19 mayo 2008

Entrevista/ Tomás Abraham


Entrevista a Tomás Abraham
Resquicios en el muro de la autoridad

En esta entrevista el filósofo y escritor Tomás Abraham analiza el concepto de cultura vigente en la Argentina de hoy, su relación con las prácticas discursivas del poder y la industria cultural. A su vez reflexiona sobre el tratamiento de la información por parte de los mass-media, y el auge de Internet. El conflicto entre el Gobierno y el Campo, es otro de los puntos comentados por Abraham.

Por Conrado Yasenza

-¿Qué significa ser culto hoy en la Argentina; es decir, que implica el concepto de cultura, y si en este incipiente comienzo de siglo ha variado del postulado enciclopedista y universalista del siglo pasado?

- Ser culto es ser un diletante, alguien que se complace en las obras clásicas del arte y del pensamiento y está alerta a lo último que se produce en las vanguardias. Es el snobismo del curioso. Esta inquietud en nuestro país está ausente. Murió. Ya no corresponde a nuestra educación. Los motivos son varios. Cambiaron los canales y los mensajes. En la década del sesenta había revistas que combinaban el queso brie con los cuentos de Cortázar o una entrevista a Lévi Strauss con la muerte de Augusto Vandor. Permanecen el Bafici, la Noche de los Museos y la Feria del Libro, convocatorias socioculturales anuales que no se sostienen en el interés cotidiano fuera del gran momento social.
Ha quedado de la cultura algo de su viejo prestigio social que permite a algunos versados sentirse superiores al común.

-¿Sigue hoy vigente cierto positivismo humanista que vinculaba el concepto de cultura a la idea de valor superior de la humanidad, idea ligada a la evolución en el desarrollo de una conciencia social de comunidad organizada?

- No creo, esa idea es anacrónica, sin embargo... volver a quienes tal vez se desconocen, este retorno a un lugar que desconocemos – parece paradójico - , a las fuentes de la cultura abusadas por la historia, me refiero a Buda, Jesús, Sócrates, Jeremías, tal como lo propone Karen Amstrong, o releer a los clásicos de la literatura universal como lo sugiere Harold Bloom, para encontrar en ellos nuevas fuentes de valores, eternidades sepultadas, ésta es una idea interesante, quizás no para salvar a la humanidad en peligro, sino para enriquecer la conversación global. Creo que puede ser un buen contrapunto de quienes están más interesados en el futuro tecnocientífico y sus maravillas por venir a la manera del filósofo alemán Peter Sloterdijk que anuncia el fin del humanismo, es decir de la gramática como sostén del saber.

- ¿Cómo las prácticas discursivas del poder político atraviesan el entramado cultural de nuestra sociedad, y cómo repercuten las políticas económicas, es decir, cómo se organiza una cultura desde las premisas de una economía de mercado cuya directriz es la industria cultural?

- El poder político surge de la sociedad y la resignifica al mismo tiempo. Si el personal gubernamental hace alarde de la ignorancia, de la arbitrariedad, de la difamación, del nepotismo y del latrocinio, su impronta educativa actúa a modo de ejemplo respecto de la comunidad de un modo aún más terminante que la escuela, la familia y los medios masivos de comunicación. La calidad educativa y ética de los referentes políticos es muy importante. La conjunción entre industria y cultura no es ni buena ni mala, salvo que por lo general sirve para crear comisiones de burócratas al servicio de sus conveniencias políticas.

- ¿Qué relación existe en la actualidad entre periodismo, conocimiento y cultura?

- El periodismo, es decir la información masiva de las actualidades es crucial para la formación cultural. Hoy en día el saber no se restringe a los círculos de especialistas, ni a la autoridad a las cámaras legislativas. El ágora electrónico y gráfico, permite que la experiencia cultural sea múltiple y participativa y obliga a los expertos a explicarse sobre temas comunes. Los opinólogos molestan porque inquietan a los cenáculos que cubren su mediocridad con lenguajes crípticos y diplomas de posgrado.



- ¿Y cómo observa el fenómeno de Internet y su relación con la difusión de ideas culturales? ¿Tiene alguna posición tomada frente al auge de blogs y revistas digitales?

- Internet es enciclopedia. Es velocidad en la información. Posibilidad de asociar referencias. Le sirve al estudioso, nos pone en contacto con mundos que antes nos eran inaccesibles. Los blogs son fenómenos de escritura, al menos los que me interesan, el mío se llama PAN RAYADO, los hay de todo tipo, algunos para descargar insultos, otros para crear redes de información y reflexión. No es sólo un fenómeno irreversible sino cambiante y enriquecedor.

- ¿ Cuál es la lógica de los mass-medias en cuanto al tratamiento de la información?

- Los medios masivos de comunicación cumplen una función estratégica, es decir que interactuan de un modo dinámico con el poder político y con el económico. Hoy estos medios son parte de corporaciones cuyos capitales están invertidos en varios rubros.
Pero en una sociedad abierta, es decir en la que hay varios oferentes y posibilidades de expresión amplia, al lado de los grandes medios, los hay pequeños y medianos, a la vez que una zona infinita desplegada en la web internética. Esta abre la posibilidad de elaborar una "contraopinión" por parte del ciudadano, una autoeducación gracias a la posibilidad de confrontar información de todo el mundo sobre cualquier tema y diseñar una agenda personal de prioridades y deducir sus propias conclusiones. Esta tarea puede ser individual o grupal.
Por supuesto que la incidencia en lo que se llama opinión pública no es igual según el canal que se emplee. Pero "tener poder" para realizar deseos, influir sobre los otros o modificar el mundo, no es lo más importante. Creo que es más vital expresarse, tener algo que decir y no dejarse anestesiar con la resignación programada.

- ¿Cual es su opinión sobre el conflicto Campo-Gobierno?

- El conflicto del campo ha provocado una crisis política en el kirchnerismo. No sabe cómo resolverla. Pero supone que lo puede ayudar a desviar una situación de dificultades sino de agotamiento del modelo económico con un nuevo enemigo expiatorio.
Los errores del gobierno unieron al campo. Cree ahora que un desgaste puede volverlos a separar. Pero no se sabe a favor de quién juega el tiempo. Lo que sí parece es que es en deterioro de las fuerzas productivas del país.
En momentos de coyuntura favorable, no logra el oficialismo un consenso acerca del crecimiento y de los costos a distribuir entre los diferentes sectores sociales. No podemos imaginar que ocurriría en caso de una caída de los precios internacionales de las materias primas.
Hay quienes están a favor del gobierno porque dicen que los del campo son reaccionarios. Muchos claro que lo son, pero en política, salvo en las tiranías, se gobierna de acuerdo a una visión de país diverso que suma intereses y no los confronta hasta un resultado nulo que paraliza y destruye riqueza. La diversidad ideológica es un rasgo de nuestro país e ignorarlo es cometer errores que han hecho correr sangre no hace mucho tiempo. De los 70 deberían extraerse otras lecciones que las hasta ahora declamadas.
La crisis del campo parece la más fácil de resolver, no así otras como la de la energía, la falta de inversiones, el aislamiento internacional, la falta de oferta suficiente de bienes, la inflación creciente, la falta de credibilidad en los organismos del estado, la inoperancia del congreso, el nepotismo descarado, la conformación de un principado con un franco deterioro institucional, la pésima política con los medios, primero para regalarles negocios a cambio de imagen y avisos, luego para demonizarlos, y lo peor, el estado de la educación.
El campo, en donde hay menos problemas, sirve para postergar los otros problemas y ocultar la falta de ideas para seguir adelante

- Finalmente, ¿Cuál es la función del intelectual en el Siglo XXI?

- Decir lo que piensa, y trabajar con humildad en buscar un resquicio en el muro de la autoridad, y en esa grieta, crear su palabra.

Por Conrado Yasenza
Abril 2008

1 comentario:

  1. Es necesario en una sociedad de siesteros un pensamiento franco abierto y despierto a cualquier hora del asunto. Alguna vez van a reconocerlo. Espero que sus palabras y sus impresiones sean cotizadas en vida, no como esos cuadros que valen cuando el pintor se ha muerto.De qué nos valdría un pensamiento sin pensador. igomez2008@gmail.com

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