19 julio 2010

Poesía/ Siva, el destructor - Por Flavio Crescenzi

Siva, el destructor

"Un arte realmente nuevo es siempre revolucionario y aniquilador para lo viejo"

Aldo Pellegrini

Por Flavio Crescenzi
(para La Tecl@ Eñe)

La experiencia vanguardista, como nos lo recuerda Pellegrini, lleva consigo una impronta destructiva, un mandato purificador que consiste justamente en acabar con lo existente y crear "lo nuevo", respuesta definitiva a lo que conocemos por cultura, entendida ésta como institución. Dicho proceso de transformación no caduca, es permanente, porque el arte no descansa, sino que pugna por seguir su trayectoria, su eterna mutación. Se plantea así "lo nuevo" como un absoluto, paradoja que garantiza la debida fluctuación de los dispositivos creadores y que implica una apuesta a la renovación radical y una negación de lo ya perimido. Adorno sostenía lo siguiente: "Lo nuevo es el deseo de lo nuevo, no lo nuevo en sí. Esta es la maldición de todo lo que es nuevo." Esta búsqueda continua es claramente una condena y lo que, precisamente, le da la categoría de efímero al arte vanguardista. La ruptura con la tradición, incluso en términos violentos, es una de las ideas fuerza de las vanguardias y, por supuesto, esto tiene un correlato político. La distinción que René Lourau establece entre instituido, instituyente y contrainstitucional es completamente aplicable en este contexto. Cuando cierta manifestación artística es asimilada, pierde su efecto insurreccional y se convierte en parte de la institución arte. Pasa de ser cosa instituyente a ser cosa instituida, abandonando así su furor contrainstitucional.

Releyendo los "Cantos a Siva" llegué a la conclusión de que el espíritu insurgente que vemos en las vanguardias de manera explícita es algo inherente al ser humano. El aura religiosa de estos cantos le da un matiz comparable a la de los poemas místicos, pero recordemos que nuestros místicos también fueron tildados de peligrosos debido a su particular heterodoxia, misma que los impulsaba a trascender. Más indicado todavía sería vincular a los Virásaiva con los cátaros del cristianismo hereje, aquella diferencia masacrada. Los santos Virásaiva del medioevo eran los artífices de los cantos en cuestión, Virásaiva significa "militante de la fe de Siva". En la mayoría de las tradiciones hindúes, Siva forma parte de la trinidad de dioses que regula el universo: Brahma, el creador; Visnú, el preservador y Siva, el destructor. No para los Virásaiva, pera ellos sólo había un dios al que adorar. Estos poetas santos no sólo rechazaron las grandes tradiciones védicas sino también aquellas otras provenientes de su propio sistema sociocultural por considerarlas superficiales. Esas tradiciones simbolizan el deseo del hombre de estabilizar el cosmos para su provecho, convirtiéndolo en un lugar previsible, manipulable, seguro. Para los Virásaiva no hay nada más arrogante que la previsibilidad, hija dilecta de la razón, porque el mundo de Siva es impredecible. Se presenta entonces una crisis del discurso instituido, llegando a descartar la idea de que es necesario hacer el bien para ganarse el cielo, esa presunta recompensa: la rectitud, la virtud, la corrección no suponen ninguna garantía. Estos protonihilistas alentaban la experiencia individual, directa y original, en otras palabras, la más acerada forma de libertad posible: el furor contrainstitucional del que hemos hablado más arriba.

"Cantos a Siva" es un libro de vacanas. Una vacana es un poema lírico religioso en lengua kannada, estructurado en verso blanco. El kannada es una lengua culta utilizada en actividades sagradas, hecho que revela una vez más la estrecha relación entre lo sagrado y lo poético. El verso blanco, por otro lado, recién se ganaría el respeto que hoy posee, al menos en nuestro limitado occidente, en el siglo XIX con el simbolismo; necesario es recalcar la audacia de estos santos al estructurar sus poemas, audacia que no se detenía, como vimos, en lo escrito.


A continuación, una breve selección de vacanas.


SE ZAMBULLEN

DOQUIERA QUE VEAN AGUA


DAN UN RODEO

CADA VEZ QUE VEN UN ÁRBOL

¿CÓMO PUEDEN CONOCERTE

OH SEÑOR

QUE ADORAS

LAS AGUAS QUE SE SECAN

LOS ÁRBOLES QUE SE MARCHITAN?


(Bassavanna, poeta Virásaiva)


¿A QUIÉN LE IMPORTA

SI SE PODA UN ÁRBOL

UNA VEZ COSECHADO EL FRUTO?

¿A QUIÉN LE IMPORTA

SI ALGUIEN DUERME CON LA MUJER

QUE YA HA DEJADO?


¿A QUIÉN LE IMPORTA

SI SE ARA LA TIERRA

QUE SE ABANDONO?


DESPUÉS DE QUE MI CUERPO CONOCIÓ A MI SEÑOR

¿A QUIÉN LE IMPORTA SI SIRVE

DE ALIMENTO A LOS PERROS

O SI SE CONVIERTE EN AGUA?


(Mahadevi, sacerdotisa Virásaiva)


ALIMENTA A LOS POBRES

DI LA VERDAD

OFRECE AGUA

AL SEDIENTO

Y CONSTRUYE POZOS PARA LA CIUDAD


ENTONCES TAL VEZ VAYAS AL PARAÍSO

DESPUÉS DE LA MUERTE, PERO NO ESTARÁS

MÁS CERCA DE NUESTRO SEÑOR.


Y EL HOMBRE QUE CONOCE A NUESTRO SEÑOR

NADA CONSIGUE


(Allama Prabhu, músico y poeta Virásaiva)

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