29 octubre 2009

La Columna Grande/ Fútbol fácil/ Alfredo Grande

FUTBOL FACIL

escribe ALFREDO GRANDE



“cuando el estado se opone a la violencia, no es para suprimirla, sino para monopolizarla” (Freud, Sigmund. El malestar en la cultura.)
“al Estado hay que pedirle todo. Del Estado no hay que esperar nada” (aforismo implicado)

especial para LA TECLA EÑE


En los lejanos tiempos donde todo parecía más sencillo (mundo bipolar) se decía lo siguiente: hay cuatro tipos de países: desarrollados, que tienen todo; subdesarrollados, que no tienen nada; japón que con nada tiene todo, y argentina, que con todo, no tiene nada. Después vino el aplauso al default, luego las ovaciones al salir del default. Parece que a los argentinos les gusta ovacionar. En esos mismos lejanos tiempos, Argentina era un país europeizado con america latina en su interior. En la actualidad, es un país latinoamericanizada con algún enclave europeo en su interior. Pero como sigue siendo cierto que la ideología es siempre ideología de la clase dominante, aparentemente para los investigadores europeos los argentinos son los que más índice de felicidad tienen. Para este estudio[1] los argentinos son felices, y además, están ocupados de las situaciones sociales. Lo curioso es que la nota tiene una foto de varios amigos en un bar, con rostros que oscilan entre la felicidad, la beatitud, el autismo afable y la sonrisa catatónica. El detalle es que hay en la mesa una notebook abierta, lo que ubica a la simpática barra de amigos en el código A1B1 de la felicidad bancaria. Por lo tanto si la derecha se está ocupando del tema de la felicidad, cuando siempre ha sido una fábrica de desgracias, estamos en serios problemas. Mas acá que el canta/autor/gobernador Palito será el profeta de la felicidad en formato burgués. En la actualidad de nuestra cultura, la derecha es hegemónica. Mas allá del discurso, haber atado la felicidad al consumo, es un triunfo absoluto, y aunque tiene un alto costo, igual lo pagan los consumidores. A mi entender, la mayor tragedia del kirchnerismo es no haber modificado, mas bien acentuado, lo que denomino la subjetividad de mercado. En otros términos: la voz cantante, aunque desafine bastante, es de la clase media, ávida de comprar y comprar y comprar. El aviso de una talentosa cantante, musicalizando la manía consumista con un “me das cada dia mas…”, lejos de ser una invocación al goce sexual desenfrenado, es apenas un acompañamiento al goce consumista. Lo interesante de ese aviso es que los clientes y el vendedor miran a la cantante como si estuviera loca. En realidad, lo está. Pero no mas que los compradores, los vendedores, los que se financian con tarjetas, los que van al súper mercado siempre el día en que no hay descuentos, etc., etc. Mas que la cultura del trabajo, se sigue propiciando la cultura del consumo. Más bien dicho: consumismo, que es consumir consumo, aunque no necesariamente se consuman objetos. La Argentina latinoamericanizada con algún enclave europeo mantiene su brutal porcentaje de indigentes y pobres (algunos se duermen pobres y a la mañana siguiente se levantan indigentes, lo que algunos gurúes ya llaman bipolaridad de clase) Las necesidad básicas insatisfechas, es la marca de fábrica del salvaje capitalismo, que de tan serio ya está mostrando su pésimo carácter. El kirchnerismo ha logrado, como siempre “rezaron” los curas, hacer del vicio, virtud. Perder por poquito obligó al elenco gobernante a avanzar con proyectos que durante 6 años (nada menos, nada mas) estuvieron ausentes. Incluso se avanzó por el carril contrario, al prorrogar no hace mucho, o hace mucho porque fue antes de las últimas elecciones, la concesión a los odiados monopolios. Como los medios justifican el fin, una ley de la dictadura, que no había podido ser modificada por sucesivas intentonas democráticas, incluyendo la del último ex presidente, finalmente entre gallinas y medios días, fue aprobada. Y naturalmente, renace de las cenizas el “gato felix” del pensamiento binario. Si no se apoya la ley de medios con furia militante, entonces quedamos en el campo del gorilismo de clarinete. Estamos intentando en esta sociedad patriarcal superar los binarismos de género, y sin embargo no es posible superar los binarismos ideológicos. La parte siempre será el todo, y entonces tener pensamiento crítico sobre la ley de medios y sus circunstancias, es un certificado de descalificación inmediata. Pero con cualquier ley pasa lo mismo. ¿Nos atenemos a su letra o tratamos de entender su espíritu? Y creo que la dimensión espiritual de la política es para nosotros más importante que la dimensión material, que también se la conoce como posibilismo, real politik, o directamente, políticas correctas. Lo mismo pasará con el veto de la ley de glaciares, que cuando finalmente se vuelva a votar con modificaciones, terminará siendo otro logro del Ejecutivo. Así están las cosas. Por eso todos los que cuestionamos la política del pan y circo, mas allá que últimamente hay menos pan y más caro, y más circo, y más barato, quedamos literalmente off side con el fútbol fácil. ¿Cómo negar mi orgasmo de consumidor por débito automático cuando multicanal me avisa que se descontará el abono del fútbol codificado? Pero más allá de mi pequeño placer de bolsillo, la víscera más sensible como decía el General, no podría compartir cualquier arreglo que incluya a Grondona (sea Mariano o Julio) en algo que se presenta como un éxito de las políticas populares. Una de las crías del proceso es también, el presidente de AFA, delfín en su momento del recontra almirante Lacoste. Nada le impide al que fue delfín de la dictadura ser la orca de la democracia.
En el país del pago fácil, del gatillo fácil, el fútbol fácil me suena a táctica de mercado, mas que a estrategia cultural. Después de todo, debo aceptar que hay muchísimas personas a las cuales el fútbol no les significa nada, mas que tedio. No es mi caso, por cierto, que puedo ver incluso la primera D, y eso solo cuando quiero ver buenos partidos. Pero embanderar a la televisión pública en una causa nacional con el fútbol, cuando está probado que la patética clasificación de argentina, o las invitaciones a la fellatio de su director técnico, o las andanzas lamentables del No Salvador Bilardo, nada tiene que ver con impedir que 25 chicos menores de un año mueran por día en la argentina. La Marcha de los Chicos del Pueblo tiene una dignidad que el fútbol fácil no podrá igualar jamás. Porque luchar contra la peor de las injusticias no es nada fácil. Pero absolutamente necesario.



[1] Nota de La Nación.

1 comentario:

  1. bonjour alfredo!
    me gustaria leer tu ultimo libro sobre la infancia maltratada. ahora trabajo en psiquiatria infantil. mi mail: noranglade@wanadoo.fr
    un abrazo nora faivisovich anglade

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