.
Conrado Yasenza
Octubre de 2008.
¿Qué pasa con la Madre de todas las batallas?
Por Conrado Yasenza
¿Qué pasa con la Madre de todas las batallas? Quero decir en qué quedó el tratamiento de la Nueva Ley de Radiodifusión que vendría a reemplazar a la 22.285 creada en tiempos de espanto y muerte. Parece que la Madre Batalla ha quedado en simple escarceo. Y esto es doloroso, porque no creo que Gabriel Mariotto, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y director del COMFER, no quiera librarla. Me niego a aceptarlo, ya que cuando lo tuve como profesor en la Universidad, allá por 1993, bregaba por la lucha en contra de una ley creada desde el mismo centro del horror para facilitar el monopolio y concentración de los medios en manos de amigos y empresarios.
Pero parece que no son los tiempos ni para el debate de la nueva Ley ni para su mentor. Y da la sensación también de que la manipulación de las expectativas y las necesidades no es monopolio exclusivo de los grandes mass-medias. Fue muy útil instalar con fanfarrias de valentía, dignidad e identidad cultural la idea de discutir la Nueva ley de Radiodifusión en tiempos de la guerra gaucha. De ahí La Madre de Todas Las Batallas. Se sabe, eran momentos de estrepitoso mal humor con el gobierno y su inacabada redistribución de la riqueza. Se redistribuía, como hoy, el IVA y la inflación, para que las vaquitas siguieran siendo ajenas. Y los medios, con su pasmosa concentración, falsa libertad de expresión y ansias de libertad de empresa, magnificaban esos datos de la realidad; horas de aire y miles de palabras ensanchando la herida por la cual sangraba un gobierno que recién se iniciaba pero que parecía una prolongación del último escalón del período anterior. Hoy, pasado el temblor, sigue ausente la redistribución de la riqueza en aspectos tan centrales como educación, trabajo y pobreza. Y aquello, y esto, por hoy, se parece mucho a la nefasta teoría del derrame.
Y digo que da lástima, que duele, porque la sensación que se ha forjado es la de que fue parte de otro golpe de timón para intentar parar la sangría de popularidad que el conflicto gaucho originó. ¿Y por qué sostengo esto? Bueno, porque hoy la Santa Madre de las batallas dejó paso a, en plena crisis financiera mundial, el pago de la deuda con el Club de París y a los tenedores de bonos. Mientras tanto la pobreza se hace cada vez más visible en las calles de todos los barrios de nuestra ciudad, y supongo que en la de todas nuestras provincias, salvo claro en Calafate. Aunque quisiera ver qué ocurre en la zona baja a orillas de Lago Argentino.
Pero no cabe duda de que, más allá de los desatinos cometidos por la banda de Pepe y sus amigos, debatir cuanto antes una nueva ley abarcadora de todos lo medios de expresión, que se nos informa elaborada, es esencial para desarticular la fabulosa concentración que existe en el mundo de la información periodística. El derecho de informarse se halla concentrado en muy pocas manos, en matrices massmediáticas con ramificaciones complejísimas de explicar. Es bueno, para entender un poco las extensiones del poder de los holdings comunicacionales, el gráfico que fue publicado en el diario Crítica junto a la investigación sobre el monopolio Clarín.
Y esta concentración conlleva a que no se escuchen otras voces que no sean las dos de Silvestre y Bonelli.
Los espacios independientes de información parecen ser hoy apenas un susurro libre entre el murmullo y el ruido atronador de la noticia circular. Aunque esa suave brisa se halle a veces contenida en revistas de bajas tirada, páginas digitales y blogs, la omnipresencia de las corporaciones todo lo invade.
Ojalá esta batalla no se transforme en la ciénaga oscura del oportunismo y la falsía de los generales mediáticos.
Conrado Yasenza
Octubre de 2008.
Conrado mucho gusto. Me llamo Rubén Silva, hago hace 6 años una revista zonal que se llama Guía Aldea (http://guialdea.blogspot.com) y ejerzo el periodismo hace casi 30 años, por mil y un lugares, hoy también con un programa de radio. Hoy estuvo disertando ante un público no muy progre, diría medio conservador y que no está muy en desacuerdo con la ley de la dictadura, en la Universidad de Tres de Febrero, donde estudio historia, tu ex profesor Lic. Gabriel Mariotto, interventor del COMFER, allí estuve. Me pareció correcto lo que planteó, amén de polemizar amablemente con varios pequeños “dieños” de radios “comunitarias” bastante a favor del statu quo: no pueden ya presentar la batalla en el Congreso sin un mínimo de consenso social. La posibilidad de otro otro “no positivo” es posible si no. Y además provincia difiere bastante de Capital: es más tradicional, más gobernada por el punterismo y más conservadora. Me pareció que Mariotto hablaba sinceramente, el gobierno no la tiene nada fácil. Además, los tiempos políticos de hoy, de este sistema, no son los tiempos periodísticos que suelen ser urgentes. La política es laburo, tiempo, paciencia, porque ideas, impulsos, sin pueblo que apoye, van al muere. Años setenta como lejano ejemplo.
ResponderEliminarMis saludos
Buena tu revi.
Rubén.
Gracias Rubén por tu comentario. Yo también pensé que hablaba sinceramente cuando anunció La Madre de todas las Batallas. Espero no asistir a una nueva manipulación con un tema tan importante como una ley de Rediodifusión que en definitiva implica una política de Estado.
ResponderEliminarSaludos.
Conrado.