21 octubre 2008

Debates/Reflexiones acerca del Arte Digital - Por Carlos Barbarito

Reflexiones acerca del arte digital, 1


Por Carlos Barbarito*
(para La Tecl@ Eñe)

Escribo estas reflexiones en medio de voces que se multiplican: recesión, baja, salvataje, caída… El Apocalipsis que, en tiempos bíblicos, tuvo lugar en Armagedón, con sonidos de trompetas arcangélicas, se trasladó, en días del agonizante neoliberalismo, a los pulcros y ahora temerosos salones de las bolsas del mundo. Un fenómeno de pantallas, encadenadas, que me llega desde la pantalla del televisor, mientras medito sobre el arte digital, otro fenómeno de pantalla. Un candidato a presidente afirmó es el fin de una ideología; creo que se trata de algo más profundo, es el final de un estado de cosas. Se predice el agravamiento del problema hasta un 2010 que, se augura, brutal, terrible. Dicho esto, paso a ocuparme del asunto.

Según el diccionario de la RAE, edición 1970, digital es lo que está relacionado con los dedos; hay, en la misma entrada, una alusión a una planta herbácea, de tallo sencillo o poco ramoso. Nada más. 1970 es, ni más ni menos, otro mundo, que nos parece tan remoto como el antiguo Egipto, hablo de lo tecnológico; recordemos también que por esos años comienzan a diseñarse políticas tanto sociales como económicas que, puestas en práctica por sucesivas dictaduras o gobiernos dóciles, dominaron la escena por años. Políticas que en estos días queman el poco combustible que les queda. Pero aquí se trata de lo digital, el arte sirviéndose de la última tecnología, evolución de los medios de comunicación hacia la reproducción de la “copia esencial”y la realización de la “trascendencia física”. [1]La idea de lo digital, o mejor de lo virtual, simulación digital multisensorial, es inseparable de la informática.

¿Qué significa virtual? De nuevo a 1970, según el diccionario, que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce en el presente. Implícito, tácito. Que tiene existencia aparente y no real. Lo que no podían imaginar los académicos de la lengua, ni muchos otros, entonces, es que lo virtual, como simulacro en el que lo material y lo inmaterial se disuelven en una sucesión de mensajes numéricos conducidos por un flujo continuo de impulsos eléctricos[2], no mucho tiempo después sería no sólo tópico de la ciencia-ficción. En lo virtual tiene lugar, por primera vez, una superación de aquellos soportes (tela, pantalla de televisor, espejo), en el sentido de que es posible entrar y una vez adentro ser partícipe de una anulación del tiempo y una desmaterialización del cuerpo. Entonces, nada más que razón y máquina.[3]

¿Se puede concebir algo más admirable y temible?

El arte, inevitablemente, recurrirá a esta tecnología, así como antes se sirvió de materiales, técnicas y recursos contemporáneos, cito al azar fieltros, lino y soga (Bruce Neuman, entre otros), tuberías de acero (William Tucker, por ejemplo), grabaciones (Robert Morris), tubos de neón, video, etc. Al hacerlo propone una alternativa que va más allá de la relación razón-máquina, de lo meramente tecnológico, del mero simulacro; porque el arte es un producto de la deliberación humana consciente y las obras de arte son, ante todo, significados o intenciones.[4]

Muñíz, Buenos Aires,

octubre 6, 2008

[1] Levis, Diego. La pantalla ubicua. Ciccus, La Crujía, Buenos Aires, 1999.
[2] Levis, Diego. Op.cit.
[3] Levis, Diego. Op.cit.
[4] Walker, John A. El arte después del pop. Labor, Barcelona, 1975
*Carlos Barbarito, nació en Pergamino, Argentina, el 6 de febrero de 1955. Su obra literaria comprende quince libros de poesía y dos de crítica de artes plásticas.

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