Por Araceli Otamendi*
(para La Tecl@ Eñe)
Leo en un recuadro en la sección policiales del diario Clarín del 18 de noviembre una estadística de homicidios cada 100.000 habitantes. En la Argentina, dice, hay 6,8 víctimas cada 100.000 habitantes; en Guatemala los homicidios son 24, 2; En Brasil 31 y en El Salvador 43,2. Es una estadística de la Organización Panamericana de la Salud.
No conozco si estas cifras están tomadas por los homicidios ocurridos en las grandes ciudades o en general. Tampoco he investigado otras estadísticas. Al solicitarme La Tecla Eñe mi opinión sobre el tema ciudad y violencia, se me ocurre que estamos sujetos a un bombardeo continuo de los grandes medios de comunicación donde se nos muestran hechos de violencia por televisión con detalles muchas veces escabrosos como nunca se había hecho antes y que parecen superar algunas películas de Tarantino. La agenda televisiva de los años 90 de la que es heredera la actual televisión - salvo excepciones- pareció potenciarse en una vocación aparentemente desenmascaradora, sin límites, donde convivieron la posibilidad de exhibir lo peor de la sociedad en sus conductas individuales y sociales y la posibilidad de convertir lo peor en un espectáculo.
También, hace varios años irrumpieron films como Natural Born Killers - en la Argentina fue titulada como Asesinos por naturaleza- cuyos personajes, Mallory Wilson, una chica típica adolescente norteamericana se enamora de un carnicero, Mickey Knox, - y juntos viven una frenética luna de miel desafiando la ley. Cincuenta y dos será el número de víctimas de estos herederos de Bonnie and Clyde, interpretados por Woody Harrelson y Juliette Lewis. La pareja de asesinos se transforma a través de los medios - particularmente de la televisión - en una expresión emblemática de la impugnación a una cultura y a un sistema de vida. Las aventuras de Mickey y Mallory, que terminan con la transmisión televisiva en vivo de su captura y asesinato - que incluye la muerte del reportero que los persigue - pueden ser leídas como la más acabada síntesis de la problemática de la relación medios, violencia y opinión pública de los años 90.
Filmada con ritmo de video clip sobre guión original de Quentin Tarantino, adaptado por Oliver Stone que la dirigió, en una versión que le valió la reprobación de Tarantino, el film fue cuestionado por gran parte de la crítica especializada.
Natural Born Killers, The Truman Show, Kika y Tesis mostraron en los años 90 hasta qué punto la televisión intenta manipularnos, fortaleciendo nuestra condición de espectadores-consumidores frente a nuestra condición de ciudadanos.
Lo que vemos por la televisión son ejemplos y son los ejemplos lo que forman la mente de los niños y de los jóvenes.
Por otra parte, la marginación, la pobreza y la exclusión social, que no se pueden negar y que todavía no se ha logrado revertir en la forma que sería necesario hacerlo, no ayudan a formar a nadie y, al contrario, ayudan a fomentar actitudes antisociales. Esto es más visible en las grandes ciudades que ya de por sí ofrecen ventajas como el acceso a la escuela y a los hospitales pero donde también los lazos sociales se diluyen en el anonimato.
En las grandes ciudades ya no hay la cultura solidaria que existe en los pueblos donde todo el mundo se conoce y sabe quién vive en la casa de al lado o en la de enfrente. En el pueblo, el vecino nos puede socorrer en algún apuro, visitar en la enfermedad, preocuparse cuando ve algo extraño en la cuadra. Se mantienen formas de vida más solidarias.
En la gran ciudad todos somos anónimos y por eso nos sentimos más expuestos.
Tendrá que haber nuevamente una cultura del trabajo, talleres de artes y oficios y saber y enseñar - madres y padres, docentes, educadores, periodistas, intelectuales - que todos los trabajos pueden ser dignos.
Que la educación es necesaria y promueve el ascenso social como ha ocurrido en la Argentina desde hace muchísimos años como en ningún otro país de Latinoamérica.
Tendrá que haber también otra televisión con otra programación y otra forma de transmitir las noticias que nos aleje de esos pésimos ejemplos y hacer de este problema un problema de toda la sociedad.
A eso tenemos que aspirar.
Noviembre de 2008
(c) Araceli Otamendi
Bibliografía: nota "Un nuevo renacimiento o la fascinación de lo imposible", Araceli Otamendi, publicada en la revista Cultura Segunda época.
Patricio Lóizaga, El imperio del cinismo, Editorial Emecé
*Araceli Otamendi, directora de las revistas digitales de cultura Archivos del Sur y Barco de Papel (infantil). Escritora y periodista. Actuó como jurado en las Fajas de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores -literatura infantil y juvenil y aforismos. También fue jurado del Primer Concurso Internacional convocado por la revista Archivos del Sur junto al escritor boliviano Víctor Montoya y a la escritora chilena María Cristina da Fonseca y actualmente Jurado del Segundo Concurso de cuentos organizado por la revista Archivos del Sur. Fue directora de talleres literarios de la Sociedad Argentina de Escritores (período 2002-2003). Recibió el Premio Fundación El Libro-Edenor en 1994 por su novela policial Pájaros debajo de la piel y cerveza y el Premio Prestigio del sitio brasilero “Ca estamos nos” por su labor en la revista Archivos del Sur. Publicó la antología de autores hispanoamericanos Una mirada sobre New York, que se presentó en el Centro Español Rey Juan Carlos I (New York University), ciudad de New York en 2000, con prólogo del Prof. James Fernández, como edición especial de la Revista Cultura Segunda Época. Sus cuentos, relatos, ensayos y entrevistas han sido publicados en revistas y suplementos literarios de la Argentina y de otros países, y han sido publicados también en antologías de autores argentinos y del exterior.
(para La Tecl@ Eñe)
Leo en un recuadro en la sección policiales del diario Clarín del 18 de noviembre una estadística de homicidios cada 100.000 habitantes. En la Argentina, dice, hay 6,8 víctimas cada 100.000 habitantes; en Guatemala los homicidios son 24, 2; En Brasil 31 y en El Salvador 43,2. Es una estadística de la Organización Panamericana de la Salud.
No conozco si estas cifras están tomadas por los homicidios ocurridos en las grandes ciudades o en general. Tampoco he investigado otras estadísticas. Al solicitarme La Tecla Eñe mi opinión sobre el tema ciudad y violencia, se me ocurre que estamos sujetos a un bombardeo continuo de los grandes medios de comunicación donde se nos muestran hechos de violencia por televisión con detalles muchas veces escabrosos como nunca se había hecho antes y que parecen superar algunas películas de Tarantino. La agenda televisiva de los años 90 de la que es heredera la actual televisión - salvo excepciones- pareció potenciarse en una vocación aparentemente desenmascaradora, sin límites, donde convivieron la posibilidad de exhibir lo peor de la sociedad en sus conductas individuales y sociales y la posibilidad de convertir lo peor en un espectáculo.
También, hace varios años irrumpieron films como Natural Born Killers - en la Argentina fue titulada como Asesinos por naturaleza- cuyos personajes, Mallory Wilson, una chica típica adolescente norteamericana se enamora de un carnicero, Mickey Knox, - y juntos viven una frenética luna de miel desafiando la ley. Cincuenta y dos será el número de víctimas de estos herederos de Bonnie and Clyde, interpretados por Woody Harrelson y Juliette Lewis. La pareja de asesinos se transforma a través de los medios - particularmente de la televisión - en una expresión emblemática de la impugnación a una cultura y a un sistema de vida. Las aventuras de Mickey y Mallory, que terminan con la transmisión televisiva en vivo de su captura y asesinato - que incluye la muerte del reportero que los persigue - pueden ser leídas como la más acabada síntesis de la problemática de la relación medios, violencia y opinión pública de los años 90.
Filmada con ritmo de video clip sobre guión original de Quentin Tarantino, adaptado por Oliver Stone que la dirigió, en una versión que le valió la reprobación de Tarantino, el film fue cuestionado por gran parte de la crítica especializada.
Natural Born Killers, The Truman Show, Kika y Tesis mostraron en los años 90 hasta qué punto la televisión intenta manipularnos, fortaleciendo nuestra condición de espectadores-consumidores frente a nuestra condición de ciudadanos.
Lo que vemos por la televisión son ejemplos y son los ejemplos lo que forman la mente de los niños y de los jóvenes.
Por otra parte, la marginación, la pobreza y la exclusión social, que no se pueden negar y que todavía no se ha logrado revertir en la forma que sería necesario hacerlo, no ayudan a formar a nadie y, al contrario, ayudan a fomentar actitudes antisociales. Esto es más visible en las grandes ciudades que ya de por sí ofrecen ventajas como el acceso a la escuela y a los hospitales pero donde también los lazos sociales se diluyen en el anonimato.
En las grandes ciudades ya no hay la cultura solidaria que existe en los pueblos donde todo el mundo se conoce y sabe quién vive en la casa de al lado o en la de enfrente. En el pueblo, el vecino nos puede socorrer en algún apuro, visitar en la enfermedad, preocuparse cuando ve algo extraño en la cuadra. Se mantienen formas de vida más solidarias.
En la gran ciudad todos somos anónimos y por eso nos sentimos más expuestos.
Tendrá que haber nuevamente una cultura del trabajo, talleres de artes y oficios y saber y enseñar - madres y padres, docentes, educadores, periodistas, intelectuales - que todos los trabajos pueden ser dignos.
Que la educación es necesaria y promueve el ascenso social como ha ocurrido en la Argentina desde hace muchísimos años como en ningún otro país de Latinoamérica.
Tendrá que haber también otra televisión con otra programación y otra forma de transmitir las noticias que nos aleje de esos pésimos ejemplos y hacer de este problema un problema de toda la sociedad.
A eso tenemos que aspirar.
Noviembre de 2008
(c) Araceli Otamendi
Bibliografía: nota "Un nuevo renacimiento o la fascinación de lo imposible", Araceli Otamendi, publicada en la revista Cultura Segunda época.
Patricio Lóizaga, El imperio del cinismo, Editorial Emecé
*Araceli Otamendi, directora de las revistas digitales de cultura Archivos del Sur y Barco de Papel (infantil). Escritora y periodista. Actuó como jurado en las Fajas de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores -literatura infantil y juvenil y aforismos. También fue jurado del Primer Concurso Internacional convocado por la revista Archivos del Sur junto al escritor boliviano Víctor Montoya y a la escritora chilena María Cristina da Fonseca y actualmente Jurado del Segundo Concurso de cuentos organizado por la revista Archivos del Sur. Fue directora de talleres literarios de la Sociedad Argentina de Escritores (período 2002-2003). Recibió el Premio Fundación El Libro-Edenor en 1994 por su novela policial Pájaros debajo de la piel y cerveza y el Premio Prestigio del sitio brasilero “Ca estamos nos” por su labor en la revista Archivos del Sur. Publicó la antología de autores hispanoamericanos Una mirada sobre New York, que se presentó en el Centro Español Rey Juan Carlos I (New York University), ciudad de New York en 2000, con prólogo del Prof. James Fernández, como edición especial de la Revista Cultura Segunda Época. Sus cuentos, relatos, ensayos y entrevistas han sido publicados en revistas y suplementos literarios de la Argentina y de otros países, y han sido publicados también en antologías de autores argentinos y del exterior.
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