27 diciembre 2011

Debates/Los muertos que vos matáis…: polémica en torno al Instituto Dorrego/Por Rubén Liggera


Los muertos que vos matáis…


La polémica desatada por la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, provocó un virulento y mediático rechazo, el que provino de los historiadores de formación universitaria o “profesionales”, adscriptos a la “historia Social”, cuyo mascarón de proa es Luis Alberto Romero.


Por Rubén Américo Liggera*

(para La Tecla Eñe)


Gran revuelo mediático ha causado la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego (Decreto 1880 del 21 de Noviembre, un día después de la recordación de la Vuelta de Obligado, toda una novedad en las efemérides)

Lo cierto es que el rechazo más virulento a la iniciativa oficial provino de los historiadores de formación universitaria o “profesionales”, adscriptos a la “historia Social”, cuyo mascarón de proa es Luis Alberto Romero. No vamos a reproducir aquí sus dichos, pero no nos extrañan su soberbia y su desprecio hacia historiadores no académicos:”…ninguno de ellos es reconocido, o simplemente conocido, en el ámbito de los historiadores profesionales. De los 33 académicos designados, hay algunos conocidos en el terreno del periodismo, la docencia o la función pública. Dos de entre ellos, Pacho O'Donnell y Felipe Pigna, son escritores famosos. En mi opinión, entre ellos hay muchos narradores de mitos y epopeyas, pero ningún historiador” (La Nación, 30/11/11). Aunque creo –mirado desde afuera- que lo más probable es que él y su camarilla envidien los éxitos editoriales y la popularidad de estos “meros divulgadores” de la Historia popular en Argentina.

Tampoco llaman la atención las declaraciones de la nueva pitonisa del stablishment porteño, Beatriz Sarlo, puesta a rebatir cualquier premisa o acción del actual gobierno. Claro que primero debería explicitarnos desde dónde y para quién escribe.

No voy a intervenir en esta polémica porque en realidad, me excede, y además, porque creo que ya se ha escrito bastante sobre el tema y nada agregaría.

Pero hay una cuestión que desde hace muchos años me preocupa e incluso, me mortifica personalmente. Dice Sarlo, luego de la consabida descalificación de los “favoritos de los CEO de las grandes editoriales” - en la misma línea que Romero-:”El Instituto de Doctrina podría convertirse en un rincón arcaico y polvoriento. Pero también podría ser un centro que irradie su ´historia` a la escuela. Allí se convertiría en algo más peligroso” (La Nación, 28/11/11)

Si existiera una vocación hegemónica por parte del gobierno, compartiríamos esta prevención de Beatriz Sarlo. Sin embargo, todo parecería indicar que, por el contrario, la creación del Instituto, viene a sumar una nueva voz a las ya existentes como lo son el Sanmartiniano, el Belgraniano, el Browniano, el Juan Manuel de Rosas, el Eva perón, el Juan Domingo Perón, el de Antropología y Pensamiento latinoamericano, el Newberiano, el Yrigoyeniano, todos dependientes de la Secretaría de Cultura de la Nación, promovidos y financiados por el estado.

El verdadero temor de los cancerberos de la Historia Oficial entonces es perder su prolongada hegemonía en el pensamiento histórico argentino. Porque a pesar de su pretendido cientificismo no han cuestionado la base del panteón mitrista.

Quisiera que me disculpen por esta auto referencia, pero viene al caso aunque me haya ocupado del asunto en más de una oportunidad. Cursé el secundario en Junín, a mediados de la década de los ´60. En 1970 me instalé en La Plata para cursar estudios superiores. Y a los 17 años descubrí que los reyes Magos eran los padres. Grande fue la decepción de un joven pueblerino al descubrir que había sido estafado, manipulado y engañado alevosamente por el sistema educativo argentino. ¡Había otra historia! Había otros héroes, otra gesta popular sobre la cual la escuela no nos había prevenido.

No se preocupe Beatriz, tal vez lo que Ud. anuncia no llegue a cumplirse, pero sí sepa que ya se hizo con total impunidad y descaro intelectual.

Puesto a documentar lo que afirmo recurriré a un ejemplo. Además de los Grosso, los Ibáñez y los Astolfi, para Historia, en Educación Democrática - así se denominaba la materia por ese entonces - utilizábamos en segundo año el libro de Jorge Raúl Delfino. ¿Qué nos decía a la juventud argentina este buen señor de acuerdo con las prescripciones educativas de esa época? Que en la Argentina habíamos padecido la Primera Tiranía (Cap. IX) y la Segunda Tiranía (Cap. XV). Rosas y Perón fueron los seres más abominables de nuestro pasado. Así se enseñaba historia y civismo en nuestro país después de 1955, restaurada “la línea Mayo-Caseros”.

“En nuestra Historia hubo dos auténticas tiranías: en el siglo actual [se refiere al XX], la que fue destituida el 16 de septiembre de 1955, y en el siglo pasado [el XIX], la de Rosas (….) Las enseñanzas de esa tiranía congregaron al pueblo otra vez alrededor de los ideales de Mayo, y bajo su amparo, la patria se dio, por fin, la Constitución que debía de ser el bálsamo que curase sus heridas(…) su poder fue absolutista en lo político y monopolista en lo económico. La Revolución de Mayo, por el contrario, fue un movimiento que representaba la libertad política y económica” (Pág. 182 y ss.)Durante la época rosista la educación fue “ un medio de la propaganda oficial. Se emplearon medios de coacción sobre alumnos y educadores que tienen una rara similitud con la tiranía derrotada en 1955 (Pág. 185) Instruían los sabios maestros de aquella época sobre la Vuelta de Obligado: “ En ese hecho se basan algunos autores para exaltar la figura del Restaurador como gran patriota, oponiéndola a la actuación de los patriotas emigrados en Montevideo [Echeverría y la generación del ´37] que se aliaban con otros estados con tal de derrocarlo”. Luego la bajada de línea: “Es preciso tener cuidado con estas cuestiones resbaladizas. No hay que olvidar que los panegiristas modernos de Rosas son los mismos que defendieron la dictadura peronista y los mismos también, que se mostraron partidarios del los países del ´eje nazi-fascista´ en la guerra pasada[se refiere a la Segunda Guerra mundial]No vacilaban en atacar a todo adversario llamándolo ´vende patria´ y ensalzaban la ´soberanía´ que defendía el peronismo(…)podemos afirmar que Rosas, al igual que el tirano depuesto en 1955, usaba al patriotismo en beneficio propio, para mantenerse en el poder, confundiendo a la opinión pública mediante la engañosa identificación de su persona con el nombre sagrado de la Patria. Así fue posible a Rosas sorprender la buena fe de San Martín” (Pág. 186) ¿Qué me cuentan? ¡Hasta San Martín era un ingenuo, un pobre pirulo, que creyó los embustes del Tirano de la divisa punzó!

Y para terminar este capítulo, jóvenes argentinos, sepan que si los caudillos eran “una fuerza semi bárbara, inculta, personalista”, nuestros primeros presidentes [Urquiza, Mitre, Sarmiento, Avellaneda] fueron hombres de “ ideas progresistas” (Pág.203) El tópico civilización-barbarie volverá una y otra vez tanto en los libros como en nuestro comportamiento social. La madre de todas las zonceras jauretchianas perdura en el tiempo.

Con respecto a Perón, afirma que para 1943, con los cargos que detentaba, ya se vislumbraba al “futuro tirano” pues mediante las multitudinarias concentraciones públicas “… se exacerbaban los instintos de las masas, provocando sentimientos de odio y división entre los argentinos…” Estas, “ eran supuestamente espontáneas ante los balcones de la casa de Gobierno, en la que se festejaban los insultos y los improperios del ´líder´”(¡Ay, “La fiesta del monstruo”!) Por supuesto, en su enumeración pasa por alto lo sucedido el 17 de Octubre de 1945.

Con respecto a la Justicia Social sostiene que eran supresiones de las libertades individuales y de Derechos y Garantías “que se presentaban como sucesivos actos de justicia a favor del pueblo y como castigo a sus enemigos” (Pág.320)

Por supuesto, todas las organizaciones de la sociedad civil fueron cooptadas y corrompidas y “ la CGT llegó a convertirse en fiel ejecutora de los programas de la tiranía” (Pág.323) Los partidos políticos fueron perseguidos y el fraude y la violencia fueron los métodos utilizados por el peronismo para instaurar la “Nueva Argentina”. Con respecto a la cultura señala que una camisa reemplazó a la bandera, las alpargatas a los libros y que se fomentó una “literatura vulgar”. Además, el cine y la radio, fueron instrumentos de propaganda oficial con la consabida “pérdida de prestigio”. Ni qué hablar del espionaje, la delación y la persecución “ comparable con la dictadura de Rosas”; la Constitución Social de 1949 fue promulgada solamente para perpetuarse en el poder ya que los derechos de los trabajadores y de la ancianidad fueron nada más que “ …una enumeración ampulosa que no importaba la incorporación de verdaderos derechos, sino agregados declamatorios usados como pantalla tras la cual e insertaba el principio de reelección…”(Pág.337); la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires) representó la resistencia y el combate a la tiranía cual valientes y arrojados maquís. Eva Perón no fue la abanderada de los humildes sino de la coima y del enriquecimiento ilícito a través de la Fundación. Como no podría ser de otra manera, se refiere a la quema de iglesias pero no a los bombardeos de Plaza de Mayo, para cerrar el estudio de “ esos diez infaustos años” expresando que “ con la fuga del tirano comenzó un nueva etapa política continuadora de nuestra tradición liberal de Mayo” (Pág.336) SIC, textual, literal. Obviedades del catecismo gorila.

A confesión de parte, relevo de pruebas: “ La escuela ha tenido un papel estratégico y decisivo en la construcción del sentido común” (Romero, L. A., coord., La Argentina en la escuela. La idea de Nación en los textos escolares, Bs. As., 2004)

Pero ese sentido común dependerá de las circunstancias políticas, porque como hemos visto, la enseñanza de la historia es política del presente, les guste o no, lo acepten o no los Sarlo, los Halperin Donghi y los Romero. Quien tiene el poder impone el saber y ellos lo saben. De alguna manera u otra fueron y siguen siendo partícipes de una hegemonía intelectual – hoy cuestionada y puesta en duda, por suerte - que dejó de lado a los líderes populares vencidos en las Guerras Civiles. Todos ellos representaban el atraso y la barbarie, según esta particular visión liberal positivista anche social ” del pasado.

Por mi parte y para terminar, con el permiso de todos, solo quiero ser la voz cantante de aquellos jóvenes de la promoción 1969 y aledañas que se hayan sentido estafados moral e intelectualmente por sus maestros, conscientes o no de ser instrumento del engaño, la mentira y el ocultamiento de la Historia.


*Poeta y Periodista – Director del Suplemento Cultural del diario La Voz de Junín



2 comentarios:

  1. Estimados:
    Soy un lector esporádico de La tecla Eñe. Siempre me pareció un espacio de construcción intelectual en donde había solvencia en el material publicado. Por ello me apena en parte el artículo "Los muertos que vos matais".
    No me molesta por mi posición política, sino por los errores sistemáticos del escrito. Me limito a señalar solo algunos, para ahorrar espacio:
    1) Los historiadores que criticaron la creación del I. de Revisionismo no son solamente los que practican la "historia social", si es que existe una cosa así -puesta tan rígidamente- en la Argentina (Línea de investigación que por otra parte ha comenzado a ser discutida desde dentro del mismo campo). Primero, porque la Historia Social tiene distintas variantes, y no deberíamos unificarla y homogeneizarla como una sola escuela de pensamiento. Segundo, porque el autor desconoce que las criticas surgieron también de quienes practican algunas dimensiones de la Nueva Historia Cultural, la Historia Intelectual, La Historia política, etc.
    2) Hace ya muchos años que se ha dejado de usar Astolfi y manuelaes similares en las Escuelas, eso se lo puede decir cualquier docente del nivel medio, o cualquier estudiante.
    3) Desde fines de los sesenta (aunque interrumpidos durante la dictadura), los historiadores abandonaron la idea de estudiar a los "próceres", para pasar a estudiar procesos históricos, problemas, entramados sociales, etc. Hace mucho por suerte que se dejó de pensar que a la Historia la hacen los grandes hombres, sean quienes sean.
    4) No podemos hablar de una histriografía oficial como si existiera en el campo académico una sola práctica historiográfica. Ello es desconocer que la producción de conocimiento histórico se ve atravesada por un proceso que involucra un lugar, una práctica y una escritura, como dijera M. De Certeau. El cmpo académico historiográfico argentino es un verdadero campo de conflictos, los que imposibilitan hablar de UNA forma de hacer historia en contraposicion a la autoproclamada historia revisionista.
    5) Creo que no es correcto realizara un análisi evaluativo de las formas de enseñanza a partir de recuerdos personales, sino de un análisis sistemático que problematice mediante datos concretos la situación de la enseñanza de la historio hoy, y para eso hay herramientas precisas elaboradas por sociólogos, antropólogos, especialistas en ciencias de la educacón, etc.
    Ciertamente creo que la opinión del autor del escrito nos sirve de alguna manera para demostrar que es un peligro que "intelectuales" que no pertenecen al campo científico de produccion escriban sin ningún criterio de rigurosidad sobre la historia, lo que puede trasladarse a cualquier otra disciplina. Si el autor conociera algunos elementos básicos de las teorias del cambio social que subyacen a las diferentes formas de hacer historia en la Argentina, si reparara al menos en la definición de campo de Bourdieu, o de Vigilancia epistemológica, si pudiera sopesar mínimamente las luchas intelectuales de historiadores pasados y actuales, en fin, si pudiera mirar el problema con ojo realmente crítico, su ensayo seria muy diferente. Pero redunda en el simplismo, en la estereotipación infundada, en el arte de opinar sin detenerse en un principio elemental del trabajo del hstoriador, en la crítica rigurosa de las pruebas de que se vale para sostener sus argumentos.
    Muchas gracias-
    Espero que puedan reenviar mi comentario al autor-
    Zacarías M.
    sacarias130@hotmail.com

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  2. ESTIMADO ZACARÍAS: GRACIAS POR SU COMENTARIO Y SU CRÍTICA VISIÓN, BIEN FUNDAMENTADA, POR LO CUAL ES BIENVENIDA. LE PASÉ SU COMENTARIO AL AUTOR DE LA NOTA. Y NO SEA ESPORÁDICO EN LA LECTURA, QUE DE EL LECTOR Y SUS OBSERVACIONES SE NUTRE ESTA PUBLICACIÓN. GRACIAS Y SALUDOS.

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