Por Rubén Américo Liggera *
(Especial para La Tecla Eñe)
Ilustración: Omar Panosetti
Lo que se concibe como “la realidad”, no siempre es terso, suave, lisito. Muy por el contrario, suele mostrar protuberancias, asperezas, rayaduras. Y es precisamente por entre medio de esas oquedades que se filtran aguas agitadas y desechos cloacales.
Estas inesperadas suciedades perturban, producen molestias y dolores; inquietan, generan miedos. Malestares irracionales que ordenan o bien callar o bien reaccionar airadamente. Con flujos y reflujos, de vez en vez, según se cierren o abran inesperadas rendijas, sin darnos algún respiro o tiempo para pensar, la realidad se sacude el lomo y nos salpica la cara.
¿Quién nos mea y nos dice que está lloviendo? Sin caer en la tentación facilonga de las teorías conspirativas podemos afirmar-porque las evidencias son muchas-que los medios monopólicos y el poder concentrado, exasperados porque se cuestiona su inmenso poder, día a día inoculan veneno por esas hendiduras de la realidad.
Acorralados por el ímpetu político de las aspiraciones populares encarnadas en el actual gobierno nacional, cada mañana tratan de instalar la agenda del terror. (¡Ay, Arnaldo Pérez Manija!)
Ahora bien, por alguna razón o una sumatoria de factores coyunturales, en algún momento funcionó. Baste recordar la arremetida agromediática del 2008 abundantemente rociada por el virus de la Gripe A, las valijas diplomáticas y las elecciones del 28 de Junio.
Sin embargo, a poco de andar, se generaron los adecuados anticuerpos que nos permitieron limpiar con cierta rapidez el horizonte cultural, político y social que nos agobiaba. La Presidente de la Nación encolumnó detrás de su liderazgo a vastos sectores populares y además, hizo posible que se corriera el velo de la manipulación, el ninguneo, la mezquindad y la mentira.
La figura de las grietas la tomamos prestada. Es una de las tantas buenas ideas del filósofo y dirigente sindical Horacio Ghilini. En un artículo publicado en Realidad. La única verdad, editada por la Secretaría de Estadísticas, Registros y Defensa del Consumidor de la CGT, titulado precisamente “Están buscando la grieta”, desarrolla esta idea de la infiltración diaria con respecto a temas de la economía nacional. Lo expresa de esta manera: “Corriendo detrás de los hechos, la corporación mediática y la oposición política tradicional perdieron la batalla cultural de querer instalar la recesión. Pero entonces buscaron la grieta por el lado de la inflación: generar miedo con la espiral inflacionaria, el nuevo centro de escena”. Y culmina su razonamiento:” Pero la confrontación de los modelos persiste, ahora lo grupos concentrados y formadores de precios van a presionar con el desabastecimiento…tratan de que la grieta se produzca en el cuello de botella que dejó la desinversión empresaria y la mayor capacidad de compra de la población, especialmente en la cadena alimentaria”.
Nosotros nos hemos permitido extender la idea a otros campos. ¿Qué temas escupen a diestra y siniestra los medios monopólicos y sus satélites menores sobre el café con leche y las medias lunas por las mañanas?
Veamos que sucede en la cala de la “realidad virtual”. Tenemos por ejemplo la tan manoseada inseguridad. Asesinatos y violaciones en el gran Buenos Aires, puebladas en Bariloche, motochorros en la capital. El país se empapa de sangre. Ayer nomás en su editorial, el gran diario argentino admonitoriamente señala al gobierno que “es necesario implementar una estrategia de seguridad racional, orientada a la prevención del delito, tanto en el espacio público como en los centros de detención, abarcando la población marginal y combatiendo la reincidencia.” (“El Estado, ausente ante la inseguridad”, Clarín, 26.06.10) Pero el mismo día, en otro diario nos enteramos de que el 70% de la población carcelaria son procesados sin juicio ni sentencia firme, que aunque haya más presos la seguridad no mejora (H. Verbitsky, “Los treinta mil”, Página/12)
Pero el miedo a compartir la calle, por mucho que se esfuercen, fue desmentido por la alegría popular durante los festejos del Bicentenario o los triunfos de nuestra selección nacional de fútbol.
Con respecto a la inflación, además de cuestionar las mediciones oficiales del INDEC y de satanizar a Guillermo Moreno, pone en tela de juicio la eficacia de las discusiones paritarias o directamente las bondades del “modelo”. La economía real, sin embargo, nos muestra indicadores muy sólidos, difíciles de desmentir por “analistas privados”. ¡Ni qué hablar de la pobreza revisitada cada tanto, del tipo de cambio o del sainete veraniego con Martín Redrado como primer actor por el uso de reservas para pagar deuda externa!
A pesar de la crisis internacional, Argentina no ha perdido su rumbo económico y lentamente se van recuperando puestos de trabajo y poder adquisitivo.
La “violencia social” es considerada más bien una anomalía que como la necesaria movilización de los sectores sociales y sindicales en reclamo de derechos. Y aunque Doña Rosa exige represión nuestro gobierno no les va entregar un muerto tan fácilmente.
Los Derechos Humanos son bastardeados permanentemente. Se justifican la violencia de género, el gatillo fácil, la discriminación ideológica y social, nunca menguada en la Argentina.
El caso de los hermanos Noble Herrera afecta directamente a la dueña de Clarín. Cuenta además con el apoyo de ciertos periodistas, un par de divas o la corporación de medios casi en pleno. Por ejemplo, no nos sorprende para nada el editorial del diario de los Mitre con respecto a la candidatura de Abuelas al Premio Nóbel de la Paz. Descalifica la figura de Estela de Carlotto y su largo trabajo por recobrar la identidad de niños robados y el consiguiente castigo a los apropiadores. Dice La Nación, también ayer, 26 de Junio:” La postulación de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo al Premio Nobel (SIC) de la Paz motiva algunas reflexiones sobre el apoyo explícito del Estado argentino y sus funcionarios a determinadas entidades que continúan manteniendo una visión sesgada respecto de la dolorosa década del 70”. Valora su militancia, pero (siempre hay un pero), “…algunas de las acciones que apuntan a aquel objetivo pueden colisionar con las libertades individuales de las personas cuando las supuestas víctimas son adultas y no desean conocer su origen. El caso de Marcela y Felipe Noble es una clara muestra del avasallamiento de los derechos humanos en nombre de los derechos humanos” En fin…justicia no es lo mismo que venganza ni resentimiento. Nosotros lo sabemos.
La sanción de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales y la presunción del origen espurio de las acciones de Papel Prensa los ha puestos nerviosos, en serio. Su entrada en vigencia, luego de los impedimentos judiciales demolidos por la Corte Suprema, hará realidad la multiplicación de medios y de fuentes de noticias, ¡aunque se queden sin trabajo los muchachos de 6 7 8! La “prensa independiente” no debería sentir miedo, mucho menos los periodistas, ya que en los últimos años la libertad de prensa ha sido respetada a rajatabla. (¿Desinformación?: la noticia de la abolición de la figura del desacato a una columna, al pie, en página 45 y par. Y no exageramos)
¡OH, la corrupción! Jaime, De Vido, Echegaray, Antonini Wilson han generado ríos de tinta. Pero la condena a todos aquellos que hayan violado la ley no la hará la prensa sino la Justicia. Y el funcionario deshonesto, además de ser separado de sus funciones, deberá cumplir su condena. ¿Cuál es el problema? Confiemos en la Justicia. Con eso basta.
En las relaciones exteriores nos alertan sobre el “aislamiento” del país. Según los medios monopólicos somos parias o leprosos internacionales. Nada más alejado de la verdad. No escuchar las recomendaciones de los organismos de crédito nos has llevado a recrear un círculo virtuoso que sólo nos resta profundizar. Ni hablemos de la hermandad latinoamericana o el respeto de los países poderosos. ¿Es que tanto añoran las relaciones carnales?
A los variados reclamos sectoriales, a las movilizaciones sociales, natural en cualquier sociedad democrática, ahora los llaman “crispación”.Pero, ¿quiénes viven alterados? ¿Quiénes mastican rabia? ¿Quiénes cierran los puños y amenazan? Solamente aquellos que ven afectados sus intereses; aquellos que no soportan la felicidad y la participación del pueblo en las decisiones de gobierno; aquellos que quieren para sí y sólo para sí, el usufructo del poder económico y político. Y para conservarlo no creen perder su honorabilidad si recurren a la violencia, el chantaje, la descalificación, el negociado o la vulgar mentira. La historia de la Argentina está preñada de hechos de este tipo.
Gracias Horacio por motivarnos a pensar que el detritus filtrado por las grietas de la realidad ya no nos hace mella. Porque por más que se esmeren no conseguirán amargarnos el día. No sentimos miedo; a pesar de desayunarnos con crímenes atroces, inestabilidad económica, inflación, caos, desocupación y pobreza, el deseado pánico social no nos paraliza. Porque sabemos que la “realidad” es así nomás: rica, compleja, contradictoria, cada vez somos más los que no pensamos en retroceder.
Lanzados hacia adelante vivimos esperanzados y seguimos imaginando el futuro.
Ilustración: Omar Panosetti
Lo que se concibe como “la realidad”, no siempre es terso, suave, lisito. Muy por el contrario, suele mostrar protuberancias, asperezas, rayaduras. Y es precisamente por entre medio de esas oquedades que se filtran aguas agitadas y desechos cloacales.
Estas inesperadas suciedades perturban, producen molestias y dolores; inquietan, generan miedos. Malestares irracionales que ordenan o bien callar o bien reaccionar airadamente. Con flujos y reflujos, de vez en vez, según se cierren o abran inesperadas rendijas, sin darnos algún respiro o tiempo para pensar, la realidad se sacude el lomo y nos salpica la cara.
¿Quién nos mea y nos dice que está lloviendo? Sin caer en la tentación facilonga de las teorías conspirativas podemos afirmar-porque las evidencias son muchas-que los medios monopólicos y el poder concentrado, exasperados porque se cuestiona su inmenso poder, día a día inoculan veneno por esas hendiduras de la realidad.
Acorralados por el ímpetu político de las aspiraciones populares encarnadas en el actual gobierno nacional, cada mañana tratan de instalar la agenda del terror. (¡Ay, Arnaldo Pérez Manija!)
Ahora bien, por alguna razón o una sumatoria de factores coyunturales, en algún momento funcionó. Baste recordar la arremetida agromediática del 2008 abundantemente rociada por el virus de la Gripe A, las valijas diplomáticas y las elecciones del 28 de Junio.
Sin embargo, a poco de andar, se generaron los adecuados anticuerpos que nos permitieron limpiar con cierta rapidez el horizonte cultural, político y social que nos agobiaba. La Presidente de la Nación encolumnó detrás de su liderazgo a vastos sectores populares y además, hizo posible que se corriera el velo de la manipulación, el ninguneo, la mezquindad y la mentira.
La figura de las grietas la tomamos prestada. Es una de las tantas buenas ideas del filósofo y dirigente sindical Horacio Ghilini. En un artículo publicado en Realidad. La única verdad, editada por la Secretaría de Estadísticas, Registros y Defensa del Consumidor de la CGT, titulado precisamente “Están buscando la grieta”, desarrolla esta idea de la infiltración diaria con respecto a temas de la economía nacional. Lo expresa de esta manera: “Corriendo detrás de los hechos, la corporación mediática y la oposición política tradicional perdieron la batalla cultural de querer instalar la recesión. Pero entonces buscaron la grieta por el lado de la inflación: generar miedo con la espiral inflacionaria, el nuevo centro de escena”. Y culmina su razonamiento:” Pero la confrontación de los modelos persiste, ahora lo grupos concentrados y formadores de precios van a presionar con el desabastecimiento…tratan de que la grieta se produzca en el cuello de botella que dejó la desinversión empresaria y la mayor capacidad de compra de la población, especialmente en la cadena alimentaria”.
Nosotros nos hemos permitido extender la idea a otros campos. ¿Qué temas escupen a diestra y siniestra los medios monopólicos y sus satélites menores sobre el café con leche y las medias lunas por las mañanas?
Veamos que sucede en la cala de la “realidad virtual”. Tenemos por ejemplo la tan manoseada inseguridad. Asesinatos y violaciones en el gran Buenos Aires, puebladas en Bariloche, motochorros en la capital. El país se empapa de sangre. Ayer nomás en su editorial, el gran diario argentino admonitoriamente señala al gobierno que “es necesario implementar una estrategia de seguridad racional, orientada a la prevención del delito, tanto en el espacio público como en los centros de detención, abarcando la población marginal y combatiendo la reincidencia.” (“El Estado, ausente ante la inseguridad”, Clarín, 26.06.10) Pero el mismo día, en otro diario nos enteramos de que el 70% de la población carcelaria son procesados sin juicio ni sentencia firme, que aunque haya más presos la seguridad no mejora (H. Verbitsky, “Los treinta mil”, Página/12)
Pero el miedo a compartir la calle, por mucho que se esfuercen, fue desmentido por la alegría popular durante los festejos del Bicentenario o los triunfos de nuestra selección nacional de fútbol.
Con respecto a la inflación, además de cuestionar las mediciones oficiales del INDEC y de satanizar a Guillermo Moreno, pone en tela de juicio la eficacia de las discusiones paritarias o directamente las bondades del “modelo”. La economía real, sin embargo, nos muestra indicadores muy sólidos, difíciles de desmentir por “analistas privados”. ¡Ni qué hablar de la pobreza revisitada cada tanto, del tipo de cambio o del sainete veraniego con Martín Redrado como primer actor por el uso de reservas para pagar deuda externa!
A pesar de la crisis internacional, Argentina no ha perdido su rumbo económico y lentamente se van recuperando puestos de trabajo y poder adquisitivo.
La “violencia social” es considerada más bien una anomalía que como la necesaria movilización de los sectores sociales y sindicales en reclamo de derechos. Y aunque Doña Rosa exige represión nuestro gobierno no les va entregar un muerto tan fácilmente.
Los Derechos Humanos son bastardeados permanentemente. Se justifican la violencia de género, el gatillo fácil, la discriminación ideológica y social, nunca menguada en la Argentina.
El caso de los hermanos Noble Herrera afecta directamente a la dueña de Clarín. Cuenta además con el apoyo de ciertos periodistas, un par de divas o la corporación de medios casi en pleno. Por ejemplo, no nos sorprende para nada el editorial del diario de los Mitre con respecto a la candidatura de Abuelas al Premio Nóbel de la Paz. Descalifica la figura de Estela de Carlotto y su largo trabajo por recobrar la identidad de niños robados y el consiguiente castigo a los apropiadores. Dice La Nación, también ayer, 26 de Junio:” La postulación de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo al Premio Nobel (SIC) de la Paz motiva algunas reflexiones sobre el apoyo explícito del Estado argentino y sus funcionarios a determinadas entidades que continúan manteniendo una visión sesgada respecto de la dolorosa década del 70”. Valora su militancia, pero (siempre hay un pero), “…algunas de las acciones que apuntan a aquel objetivo pueden colisionar con las libertades individuales de las personas cuando las supuestas víctimas son adultas y no desean conocer su origen. El caso de Marcela y Felipe Noble es una clara muestra del avasallamiento de los derechos humanos en nombre de los derechos humanos” En fin…justicia no es lo mismo que venganza ni resentimiento. Nosotros lo sabemos.
La sanción de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales y la presunción del origen espurio de las acciones de Papel Prensa los ha puestos nerviosos, en serio. Su entrada en vigencia, luego de los impedimentos judiciales demolidos por la Corte Suprema, hará realidad la multiplicación de medios y de fuentes de noticias, ¡aunque se queden sin trabajo los muchachos de 6 7 8! La “prensa independiente” no debería sentir miedo, mucho menos los periodistas, ya que en los últimos años la libertad de prensa ha sido respetada a rajatabla. (¿Desinformación?: la noticia de la abolición de la figura del desacato a una columna, al pie, en página 45 y par. Y no exageramos)
¡OH, la corrupción! Jaime, De Vido, Echegaray, Antonini Wilson han generado ríos de tinta. Pero la condena a todos aquellos que hayan violado la ley no la hará la prensa sino la Justicia. Y el funcionario deshonesto, además de ser separado de sus funciones, deberá cumplir su condena. ¿Cuál es el problema? Confiemos en la Justicia. Con eso basta.
En las relaciones exteriores nos alertan sobre el “aislamiento” del país. Según los medios monopólicos somos parias o leprosos internacionales. Nada más alejado de la verdad. No escuchar las recomendaciones de los organismos de crédito nos has llevado a recrear un círculo virtuoso que sólo nos resta profundizar. Ni hablemos de la hermandad latinoamericana o el respeto de los países poderosos. ¿Es que tanto añoran las relaciones carnales?
A los variados reclamos sectoriales, a las movilizaciones sociales, natural en cualquier sociedad democrática, ahora los llaman “crispación”.Pero, ¿quiénes viven alterados? ¿Quiénes mastican rabia? ¿Quiénes cierran los puños y amenazan? Solamente aquellos que ven afectados sus intereses; aquellos que no soportan la felicidad y la participación del pueblo en las decisiones de gobierno; aquellos que quieren para sí y sólo para sí, el usufructo del poder económico y político. Y para conservarlo no creen perder su honorabilidad si recurren a la violencia, el chantaje, la descalificación, el negociado o la vulgar mentira. La historia de la Argentina está preñada de hechos de este tipo.
Gracias Horacio por motivarnos a pensar que el detritus filtrado por las grietas de la realidad ya no nos hace mella. Porque por más que se esmeren no conseguirán amargarnos el día. No sentimos miedo; a pesar de desayunarnos con crímenes atroces, inestabilidad económica, inflación, caos, desocupación y pobreza, el deseado pánico social no nos paraliza. Porque sabemos que la “realidad” es así nomás: rica, compleja, contradictoria, cada vez somos más los que no pensamos en retroceder.
Lanzados hacia adelante vivimos esperanzados y seguimos imaginando el futuro.
*Poeta
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