El espectáculo debe continuar
Por César Hazaki
(para La Tecl@ Eñe)
Barak Obama trabajó sistemáticamente desde su correo electrónico personal con un objetivo: lograr un vínculo más próximo con sus posibles votantes, poniendo con esto en evidencia que el uso de las tecnologías de comunicación personales, telefonía, Internet, etc. son de un potencial enorme para generar una combinación entre multitud y singularidad dentro de la cultura actual, a la que podemos definir como del espectáculo. En ella existe la contradicción que este tipo de participación tiene: cuerpos evanescentes y presencia comunicativa instantánea en la red, no está demás aclarar que por primera vez en la historia el hombre a logrado envolver al planeta con una “placenta comunicativa”, esto quiere decir que no hay lugar del mundo que no esté inundado por un tráfico de imágenes, ondas de radio y televisión, más informaciones y mecanismos de control por medio de esta particular envoltura tecnológica de la que participan satélites, antenas, supercomputadoras, aviones no tripulados, etc. Es decir que el espectáculo no viene solo.
Coherente con lo anterior la CNN no se quedó atrás en esto de demostrar que toda la realidad es un gran espectáculo: una periodista que estaba en Chicago, Jessica Yellin, se materializó por medio de un holograma en el estudio que la CNN tiene en Nueva Cork. Fenómeno con el que la lógica del mundo televisivo se impuso a la noticia del triunfo del nuevo presidente. Es evidente que se trató de ganar audiencia con un efecto casi mágico del orden de la teletransportación. Aunque en el estudio se realizara un análisis de las elecciones, éste quedaba detrás de la magia tecnológica, ni más ni menos que “el espectáculo debe continuar”.
Todo esto no hace más que demostrar, como dice Guy Debord, que: “Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación”.
Si toda la vida se ha transformado en un espectáculo donde predominan los efectos especiales tecnológicos, se nos plantean los riesgos de la misma, uno en especial, el que aumenta, más y más, la fascinación que las pantallas promueven. Es decir ver si la espectacularidad, compuesta de velocidad y abundancia informativa, conduce a un puro presente constituido como la cima de la verdad que sólo logra anular el pensamiento crítico.
Ante la notable dirección que los medios tecnológicos imponen se trata, entonces, de la siguiente pregunta: ¿Cómo lograr otras formas de acceder a la verdad que escapen a la lógica de la acumulación de espectáculos y su consecuente fascinación? Si esto no se logra se potenciaría aquella idea de Freud de que los hombres tienden a vivir su vida con ingenuidad. Es decir desentrañar la realidad es un esfuerzo para salir de la adaptación social ramplona y chata, donde la ingenuidad reina para vanagloria del sentido común, que suele disfrazarse de opinión pública en los medios de comunicación.
Coherente con lo anterior la CNN no se quedó atrás en esto de demostrar que toda la realidad es un gran espectáculo: una periodista que estaba en Chicago, Jessica Yellin, se materializó por medio de un holograma en el estudio que la CNN tiene en Nueva Cork. Fenómeno con el que la lógica del mundo televisivo se impuso a la noticia del triunfo del nuevo presidente. Es evidente que se trató de ganar audiencia con un efecto casi mágico del orden de la teletransportación. Aunque en el estudio se realizara un análisis de las elecciones, éste quedaba detrás de la magia tecnológica, ni más ni menos que “el espectáculo debe continuar”.
Todo esto no hace más que demostrar, como dice Guy Debord, que: “Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación”.
Si toda la vida se ha transformado en un espectáculo donde predominan los efectos especiales tecnológicos, se nos plantean los riesgos de la misma, uno en especial, el que aumenta, más y más, la fascinación que las pantallas promueven. Es decir ver si la espectacularidad, compuesta de velocidad y abundancia informativa, conduce a un puro presente constituido como la cima de la verdad que sólo logra anular el pensamiento crítico.
Ante la notable dirección que los medios tecnológicos imponen se trata, entonces, de la siguiente pregunta: ¿Cómo lograr otras formas de acceder a la verdad que escapen a la lógica de la acumulación de espectáculos y su consecuente fascinación? Si esto no se logra se potenciaría aquella idea de Freud de que los hombres tienden a vivir su vida con ingenuidad. Es decir desentrañar la realidad es un esfuerzo para salir de la adaptación social ramplona y chata, donde la ingenuidad reina para vanagloria del sentido común, que suele disfrazarse de opinión pública en los medios de comunicación.
Medios y fallidos:
Es aquí donde puede venir en nuestra ayuda las observaciones que hizo Freud en el libro Psicopatología de la vida cotidiana que permite observar ciertos aspectos de las campañas publicitarias y algunos fallidos notables que la propia exigencia mediática de estar expuesto a cámaras y micrófonos permanentemente produce en los diversos actores políticos y sociales. En ellos son importantes la relación entre las palabras dichas y aquello que se quiso decir.
No es el único nivel de observación, también la historia de los cambios en la imagen (ya de la mujer, del hombre, del político, del deportista, del amor, etc.) permiten establecer los rumbos mediáticos que promueven. También están las imágenes que escapan al concepto general de un film o una publicidad que reitera estereotipos, es decir la imagen que viene en clave de repetición.
Como vamos a observar actos fallidos es bueno recordar qué son los mismos, que en la versión popular y prefreudiana eran atribuidos al cansancio, al azar, etc. Veamos un ejemplo de nuestra historia nacional, ocurrió el día del lanzamiento de la fórmula Duhalde – Ortega para la contienda presidencial, relatado por Página 12,: “Y sí, al final fue una sorpresa y Palito fue el encargado de develarla: “Sé perfectamente que esta carta de triunfo la va a apoyar todo el movimiento justicialista, y esta carta es la fórmula presidencial Eduardo Menem y Ramón Ortega”, dijo con tono solemne a su numerosa audiencia de la sala Pablo Neruda del Complejo La Plaza. El senador tucumano explicó cientos de veces la razón de su fallido: “Estaba muy cansado y no me di cuenta. Cuando vi que se reían, Evangelina me tomó de la mano y me dijo: Dijiste Menem. Pero ya era tarde”. Como se ve sin lugar a dudas es que el fallido dice una cosa muy clara sobre las elecciones políticas de Palito Ortega y su explicación va hacia los habituales comunes ya descriptos: cansancio y que producto del mismo dice cosas equivocadas, es decir se justifica y racionaliza el por qué del exabrupto.
Freud estableció que los actos fallidos son un compromiso entre las ideas concientes que la persona quiere expresar y aquello que está reprimido. Se trata entonces de que en los actos fallidos se expresa el deseo inconciente y no lo que la conciencia quería expresar. Es decir tienen un valor de verdad que viene del inconciente.
Un tiempo atrás: Bush decía, en un reportaje (el que quiera puede verlo en internet) tiempo después de la voladura de las Torres Gemelas, que: “Nuestro objetivo es Saddam Husseim…, perdón Osama Bin Laden” dando muestra con su fallido de cuales eran las claras connotaciones del 11-S y hacia dónde se dirigía el imperio.
La colección de fallidos en la historia es muy grande y de la misma también fue partícipe Barak Obama en una entrevista del mes de septiembre último en la cadena ABC donde fue a desmentir los rumores que lo sindicaban como musulmán; dijo ante el periodista Stephanopoulos: “Esa es la razón por la que John McCain no ha hablado de mi fe musulmana… Mi fe cristiana”. La derecha mediática no ha perdido el tiempo y comenzó a denominar a Barak Obama como Obama Bin Laden.
Es aquí donde puede venir en nuestra ayuda las observaciones que hizo Freud en el libro Psicopatología de la vida cotidiana que permite observar ciertos aspectos de las campañas publicitarias y algunos fallidos notables que la propia exigencia mediática de estar expuesto a cámaras y micrófonos permanentemente produce en los diversos actores políticos y sociales. En ellos son importantes la relación entre las palabras dichas y aquello que se quiso decir.
No es el único nivel de observación, también la historia de los cambios en la imagen (ya de la mujer, del hombre, del político, del deportista, del amor, etc.) permiten establecer los rumbos mediáticos que promueven. También están las imágenes que escapan al concepto general de un film o una publicidad que reitera estereotipos, es decir la imagen que viene en clave de repetición.
Como vamos a observar actos fallidos es bueno recordar qué son los mismos, que en la versión popular y prefreudiana eran atribuidos al cansancio, al azar, etc. Veamos un ejemplo de nuestra historia nacional, ocurrió el día del lanzamiento de la fórmula Duhalde – Ortega para la contienda presidencial, relatado por Página 12,: “Y sí, al final fue una sorpresa y Palito fue el encargado de develarla: “Sé perfectamente que esta carta de triunfo la va a apoyar todo el movimiento justicialista, y esta carta es la fórmula presidencial Eduardo Menem y Ramón Ortega”, dijo con tono solemne a su numerosa audiencia de la sala Pablo Neruda del Complejo La Plaza. El senador tucumano explicó cientos de veces la razón de su fallido: “Estaba muy cansado y no me di cuenta. Cuando vi que se reían, Evangelina me tomó de la mano y me dijo: Dijiste Menem. Pero ya era tarde”. Como se ve sin lugar a dudas es que el fallido dice una cosa muy clara sobre las elecciones políticas de Palito Ortega y su explicación va hacia los habituales comunes ya descriptos: cansancio y que producto del mismo dice cosas equivocadas, es decir se justifica y racionaliza el por qué del exabrupto.
Freud estableció que los actos fallidos son un compromiso entre las ideas concientes que la persona quiere expresar y aquello que está reprimido. Se trata entonces de que en los actos fallidos se expresa el deseo inconciente y no lo que la conciencia quería expresar. Es decir tienen un valor de verdad que viene del inconciente.
Un tiempo atrás: Bush decía, en un reportaje (el que quiera puede verlo en internet) tiempo después de la voladura de las Torres Gemelas, que: “Nuestro objetivo es Saddam Husseim…, perdón Osama Bin Laden” dando muestra con su fallido de cuales eran las claras connotaciones del 11-S y hacia dónde se dirigía el imperio.
La colección de fallidos en la historia es muy grande y de la misma también fue partícipe Barak Obama en una entrevista del mes de septiembre último en la cadena ABC donde fue a desmentir los rumores que lo sindicaban como musulmán; dijo ante el periodista Stephanopoulos: “Esa es la razón por la que John McCain no ha hablado de mi fe musulmana… Mi fe cristiana”. La derecha mediática no ha perdido el tiempo y comenzó a denominar a Barak Obama como Obama Bin Laden.
Una publicidad institucional argentina:
También el psicoanálisis, en comunión con otros saberes, puede colaborar en desentrañar sentidos que apuntan a dominar y fascinar a los sectores obreros y populares con imágenes publicitarias. Vamos a poner un ejemplo que no estrictamente una publicidad de un producto sino una de las que se denominan institucionales. El gobierno ha lanzado una campaña sobre la crisis económica mundial y la situación de Argentina. Convoca, por una serie de flashes a un grupo heterogéneo de humildes habitantes de nuestra patria, a defender la unidad nacional y a valorar nuestras economías y fuentes de recursos.
Es evidente que los personajes pertenecen a distintas regiones bien diferenciadas del país. Todo parece un reinado de buenas intenciones hasta que se muestra a una mujer con un hijo, la que tiene puesto un jean con agujeros cerca de la zona genital. En forma inesperada, para el tipo de film realizado, la cámara hace un rápido zoom y se fija en el pantalón roto, es decir el deterioro que permite ver la piel de la muchacha, insisto, cerca de sus genitales.
Haciendo una lectura atenta de las imágenes se puede afirmar que dicha toma no estaba en el guión original, parece una sorpresa, un hallazgo que el camarógrafo y el director aprovechan para reforzar con una imagen potente el sentido político e ideológico del film. Si la señora habla de la unidad, de la necesidad de estar juntos, la imagen no puede dejar de ir y fijarse, en el sentido cinematográfico del término: detenerse allí, por un tiempo prolongado de acuerdo a la duración del spot institucional. Podemos decir que en esa escena fracasa el sentido literal de la película: mostrar la pobreza y la dignidad de quién habla, el detalle que se termina realzando visualmente son los genitales femeninos y el agujero del pantalón próximo a los mismos refuerza de manera notable la imagen, alejándola del contenido explícito de la publicidad.
Quiero destacar con esto que las imágenes se escapan del libreto mucho más de lo que creemos y que, en esa fuga, dicen muchísimas cosas. En este caso pese al relato sobre la unidad de la argentinidad, la mujer queda fijada visualmente a una muestra como objeto sexual y dándole relevancia a sus genitales.
Por demás llamativo en una publicidad institucional del país ¿verdad? Si ante tanta exhibición sexual en las pantallas de televisión nos detenemos en ésta es precisamente porque el objetivo de la misma está lejos de la tele basura que promueve y vende imágenes de mujeres desnudas.
Como se puede comprender, el lugar de la mujer, reiteradamente sesgada hacia la sexualidad, vuelve aquí como un acto inesperado pero que reafirma uno de los estereotipos que la cultura tiene: la mujer como objeto sexual.
Es evidente que los personajes pertenecen a distintas regiones bien diferenciadas del país. Todo parece un reinado de buenas intenciones hasta que se muestra a una mujer con un hijo, la que tiene puesto un jean con agujeros cerca de la zona genital. En forma inesperada, para el tipo de film realizado, la cámara hace un rápido zoom y se fija en el pantalón roto, es decir el deterioro que permite ver la piel de la muchacha, insisto, cerca de sus genitales.
Haciendo una lectura atenta de las imágenes se puede afirmar que dicha toma no estaba en el guión original, parece una sorpresa, un hallazgo que el camarógrafo y el director aprovechan para reforzar con una imagen potente el sentido político e ideológico del film. Si la señora habla de la unidad, de la necesidad de estar juntos, la imagen no puede dejar de ir y fijarse, en el sentido cinematográfico del término: detenerse allí, por un tiempo prolongado de acuerdo a la duración del spot institucional. Podemos decir que en esa escena fracasa el sentido literal de la película: mostrar la pobreza y la dignidad de quién habla, el detalle que se termina realzando visualmente son los genitales femeninos y el agujero del pantalón próximo a los mismos refuerza de manera notable la imagen, alejándola del contenido explícito de la publicidad.
Quiero destacar con esto que las imágenes se escapan del libreto mucho más de lo que creemos y que, en esa fuga, dicen muchísimas cosas. En este caso pese al relato sobre la unidad de la argentinidad, la mujer queda fijada visualmente a una muestra como objeto sexual y dándole relevancia a sus genitales.
Por demás llamativo en una publicidad institucional del país ¿verdad? Si ante tanta exhibición sexual en las pantallas de televisión nos detenemos en ésta es precisamente porque el objetivo de la misma está lejos de la tele basura que promueve y vende imágenes de mujeres desnudas.
Como se puede comprender, el lugar de la mujer, reiteradamente sesgada hacia la sexualidad, vuelve aquí como un acto inesperado pero que reafirma uno de los estereotipos que la cultura tiene: la mujer como objeto sexual.
En muchas situaciones de debate sobre los medios, su ética y el alcance en el domino de nuestras subjetividades suele aparecer una desazón al creer que éstos análisis nos muestran un mundo donde Gran Hermano hace de nosotros lo que quiere. Como sabemos no es así, dado que siempre aparece alguien que comienza a decir que “El rey está desnudo” y que la misma placenta mediática que nos envuelve permite acercar acciones y pensamientos en rebeldía en forma instantánea.
Por eso hacer observaciones sobre los fallidos de quienes gobiernan, mostrando sus verdaderas intenciones, como el análisis de las imágenes que nos ofrecen sobre la realidad y sus consecuencias, apuntalan el pensamiento crítico y permite hacer crecer las ideas políticas y sociales con que se lleva adelante la rebelión.
Por eso hacer observaciones sobre los fallidos de quienes gobiernan, mostrando sus verdaderas intenciones, como el análisis de las imágenes que nos ofrecen sobre la realidad y sus consecuencias, apuntalan el pensamiento crítico y permite hacer crecer las ideas políticas y sociales con que se lleva adelante la rebelión.
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