05 septiembre 2008

Zona Literaria/ Microcuento: Un género en degradación - por Andrés Fabián Valdés


Microcuento: Un género en degradación
Por Andrés Fabián Valdés

(para La Tecl@ Eñe)


En los últimos años, la enorme popularidad que llevó al microcuento a ser el género preferido para muchos escritores, comenzó a declinar su prominencia al ritmo acelerado de los nuevos tiempos y de las nuevas tecnologías. En el presente, y en su mayor parte en el marco de internet, se le llama microcuento a todo aquello que tenga carácter breve, donde la hibridación de la narrativa con otros géneros: parábolas, fábulas, proverbios, citas, refranes, mitos, sentencias, epitafios, alegorías, relatos, anécdotas, chistes, viñetas, poemas en prosa, pequeños ensayos, etc., toma una soltura demasiado indiferente respecto a lo narrativo. Con esto se omite que el "cuento", y entendiendo por éste: composición narrativa, es la característica más propia del microcuento, y definiendo por efecto en este breve género literario, aún sin identidad, una naturaleza dominante de mini texto, que si la tiene es de orden causal debido a su idiosincrasia: la precisión.
La precisión no es sólo una cualidad estética; es esencial como vehículo de expresión y de comprensión en el mundo actual, en el que se le tienden tantos fraudes al lenguaje. Sin embargo, lo breve asociado a lo literario no pertenece a estos tiempos veloces en los que vivimos, sino que tiene su origen en épocas pretéritas: cuartetas, odas, rubayats, haikus, salmos, aforismos, parábolas, fábulas, proverbios, refranes, mitos, etc., Estas formas de escritura, donde se aunaba filosofía o religión y se aseguraban las costumbres y tradiciones de una civilización, eran estiladas por los antiguos muchas veces con el propósito de que fueran fáciles de memorizar para el pueblo, de allí el interés por la brevedad. Si nos acercamos más a nuestros tiempos, en el contexto hispanoamericano, el microcuento surge con el modernismo de Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo Lugones y, posteriormente, el mexicano Julio Torri. Se proyecta a la literatura contemporánea con Vicente Huidobro, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Enrique Anderson Imbert y Juan José Arreola. En pleno auge del género, uno de sus principales cultores, Augusto Monterroso (guatemalteco, 1921-2003) fue considerado un verdadero mentor del relato breve y con ello de la parodia, la fábula, el humor negro y la paradoja. Por lo tanto no es válido mencionar que el microcuento que tiene sus raíces en los minitextos ya mencionados (aunque eso no significa que en esencia el microcuento sea un minitexto, que como ya se intentó mencionar el elemento básico y dominante debe ser la naturaleza narrativa del relato) y que surgió con el modernismo del siglo XX, sea producto del tiempo presente en que vivimos, donde podría influir el ritmo vertiginoso de la vida diaria urbana, la limitación de los espacios marginales en las revistas y los suplementos culturales, la naturaleza fragmentaria de la escritura en los medios electrónicos y la paradójica sensibilidad neobarroca, inmediata a la violencia del detalle repentino, irónico y parabólico que hallamos en otros terrenos del arte contemporáneo.

El microcuento, es una escritura breve de lenguaje preciso, que además de calidad artística y especial sensibilidad, tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar una modificación, una metamorfosis, la consumación del conflicto que se plantea en las primeras líneas. Sin embargo fue sólo la brevedad lo que se hizo evidente para todos. En 1981, Augusto Monterroso, durante su estancia en Nueva York, se lamentaba que en México se estaba escribiendo una clase de cuento brevísimo que se diferenciaba de la “varia invención” (Monterroso lo llama “varia invención” porque su predecesor inmediato, Juan José Arreola, usó ese título para una colección de prosas hiperbreves y literarias), como él denominaba el microcuento, atribuyéndole un significado oculto entre líneas y una importancia donde lo que prepondera es la astucia literaria por lo minucioso y no lo breve.

2 comentarios:

  1. Saludos.

    No concuerdo con ese planteamiento. Primero, porque hay un error en la lectura de las "fechas": No es recientemente que se presenta esa hibridación de la que hablas. El "Cuentos Breves y Extraordinarios", de Borges y Bioy Casares, es de 1955, y ya recoge textos que se alejan de lo que planteas debe ser un microcuento.
    Segundo, porque el problema no está en el texto, sino en la clasificación. La queja, debería ser dirigida a la academia, a quienes definen los cánones y géneros, no a los escritores. Monterroso, en ese sentido, erró el tiro. Se queja de que "en México se estaba escribiendo una clase de cuento brevísimo que se diferenciaba de la “varia invención”..." Una queja bastante poco seria. Más interesante sería proponer una redefinición de los géneros, separadores de aguas para que no sufran espíritus sensibles, como el de Monterroso, con "cuerpos extraños" apropiándose y corrompiendo el género al que le han dedicado tantas horas.

    No me acuerdo de la clave, así que dejo mi nombre aquí:

    Sergio

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