Ricardo Forster: Periodismo y Cultura
Relaciones entre periodismo y cultura
Creo que hay una caída vertiginosa si uno compara los lenguajes del periodismo de décadas atrás respecto a lo que hoy prolifera en general en los medios, tanto gráficos como audiovisuales. Es evidente que hay una orfandad muy grande, hay una caída, una pérdida de complejidad, de sutileza, de formación bastante significativa, que también es equivalente a la lógica de las empresas periodísticas que han embrutecido el lenguaje, lo han simplificado a niveles terribles, pensando que el público es cada vez más un público ignorante, semianalfabeto. Si uno toma cualquier nota gráfica escrita cuarenta años atrás y la compara con una escrita ahora, se va a encontrar con sorpresas gramaticales, de estructura de lenguaje, de escasez de palabras, sofisticaciones groseras. Me parece que hay una historia de pérdida, de licuación, de empobrecimiento del lenguaje periodístico, a lo que también habría que agregarle que los lenguajes audiovisuales son muy complejos porque han transformado la sensibilidad y las percepciones del tiempo, del espacio, los modos de comunicarse entre las personas; han invadido de un modo completamente nuevo los imaginarios desde los cuales le instituye sentido. Por lo tanto estamos frente a una discusión que es una discusión civilizatoria, de época, compleja. El periodismo también tiene una enorme capacidad de producción de realidad y por lo tanto opera sobre eso que está generando. Yo creo que ahí hay un desafío muy grande. No soy un gran optimista respecto al papel de los medios de comunicación como ámbitos de recreación de la vida cultural, sino que sospecho que ahí hay algo no resuelto y muy complicado. Pero al mismo tiempo digo, esta sociedad está atravesada inexorablemente por los lenguajes comunicacionales, hay que hacernos cargo de eso, y tenemos que tratar de mejorarlos, tenemos que tratar de enriquecerlos, de rescatar lo que está muchas veces en peligro absoluto. Es un ámbito complejo, como diría mi querido amigo Nicolás Casullo, el lugar de los medios de comunicación entendidos como lugares hegemónicos de poder, expresan hoy la lógica de la derecha contemporánea y combatir contra eso es combatir contra un discurso que se ha convertido en sentido común, que ha invadido la vida de todos los días, que se ha convertido casi como el agua que fluye. Combatir contra eso es muy difícil.
Relaciones entre periodismo y cultura
Creo que hay una caída vertiginosa si uno compara los lenguajes del periodismo de décadas atrás respecto a lo que hoy prolifera en general en los medios, tanto gráficos como audiovisuales. Es evidente que hay una orfandad muy grande, hay una caída, una pérdida de complejidad, de sutileza, de formación bastante significativa, que también es equivalente a la lógica de las empresas periodísticas que han embrutecido el lenguaje, lo han simplificado a niveles terribles, pensando que el público es cada vez más un público ignorante, semianalfabeto. Si uno toma cualquier nota gráfica escrita cuarenta años atrás y la compara con una escrita ahora, se va a encontrar con sorpresas gramaticales, de estructura de lenguaje, de escasez de palabras, sofisticaciones groseras. Me parece que hay una historia de pérdida, de licuación, de empobrecimiento del lenguaje periodístico, a lo que también habría que agregarle que los lenguajes audiovisuales son muy complejos porque han transformado la sensibilidad y las percepciones del tiempo, del espacio, los modos de comunicarse entre las personas; han invadido de un modo completamente nuevo los imaginarios desde los cuales le instituye sentido. Por lo tanto estamos frente a una discusión que es una discusión civilizatoria, de época, compleja. El periodismo también tiene una enorme capacidad de producción de realidad y por lo tanto opera sobre eso que está generando. Yo creo que ahí hay un desafío muy grande. No soy un gran optimista respecto al papel de los medios de comunicación como ámbitos de recreación de la vida cultural, sino que sospecho que ahí hay algo no resuelto y muy complicado. Pero al mismo tiempo digo, esta sociedad está atravesada inexorablemente por los lenguajes comunicacionales, hay que hacernos cargo de eso, y tenemos que tratar de mejorarlos, tenemos que tratar de enriquecerlos, de rescatar lo que está muchas veces en peligro absoluto. Es un ámbito complejo, como diría mi querido amigo Nicolás Casullo, el lugar de los medios de comunicación entendidos como lugares hegemónicos de poder, expresan hoy la lógica de la derecha contemporánea y combatir contra eso es combatir contra un discurso que se ha convertido en sentido común, que ha invadido la vida de todos los días, que se ha convertido casi como el agua que fluye. Combatir contra eso es muy difícil.
(Testimonio recogido telefónicamente)
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