07 septiembre 2010

La Columna Grande/Derechos Humanos: desde dónde y hasta cuándo/Alfredo Grande

DERECHOS HUMANOS: desde dónde y hasta cuándo.

Escribe Alfredo Grande*
Especial para La Tecl@ Eñe digital.


Una mercancía apetecible para el capitalismo serio, es la denominada “derechos humanos”. Por supuesto, siguiendo la idea de Marx de “si le vende la idea de la revolución a un capitalista, hará dinero con ello”. En este caso, se ha hecho algo mucho más importante que el dinero: se ha hecho poder. Desde el acto fetiche de bajar la foto de Videla hasta el discurso de la Presidenta sobre Papel Prensa, ha pasado agua bajo los puentes, y en algunos casos, también arriba. En esa ocasión, el Presidente dijo algo así que era la primera vez que se ocupaba la democracia del tema. Olvidó, escotomizó, escindió nada menos que la CONADEP y el Juicio a las Juntas. Si al libro NUNCA MAS se le pudo escribir otro prólogo, es un indicador fuerte de que estaba escrito. Pero mal que les pese a los actuales gobernantes, como enseñó Rodolfo Walsh, solamente la derecha pretende que la función comience con su llegada, casi siempre triunfal y sangrienta. Después de perder con Menem en primera vuelta, podemos decir que no fue triunfal y tampoco sangrienta. No corrió sangre, apenas votos. Quizá el Gran Depredador se dio cuenta que privatizador que huye sirve para otra cruzada, nos quedamos sin el placer de verlo mordiendo el polvo de las urnas. De todos modos, el candidato Kirchner que tuvo su construcción de poder feudal en Santa Cruz, debe haberse dado cuenta que no era la derecha clásica, medio facha, medio garca, la que podría apoyarlo. Ese experimento lo había ensayado su rival derrotado durante sus 10 años de fama, incluyendo una reelección. Terminó con el triunfo de una Alianza Opositora que enterró los sueños de otro Presidente que no fue, o que fue pero de mentirita, después que “el Adolfo” se fue por tirante. De todos modos, el juego sucio de la pesificación asimétrica logro salvar las deudas de algunos monopolios y la casa parecía que volvía a estar en orden. Había una deuda social y política en la Argentina y Néstor Kirchner se propuso pagarla. Hubiera sido honesto decir que él, entre tantísimos otros, también tenía la misma deuda, ya que nunca se le conocieron antecedentes de luchas jurídicas o políticas contra la dictadura militar. Pero en fin, todos podemos mejorar y aunque las causas justas la lleven adelante los injustos, deben apoyarse. O sea: todo lo que permita seguir perforando la ideología fascista debe ser sostenido, venga de donde venga, y sea por los motivos que sea. El enemigo absoluto es el fascismo, y desde ya, todos aquellos que propician su resurrección o al menos, impidan su destrucción definitiva. Por lo tanto dejarse llevar por la corriente antimonopólica y anti dictatorial de esta etapa del capitalismo serio es, sin dudarlo, atractivo. Pero justamente por eso, no puedo dejar de decir, y porque no lo puedo dejar de pensar, que es una corriente alterna y no continua. Es una corriente segmentada, que marca principios y finales en forma arbitraria, aunque no azarosa. Corriente que alterna lo que se debe considerar y lo que no se debe considerar crímenes de lesa humanidad. Que es complicidad con la dictadura y que no es complicidad con la dictadura. O sea: este gobierno que gobierna con el manto de neblina del capitalismo serio ha decretado que: los crímenes de lesa humanidad empiezan el 24 de marzo de 1976. Finalizan el 10 de diciembre de 1983. La complicidad de capitalistas con la dictadura tiene su emblema en Papel Prensa y que esa es “la verdad”. Se descubre lo que desde el fiscal Ricardo Molinas se sabía. A nadie le importó cuando Menem con la eficacia que lo caracteriza, lo echó del cargo. El tema de la real politiK, es: “lo descubrí yo” para entonces pasar a ser otro “logro kirchnerista”. Este gobierno nos trae la permanente paradoja del logro político y la catástrofe cultural. Porque es constante el pasaje de la democracia al “demos gracias”. Incluso el logro político del matrimonio igualitario, fue agradecido a Cristina como si fuera la que determinó esa conquista. Y por lo demás: si así fuera, mal estaríamos. Ese avance cultural de trascendencia mundial quedaría inscripto en uno de los sets del infinito partido de paddle contra la oposición que se opone, aunque motivos diferentes pueda tener para hacerlo. Y se perdería su nivel fundante, ya que hubo un cambio del paradigma de una de las instituciones básicas de la cultura represora: la familia nuclear, sacralizada y naturalizada a-históricamente.

El presidencialismo rompe el equilibrio de poderes, que no se trata de estática del punto de la exacta equidistancia, sino de la dinámica de la confrontación permanente y necesaria entre las lógicas ejecutivas, deliberativas y jurídicas. Prefiero decirlo así que repetir el mito republicano de los tres poderes. Pensar la democracia como algo mas que repetir la teoría de la representación, que fuera vulnerada en el 2001 y nunca pudo encontrar mecanismos para ser sustituida por mejor democracia, aunque ello no obsta para que si fuera restituida por más democracia. Pero no hay una dialéctica necesaria para que de la cantidad surja la calidad. Los quórum o falta de quórum, las negociaciones palaciegas del palacio cada vez mejor enrejado del Congreso, las borocotizaciones varias y otras delicias de la vida electoral, no han logrado que el entusiasmo de las masas sea atizado por las brasas ardientes del mejor sistema que tenemos. Por lo tanto la política en defensa de los derechos humanos no debe obviar su vigencia en la meseta que la democracia supo construir. Tres elementos no pueden ser obviados, a menos que la manipulación sea demasiado evidente: el gatillo fácil, la desaparición forzada de personas (que incluye la trata de personas, y desde ya a Julio Jorge López) y el hambre, asesinato en serie incompatible con la más elemental idea de equidad y justicia en el país que produce alimentos necesarios y suficientes (a pesar de los sermones laicos de las propagandas insufribles del dano nino) para 300 millones de personas. Dejo injustamente varios de mencionar, como el del espectáculo cotidiano de familias nómades transportando enormes carros tirados a sangre humana, hasta los enormes camiones devoradores de la valiosísima basura que otros transformarán en mercancía. Hay una ecuación malévola que debe ser subvertida. “Violación derechos humanos = dictadura militar”. Desde las enseñanzas del Toto Zimerman, sabemos hace muchos años que era dictadura cívico militar. Después de todo, Martínez de Hoz no estaba de pura casualidad, ni tampoco vio luz y subió. Pero negar los antecedentes del golpe de estado al “tío” Cámpora, el presidente que si fue, aunque no más de 45 días, la organización estatal de la triple A, hasta la crueldad del menemato y su continuidad débil en la Alianza, es una burla y una estafa. La debilidad de la Alianza fue su fortaleza electoral: un frente anti menem. La debilidad de la Alianza fue su fortaleza electoral: un frente anti menem. Y sobre todo, un frente contra la cultura menemista, de la cual Duhalde, el que se olvidó de Cabezas y repitió con la masacre del Puente Avellaneda, no podía abjurar. Demoler el gobierno de la Alianza, sin recordar el inmediato pasado menemista, es de una absoluta deshonestidad política, que siempre presagia otras deshonestidades peores. Quizá sea mejor aceptar que los derechos humanos no son neutrales, que su defensa siempre habla de la implicación del defensor, y que aún se escuchan lejanos ecos de la consigna: “ni yanquis ni marxistas, peronistas”. El campo popular sigue dividido y no es alucinando o delirando con progresismos por efecto de la pauta oficial de publicidad, que se realizará la necesaria unidad del pueblo para que no termine siendo apenas población para mentirosas estadísticas. Pueblo que es un más allá de las partidocracias que tanto daño hicieron, y que no lograron estallar en las jornadas instituyentes del 2001. Si la profecía de Armando Tejada Gómez es verdadera, entonces el que no defiende todos los derechos humanos no defiende ninguno. Y esto no es “impaciencia desestabilizadora” como alguna vez el periodista Enrique Vázquez le reprochara al escritor Osvaldo Soriano en la siempre recordada Humor Registrado. Es haber comprendido que la forma y el fondo son una y la misma cosa. Demonizar el monopolio Clarín es cosificar al enemigo de clase. La cosa Clarín en lugar de la cosa Concentración del Poder, que es inmanente al capitalismo, también al serio. Las empresas capitalistas que lucraron con la dictadura cívico militar exceden largamente las centenas. Quizá miles. Y en realidad, en ese momento del desarrollo de la lucha de clases, aniquilada ya la guerrilla como supo pedir Balbín, la derecha fascista fue por más. Los genocidas sabían que se trataba de arrancar de todos los cuajos posibles el retoño de la patria socialista. Por esa patria la sangre fue derramada y aleja de mí el cáliz que dice que fue en vano. Los crímenes de la dictadura y aún de la democracia no desmienten que esos retoños están vivos.
Desde siempre y hasta siempre: los derechos humanos solo admiten ese lapso temporal para su defensa irrestricta. Y seria, absolutamente seria.

*Médico Psiquiatra, Psicoanalista y Cooperativista. Miembro Fundador y actual Presidente Honorario de ATICO, la cooperativa en trabajo en salud mental

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