Por Osvaldo Vigna
(para La Tecl@ Eñe)
Ilustración: Clorindo TestaEstá muy claro que el gobierno tuvo que cambiar sobre la marcha su estrategia hacia los grandes conglomerados comunicacionales. El conflicto con la patronal agraria y el revés electoral de junio pasado lo empujaron a concretar una promesa de campaña que estaba condenada al olvido. Sólo basta revisar el programa electoral del Frente para la Victoria, allí se explicita la sanción de una nueva ley que supere la tristemente ley de radiodifusión heredada del Proceso. Dicho sea de paso el caradurismo de Cleto Cobos a este respecto es un botón de muestra de que lo nos aguarda si este gris personaje asumiera funciones ejecutivas.
La alianza que el gobierno de Néstor llevó adelante con grupos como el de Hadad, Clarín y otras menos visibles, tuvo vigencia hasta que los intereses de algunos de estos grupos, que son variadísimos y llegan a los lugares más recónditos del entramado político-económico-social, se vieron repentinamente afectado. No debemos olvidar que Clarín tiene activa participación en negocios directamente relacionados con la patria sojera como es la explotación de Expoagro o como grupo inversor en la explotación directa del poroto de la discordia. Las coberturas mediáticas durante el conflicto con el sector más retardatario del campo mostraron lo lejos que pueden llegar las políticas editoriales de quienes siempre se adjudican objetividad e independencia en sus opiniones.
Siempre recordaré la pantalla de la TV mostrando por un lado a Cristina y por el otro al protodirigente De Angelli moviendo su cabeza en señal negativa aun antes de cualquier enunciación por parte de la presidenta. Eso si que fue acción destituyente.
La cosa es que el gobierno tuvo que huir hacia adelante para sobrevivir en medio de tanta resistencia al conjunto de sus políticas, sea esto ocasionado por el gataflorismo argento, por malas formas de comunicación gubernamentales o por el hastío que causan algunas caras o porque realmente el ESTILO de los señores K ya no es de apetencia de la bien-pensante clase media urbana. Y ante ese panorama se vino el contraataque.
Una nueva alianza, impensada, con el último mohicano de Sarandí y la AFA le dio a Néstor la oportunidad de revitalizarse en la pelea con Clarín y en una acción relámpago le escamoteó el futbol televisado. Y fue, y es, LA GUERRA TOTAL.
Y los humos de la guerra nos encuentra sentados tomando mate o mirando TV de la mala o partidos de futbol por el canal 7.
En el parlamento la oposición demuestra lo que es: un conglomerado de salamines que se unen contra alguien pero que si tienen que conducir no pueden dirigir ni el tránsito. Ellos no quieren ninguna ley por las dudas que sean un poco buenas o solo por defender su estadía mediática en los órganos de difusión reinantes. No tienen propuestas y no tienen programa. No saben lo que quieren. Sólo desean que todo se derrumbe y ver después como se acomodan. Néstor, Cristina y compañía SI saben lo que quieren. Podemos o no quererlo nosotros.pero en la coyuntura actual ellos tienen plan. Nosotros los que tomamos mate frente a la tele NO TENEMOS PLAN. Alguien tiene uno?
Osvaldo Darío Vigna
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