Sobre el silencio y las palabras: Vaticano y dictadura
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Por Alejandro Kaufman
En el nuevo formato de La Tecl@ Eñe Página Web
La Tecl@ Eñe Revista Digital de Cultura y Política
Ideas,cultura y otras historias... Año XI Número 56 - Edición Especial: Informe Ley de Medios de Servicios de Comunicación Audiovisual - Diciembre de 2012
08 abril 2013
Edgardo Mocca/Francisco, la demagogia y los nuevos desafíos.
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En el nuevo formato de La Tecl@ Eñe: Página Web
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Francisco, la demagogia y los nuevos desafíos.
La unción de Bergoglio como Francisco fue definida como el advenimiento del papa de los pobres. ¿Es un programa de reubicación histórica de la iglesia católica o una fórmula demagógica de ocasión? Parecen preguntas importantes porque interpelan al “ser de las cosas”. Tal vez, en algún nivel –subjetivo, moral- sean efectivamente importantes; más discutible es su pertinencia en el análisis político.
Por Edgardo Mocca*
Por Edgardo Mocca*
(para La Tecl@ Eñe)
Palabras de ahora/Perla Sneh
http://conradoyasenza.wix.com/la-tecla-ene#!nota-perla/cuz4
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Palabras de ahora
La tradición laica Argentina, al parecer olvidada en estos días de hablas perfumadas, pródigas en voces que pretenden encubrir la violencia en juego es menos virtud teologal que tiro por elevación a una zarandeada “soberbia”. Pero -ya lo decía Freud- no hay que ceder en las palabras; uno empieza cediendo en las palabras y termina cediendo en la cosa misma. Por eso hay que insistir: decir pobres no es decir oprimidos, caridad no es justicia social. En la lengua argentina, juicio o memoria no son abstracciones del humanismo universal, son enormes conquistas políticas.
La tradición laica Argentina, al parecer olvidada en estos días de hablas perfumadas, pródigas en voces que pretenden encubrir la violencia en juego es menos virtud teologal que tiro por elevación a una zarandeada “soberbia”. Pero -ya lo decía Freud- no hay que ceder en las palabras; uno empieza cediendo en las palabras y termina cediendo en la cosa misma. Por eso hay que insistir: decir pobres no es decir oprimidos, caridad no es justicia social. En la lengua argentina, juicio o memoria no son abstracciones del humanismo universal, son enormes conquistas políticas.
Por Perla Sneh*
(para La Tecl@ Eñe)
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El pensamiento “adentellato”/Horacio González
El pensamiento “adentellato”
La bergoglización del liberalismo argentino no sostiene ninguna conversación interesante, sino que se adosa a la mansedumbre previsible de un Pérez Esquivel y a la menos previsible, pero real, de un Leonardo Boff. No por el hecho que nos sorprendan y provoquen un modesto estupor, dejamos de criticarlas, y por la vía de lo que sería la enorme conversación de tono más bien coactivo que es la Iglesia, tampoco dejamos de comprenderlas. Pero la conversación en la que estamos pensando es portadora de sus propios obstáculos y es la que está en condiciones reales de apartarse de los elementos coactivos que en todo acto de habla están presentes.
Por Horacio González
(para La Tecl@ Eñe)
http://conradoyasenza.wix.com/la-tecla-ene#!horacio-gonzalez/cs8g
01 abril 2013
La Tecl@ Eñe Nuevo Formato: Página Web en Abril (N° 57)
Queridos amigos/as, lectores/as:
En Abril estrenamos nuevo formato. Este número de La Tecl@ Eñe (Abril) saldrá con nuevo formato: Página Web http://conradoyasenza.wix.com/la-tecla-ene
Esperamos que mejore la calidad visual y dinámica de la revista con este formato. La calidad de los textos está garantizada.
Escriben:
Horacio González,
Edgardo Mocca,
Perla Sneh,
Jorge Giles,
Alejandro Kaufman,
Enrique Carpintero,
Rodolfo Yanzon,
Ricardo Rouvier,
Carlos Raimundi,
Edgardo Adrián Form,
Hugo Presman,
Ezequiel Adamovsky
Miguel Molina y Vedia,
Rubén Dri,
Norberto Colominas,
Rubén Américo Liggera,
Ricardo Forster,
Rodolfo Braceli,
Constanza Carrazco,
Sebastián Hernaiz,
Flavio Crescenzi,
Raúl Isman,
Alfredo Grande
y Roberto Caballero.
En Abril, N° 57 de La Tecl@ Eñe nuevo diseño (ya, en las próximas horas). Los esperamos. Saludos. Conrado Yasenza.
En Abril estrenamos nuevo formato. Este número de La Tecl@ Eñe (Abril) saldrá con nuevo formato: Página Web http://conradoyasenza.wix.com/la-tecla-ene
Esperamos que mejore la calidad visual y dinámica de la revista con este formato. La calidad de los textos está garantizada.
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Edgardo Mocca,
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Miguel Molina y Vedia,
Rubén Dri,
Norberto Colominas,
Rubén Américo Liggera,
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28 diciembre 2012
Especial Ley de Medios/Virtudes y dilemas de las Políticas de Comunicación en la Argentina de la LSCA/Por Santiago Marino
Virtudes y dilemas de las Políticas de
Comunicación en la Argentina
de la LSCA
Por Santiago Marino*
(especial para La Tecl@ Eñe)
El sistema de medios de radiodifusión Argentina se ha caracterizado,
históricamente, por su estructura privada y comercial, con acciones estatales
que tendieron, en la mayor parte de los procesos, a beneficiar esta lógica.
Desde el advenimiento de la democracia, la ley de radiodifusión fue modificada
para permitir la creación de conglomerados, permitir el ingreso de capitales
extranjeros y reforzar el sistema basado en la búsqueda lucro. El resultado muestra
que la concentración de propiedad de los medios creció de manera constante, y
cada nuevo gobierno reforzó la estructura heredada.
Luego del estallido de la crisis de 2001 que implicó el final del gobierno
de la Alianza ,
la gestión de Eduardo Duhalde mantuvo en la radiodifusión las condiciones que
derivaron en beneficios a los privados, aunque los mayores efectos de su
implementación en el marco regulatorio se materializó después de la entrega del
mando a Néstor Kirchner y durante su mandato hasta 2008, cuando cambió la
lógica al menos en la regulación.
Especial Ley de Medios/“Era la mejor y la peor de todas las épocas”/ Por Martín Rodríguez
“Era la mejor y la peor de todas las épocas”
Por Martín Rodríguez*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Días calurosos de palacio, calle
y televisión. Un diciembre auténtico. Tema flotante la “ley de medios”, que
incluye varios tipos de reacciones dentro del murmullo que me constela: 1) el
fervor, 2) la indiferencia, 3) la percepción de que el “primer plano” de esto
pone bajo la alfombra otros problemas más urgentes o profundos (este punto, el
más demagógico, sufre que a la hora de decir “cuál” tema queda afuera de agenda
se haga un blanco en la mente; mucha sobre-politización crea niebla). La fuerza
de las contradicciones funge como extorsión diaria. Y un poco de ese modo
funciona la historia: sobre la presión de definir qué es lo importante, lo “de fondo”, lo principal que está en
juego. La agenda es darwinista: ganan los más aptos, los más fuertes, siempre. Para
tiempos así recomiendo seguir en twitter al revelador Martín Becerra
(@aracalacana) quien, todos los días con novedades judiciales, permite en una
serie de tuits separar la paja del trigo informativo.
Especial Ley de Medios/Corporaciones ¿en qué sentido?/Por Horacio González
Por Horacio González*
(especial para La Tecl @
Eñe)
Va
y viene entre nosotros la expresión “corporaciones”, que resulta ser una
formidable interpretación, y según el caso, una recusación muy enfática de las
instituciones que se cierran sobre sí mismas, reagrupándose en torno a sus
intereses primarios o particularistas. En los últimos tiempos, por obra de la
intensa lucha por el poder que recorre a la sociedad argentina, se expandió el
término corporaciones con el sentido de un obstáculo a la libre circulación de iniciativas
sociales y obstrucción de un ideal universalista de ciudadanía.
Especial Ley de Medios/El Rey está desnudo: Poder y visibilidad/Por Ari Lijalad
Por Ari LIjalad*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Ese día aún no había cumplido aún 85 años. Fue el 30 de mayo de 2012. Salió
de un edificio judicial porteño, donde el Cuerpo Médico Forense analizó los
documentos que presentó para justificar su ausencia días antes de los
Tribunales Federales de Jujuy. En su cara se reflejaba la conciencia de su
poder. Y de su prontuario. Se trata de un engranaje tan vital como desconocido
de lo que Rodolfo Walsh llamó la “miseria planificada”, sólo posible mediante la alianza cívico
militar donde los primeros pusieron las ideas y los segundos la represión y el
terrorismo de Estado. Un hombre que fue fundador del Ateneo de la Juventud
Democrática Argentina, el semillero de los funcionarios civiles de las
dictaduras militares del siglo XX, y
anfitrión de las tertulias en el Club Azcuénaga. Un empresario que, en 1966,
durante la dictadura encabezada por el general Juan Carlos Onganía, pactó con
los militares el Operativo Tucumán, por el cuál un convoy de 13 aviones
aterrizó en Tucumán, cerró 7 ingenios,
dejó 5.500 trabajadores en la calle y volcó toda la economía de la zona
hacia el ingenio La Merced, casualmente, de su propiedad. Un Operativo que fue
el laboratorio de las políticas económicas y represivas que su amigo José
Alfredo Martínez de Hoz aplicaría, junto al dictador Jorge Rafael Videla, 10
años más tarde, pero esta vez en todo el país. Un cómplice del terrorismo de
Estado, cuando el 27 de julio de 1976, durante “La Noche del Apagón” en el
pueblo de Ledesma, fueron secuestradas decenas de personas, y este hombre puso
a disposición instalaciones de su ingenio para la represión.
Especial Ley de Medios/El grupo se queda sin balas/Por Ricardo Rouvier
Por Ricardo Rouvier*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Evitaremos, en esta nota, entrar
en la hojarasca jurídica alrededor de la ley de medios audiovisuales. Es evidente, que esa maraña ha sido pensada para que sea entendida por
una pequeña elite; y que sea
inalcanzable para los simples mortales, y que haya que recurrir a ellos cuando
es preciso. Siempre la referencia a El
Proceso, esa extraordinaria novela de Kafka
es atinada para poder ejemplificar los vericuetos procesales que
terminan ahogando la equidad, y que
ponen en compartimentos estancos a la justicia
separado de la verdad.
Especial Ley de Medios/Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: un antes y un después/Por Carlos Raimundi
Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual: un antes y un después
Por Carlos Raimundi*
(especial para La Tecl@ Eñe)
1.
El texto y el contexto
La llamada Ley
de Medios significó un antes y un después en el país. Desde su proceso de creación
y su tratamiento parlamentario, hasta las propias dificultades y trabas
jurídicas, representan un enorme salto de calidad en el debate público de la
Argentina. Y si bien otras medidas del gobierno también han contribuido en este
sentido, la Ley
de Servicios de Comunicación Audiovisual es quizás la más emblemática porque pone
como eje de la discusión política la cuestión del poder real.
La Ley dice
cosas muy importantes en su texto, vinculadas a la regulación del espectro
audiovisual, pero tal vez lo más profundo sea el con-texto de debate que se
abrió a partir de su discusión. Esto nos ha permitido ingresar en una
circunstancia única e histórica en la Argentina, que es la posibilidad de
evidenciar cuestiones de la propia naturaleza de la política, tales como dónde reside
el poder, quién lo detenta y cómo se ha venido ejerciendo en las últimas
décadas.
Especial Ley de Medios/Lo que la batalla por la Ley de Medios oculta/Por Rubén Dri
Lo que la batalla
por la Ley de Medios oculta
Por Rubén Dri*
(especial para La
Tecl@ Eñe)
El ser humano siempre sospechó que detrás o
debajo de lo que aparece a primera vista hay algo que se oculta y al cual se siente ligado, y, en
consecuencia, busca descubrirlo, pero al mismo tiempo le teme. Atracción y
repulsión, ansiedad y miedo. Como un imán se siente atado a ese secreto que se
rehúsa mostrarse.
Sin esa tendencia a descubrir lo que se
sospecha que está debajo de lo que se ve no habría habido filosofía ni ciencia,
pero sin ese miedo a lo que estaría en lo oscuro no habría habido tanta
represión al saber. Conocer el bien y el
mal es ser como Dios, pero entonces el paraíso está perdido.
Los griegos fueron los grandes maestros del
develamiento del secreto o de los secretos que se ocultan detrás de lo que
aparece, de las apariencias, de lo primero que se muestra. Ese desocultamiento
siempre intentado, nunca logrado plenamente, mueve la historia.
Hegel discurría que en el necesario develamiento
de lo oculto se procede por pasos. Lo oculto primero “parece”, hace su primera
aparición que resulta ser sólo un “parecer” que oculta un verdadero “aparecer”
que viene luego. No es un simple velo de Maya que engaña, porque detrás del
parecer hay un verdadero “aparecer”.
Especial Ley de Medios/Dos palabras sobre los complejos beneficios de la Ley de Medios/Por Oscar Steimberg
Por Oscar Steimberg*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Nada de lo que se dirá en estas
pocas líneas es nuevo. Pero refiere a aspectos y efectos de la Ley de Medios de
los que se habla poco, o como si fueran sólo detalles pequeños del asunto. Creo
que así pasa siempre con los motivos de fuerte confrontación o discusión: se
simplifica el conjunto para concentrar los recursos del ataque o la defensa. En
relación con la Ley de Medios se habla, por ejemplo, de libertad de expresión,
y entonces de la libre elección, producción y circulación de diferentes
contenidos (de la noticia, de la comunicación o la opinión). Pero si se trata
de los efectos de la Ley de Medios (además, audiovisuales, lo que hace la cuestión
más compleja y difícil), ¿el problema puede ser sólo de libertad de expresión,
opinión e información?
Especial Ley de Medios/El sentido común de la democracia/Por Jorge Giles
El sentido común de la democracia
Por Jorge Giles*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Se dice con propiedad intelectual
que el monopolio de la comunicación es el que liga y representa a los demás
monopolios vigentes en esta etapa del capitalismo.
Para asaltar bancos y saquear
financieras precisan de una buena prensa que transforme en víctimas a los
victimarios.
Para ajustar salvajemente a los
pueblos, expulsándolos del paraíso terrenal del trabajo, la educación, la
salud, la vivienda, la libertad, precisan de una buena prensa que transforme a
las víctimas en culpables de su propio desamparo social.
Para desguazar un Estado, para
privatizar los bienes de la esperanza, para que sólo quepan en la geografía de
la sobreabundancia una tercera parte de la sociedad, empujando al vacío de la
supervivencia a los otros dos tercios de las mayorías, precisan de una buena
prensa que hable de las bondades del Estado mínimo en manos de gerentes del FMI
y que nos acostumbremos a aceptar que, al fin y al cabo, “pobres hubo siempre”.
Especial Ley de Medios/Ley de medios: frente al lenguaje destituyente, la posibilidad de la democracia/ Por Miguel Molina y Vedia
Por Miguel Molina y Vedia *
(especial para La Tecl@ Eñe)
Alumbrado al calor de los
lockouts agrarios de 2008, el concepto de “lo destituyente” ha disfrutado desde
entonces de una insospechada celebridad, que amenaza con hacer naufragar su
eficacia descriptiva. Si la denuncia de lo destituyente acaba por cristalizar
esa noción en un sinónimo eufemizado del añejo golpismo, su modulación
específica quedará malograda. La incomodidad ante este desplazamiento no niega
las ostensibles continuidades entre las antiguas expresiones conservadoras del
país y las que hoy acceden, a menudo de forma confusa, a la arena pública. En
efecto, lo destituyente contiene potencialmente la promesa de una ominosa
venganza antipopular, pero se manifiesta en lo primordial a través de
operaciones discursivas (la concepción que sostenemos acerca del vínculo entre
lenguaje y política no presupone que esta característica mengüe su grado de
incidencia ni mucho menos).
Especial Ley de Medios/Mucho más que una ley/Por Kike Dordal
Por Kike Dordal*
(especial para La Tecl@ Eñe)
No es posible recuperar la
soberanía en todas sus formas – económica, geográfica, política,
comunicacional, de recursos, etc. – sin enfrentar a los grandes poderes
económicos que se han ido apoderando de cada una de ellas a los largo de muchos
años. Tampoco resulta posible tal recuperación sin antes redistribuir los
recursos económicos, humanos y naturales enajenados por los mismos poderes en
igual período de tiempo.
Surge entonces una importante pregunta. Si acordamos como objetivo la
recuperación de la soberanía e independencia como herramientas para disponer y
poner todos los recursos en beneficio de nuestro pueblo, en una relación de
equidad e igualdad de derechos, en el camino hacia el objetivo resulta
imperioso preguntarse, ¿es posible dar esta batalla en todos sus frentes en
forma simultánea?, o resulta más acorde con la lógica enfrentar los poderes en
forma sectorial, como si fuesen independientes uno de otros.
Especial Ley de Medios/Ley de Medios: Misoginia y violencia de género/Por Rubén Liggera
Por Rubén Liggera*
(especial para La Tecl@ Eñe)
A esta altura del enmarañado devenir judicial originado por la aplicación
de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales aprobada hace tres años por el
Congreso de la Nación de manera democrática y por amplísima mayoría, el grupo Clarín recurre a los más deplorables
recursos para impedir su cabal cumplimiento.
En efecto, en vísperas del llamado 7D y tras la reposición de la cautelar
que había suspendido su aplicación, el dibujante Hermenegildo Sábat, ilustró la
noticia con una caricatura de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner con
un ojo amoratado. Recordemos que en 2008,
en plena disputa con la patronal agraria, el mismo artista la había presentado
con un par de curitas en su boca.
Especial Ley de Medios/Poder Mediático y Control Social: límites y alcances de la ley de medios/Por Flavio Crescenzi
Poder Mediático y Control Social: límites y
alcances de la ley de medios
Por Flavio Crescenzi*
(especial para La TEcl@ Eñe)
"Si la evolución de la
humanidad conduce a la mundialización del mercado, la hora del destino ha
sonado. Las exigencias del mercado mundial son mucho más drásticas que las de
una teoría, tan exigente como ella sea; por ejemplo, el análisis institucional.
En los periódicos, ni un solo suplemento ha sido consagrado a la lucha contra
el virus del nacionalismo, mucho más remanente que el del cólera, mucho más
pandémico que el del SIDA. Toda epistemología, toda ética en las ciencias de la
materia, de la vida, del hombre, están, de ahora en más, cubiertas por el
paraguas del comercio mundial a modo de “gran novela”. En fin, es la ideología
dominante, hegemónica –la del mercado, de la “circulación”, como decía Marx en
La cuestión judía– la que se impone en el laboratorio, como en el terreno o de
cara a las nuevas escribanías electrónicas. Los paradigmas o los proyectos
políticos, los programas de investigación o de acción por esto y contra aquello,
están ajustados al mismo Referente, al mismo Interpretante último: la
democracia ya no es el fin a alcanzar, la libertad no es más una causa vital;
son las condiciones de instalación y mantenimiento de una libre circulación del
capital, de la mercancía."
René Lourau
Especial Ley de Medios/Suramérica y Medios de Comunicación: Integración Incomunicada/Por Hugo Muleiro
Suramérica y Medios de Comunicación
Integración Incomunicada
Por Hugo Muleiro*
(especial para La Tecl@ Eñe)
“Un proceso de integración completo en Suramérica sólo podrá ser
realidad si incluye el tema de la comunicación y la circulación de información”,
dijo en junio de 2011 el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, parte de un
gobierno que tiene en la confrontación con los medios de difusión
convencionales uno de sus desafíos más difíciles.
Una gran demanda de energía y riesgos considerables afrontó y afronta el
gobierno del presidente Rafael Correa por el choque con grupos de empresarios
periodísticos que en Ecuador ocupan un lugar que puede asimilarse al de sus
pares de Argentina: están al frente de la oposición. Se trata de un cuadro que
puede verse del derecho o del revés: 1) los partidos políticos no logran
enhebrar una propuesta que entusiasme al electorado y por ello los medios
tradicionales emergen en la conducción del combate al oficialismo; 2) estas
empresas, aún con sus propósitos particulares y tan específicos, arrastran a
sus tomas de posición a los dirigentes que les rinden pleitesía y se someten mansamente
a su discurso.
Especial Ley de Medios/El toque de Clarín de la Abeja Reina/Por Jorge Garaventa
¿No estamos Medio Confundidos?
Por Jorge Garaventa*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Para entender cabalmente de qué
se trata semejante disputa en torno a la llamada ley de medios, y el porqué de semejante ferocidad opositora, es
necesario establecer de qué estamos hablando: menos de la libertad de
expresión, y aún de la libertad de empresas, que de cuál concepción del estado
es la que finalmente sobrevendrá. Por eso es llamativo que hoy se opongan a la
norma en cuestión, muchos de quienes reclamaban en otros aspectos el
aniquilamiento del Estado regulador.
¿Qué entendemos entonces por
Estado regulador?, ni más ni menos que aquel que interviene para compensar las
inequidades del sistema.
El menemato trajo consigo la
naturalización del sálvese quien pueda y su triste y consecuente secuela de
deslizados y excluidos.
La libre regulación, regula,
valga intencionalmente la redundancia, para el lado de los poderosos, las
escenas se centran en los desbalances comerciales y empresarios y las prácticas
monopólicas son objeto de devoción…es un modelo que se reproduce ya sea tanto
en lo macro social como en lo barrial, y hasta podemos aventurarnos a que ello
se filtre también en lo familiar.
El liberalismo en práctica, que
de eso se trata, es una fabrica prolífica y contundente de ricos y pobres, que
a su vez destruye las capas medias…algunos se deslizan hacia abajo, otros
directamente caen fuera de los límites del sistema, muy pocos promocionan hacia
arriba, y los del podio acrecientan su poder. No hay secretos ni operaciones
extremas, es sencillamente así y a la vista de todos.
Los barrios vieron desaparecer
algunas joyas preciadas, además de los cines que simbolizaron la derrota
cultural de la época, cuando los almacenes cerraron sus cortinas empujados por
las cadenas de supermercados en primera instancia y por los mercados chino-
coreanos más tarde…el desguace del comercio amigo se consolidó con la llegada
de los Blockbuster que llevaron al destierro final del video club del barrio, y
del amigo fanático de Cinema Paradiso que nos aconsejaba con serena dedicación
qué poner en nuestra casetera cada fin de semana.
Lo que queremos ejemplificar, en
síntesis, es que el aniquilamiento de usos y costumbres que significó la
vigencia del Estado liberal no fue solo un fenómeno macro sino que, al lado
nuestro, tampoco dejó títeres con cabeza. Se fue haciendo cada vez más lejana y
extraña, la posibilidad de opción, tras la mascarada de la libertad de elegir.
En el 2004, invitados a hablar
del tema “medios” en una jornada organizada por las Comisarías de la Mujer de
la provincia de Buenos Aires decíamos:
“El gobierno de los 90 y quienes lo sucedieron habilitaron una
transformación y un sinceramiento en los medios, fundamentalmente los llamados
de comunicación masiva.
Transformación en el sentido que, hoy socialmente naturalizados, los
medios devinieron en multimedios conformando mega empresas que atraviesan
transversalmente los dominios de la comunicación y llegan desde múltiples bocas
a los sentidos de los usuarios.
Especial Ley de Medios/La ley de Medios y un Cuento de Navidad7Por Susana Cella
Por Susana Cella*
(especial para La Tecl@ Eñe)
Calificadas opiniones, y de las otras también, ha habido en un lapso mucho
mayor que el de estos tres largos años de maniobras dilatorias para que se
aplique una ley que viene a terminar con una de las tantas imposiciones del
poder cívico militar plenamente asentado en nuestro país desde 1976 hasta 2003.
De modo que si algo digo, si se me convoca a decir algo sobre esta especie de
camino no exento de piedras, escollos, escarpadas pendientes, huecos escondidos
o disimulados, palabras dichas y escritas, rúbricas y cuestionamientos, lo hago
desde un lugar no afincado en el saber de leyes o instituciones (con todo lo
que tal cosa implica y habilita) sino en un deseo y una ilusión, cosas que por
estos días navideños no dejan de abundar en saludos múltiples y anhelos de
dicha y paz.
De los que también participo. No me gustan las racionalizaciones
(uso este término en sentido psicoanalítico)
destructoras de formas de la comunicación afectiva, a partir de algo que
nos interpele, lo que me lleva a evocar a uno de esos grandes personajes que
tanto dicen respecto de la amargura enraizada que rechaza las Fiestas y con
ellas, los afectos y más, valores.
Hace ya mucho tiempo que cada diciembre me llega, de un modo u otro, el más
famoso de los cuentos de Navidad de Charles Dickens, el del misántropo y avaro
Ebenezer Scrooge, al que visita primero, el fantasma de su socio, quien
arrastra su condena por haber hecho lo que hizo y sido lo que fue, en resumen,
un miserable en vida, y le anuncia para esa noche la visita de los espíritus de
las Navidades pasadas, presente y futura, cosa que efectivamente sucede, y al
cabo de lo cual, Scrooge modifica absolutamente su actitud. Numerosas versiones
cinematográficas fueron reiterando, cada cual con sus variaciones, pero siempre
en similar desenlace, la historia de ese ser odioso y el final feliz, cargado
de sentimentalismo, según se observó, además de idealizado. Pero con todo, esa
historia persiste, como los saludos y las postales de Navidad.
Pude ver en estos días una versión algo diferente en un film donde Bill
Murray protagonizaba a un empresario de la televisión, que precisamente iba a
transmitir, en Navidad, la historia de Dickens pero convertida en una especie
de cachivache en clave de espectáculo, durante cuya realización no dejaba de
mostrar su absoluta indiferencia o su desprecio y suspicacia por cada uno de
los que tenía alrededor. En sus pertrechadas oficinas en las alturas de la
ciudad, en el estudio de grabación, en la calle, se le fueron apareciendo los
fantasmas primero de su viejo patrón y luego los de las Navidades, pero también
surgieron en esos lugares, las vivas
presencias de su amada, de la secretaria, de un sujeto bastante trepador que
intentaba reemplazarlo, de otro empresario que insistía en que siguiera su
misma lógica mediática, etc. Aggiornados
seguían estando ahí varios de los personajes dickensianos. También en este film,
el protagonista cambia de conducta, ante las pantallas proclama la solidaridad,
y hasta el máximo director de esa corporación (Robert Mitchum) termina aceptándolo.
Me imaginé entonces, al empresario Magnetto visitado por tales espíritus,
rememorando sus días de infancia y juventud, algún amor si lo tuvo, algo, cualquier
cosa que pudiera haber querido y consecuentemente olvidado en la prosecución de
su carrera. Pero el espíritu de las Navidades pasadas fue a dar a los años en
que brindaba con Videla y la Señora Noble, y con dos chicos oscuramente
adoptados, que recibían regalitos de Reyes. A diferencia de la historia de
Dickens surgió entonces un gran baile de máscaras, una noche de aquelarre en la
que él mismo y muchos otros se endosaban caretas y se las iban cambiando, según
les fuera conviniendo, durante varias Navidades, varias décadas. En verdad, el
espíritu de las Navidades pasadas, no dejaba aquí sueños perdidos y ambiciones
tristes, sino un sucio páramo de estafas, coacciones y crímenes. Si la función
del Espíritu de las Navidades presentes era hacerle tomar conciencia a Scrooge
de lo que sucedía con un espectro social vario que abarcaba desde su sobrino,
quien no padecía carencias, pero sí quería que las cosas fueran más justas; a
su empleado, al que explotaba sin saber o sin importarle qué pasaba con él y su
familia, y, extendiendo la cosa, a los que no tenían cobijo ni alimento, me
encontré con que en el caso de Magnetto, no hacía falta recordarle ni revelarle
nada, porque sabe más que bien qué pasa con todos ellos, empleados, despedidos,
pobres en general, lo sabe desde las anteriores Navidades, cuando mientras para
algunos eran festejo o aturdimiento, para muchos eran dolor de ausencia y
sufrimiento en cuerpo y alma. De las Navidades futuras, vaya a saber, pero es
más que improbable que un futuro de condena u olvido le importase mucho, inclusive
cuando haya visto que algunos de sus cómplices de las Navidades pasadas hoy
anden execrados y condenados, como el Espíritu con aspecto de Parca le mostraba
a Ebenezer, el que, además, vale recordar, no era sino un comerciante o
prestamista, y no un poderoso noble ni un representante del poder. La parodia
de Bill Murray, en cierto sentido, anda por el mismo camino, por más que su
personaje televisivo, más notorio que el negociante inglés, sea más influyente,
tampoco es el verdadero centro del poder, en todo caso su conversión podría,
como en el caso de la historia de Dickens, favorecer a algunos, pero la
estructura queda intacta. Quizá Mitchum (mejor dicho, el personaje que actúa
Mitchum) celebre la gran ocurrencia de su empleado calculando los beneficios de
lo que bien podía ver como una ingeniosa resolución, para su empresa.
Imposible, entonces, pese a una fugaz ilusión, hacer un cuentito de Navidad
dickensiano protagonizado por Magnetto
(nombro a este sólo en tanto cierto carácter representativo, cara
visible de un poder al que sólo sirve). Desde luego, entre otras cosas, porque
aquella perspectiva de Dickens no es sino coherente con algunas ideas suyas
sobre la sociedad, que son más que difíciles de compartir. Y aun, aunque no se
trate de que la solución anide en un cambio moral en un personaje de clase
media, el cuento sigue teniendo su atractivo en el reservorio de cuentos
populares y tradicionales porque sostiene una esperanza. Seguramente no la de
que los malos se transformen en buenos, sino más bien, de que sea posible
modificar un orden de cosas que quizá algunos en megalomanía, quieren invariable.
Ahí se me aparece la Ley de Medios como la punta de un iceberg, siguiendo con mis asociaciones literarias, ya no dickensianas.
La parte grande del bloque duro y helado, la que se esconde en aguas
turbulentas, tiene que ver con las instituciones en su conjunto en lo que atañe
a la misma estructura política y a la organización de la sociedad. Mi perpleja
pregunta (ingenua, podría ser, pero ingenua en el sentido del Traje del
Emperador) es cómo es posible que una ley discutida, aprobada e incluso
recientemente declarada constitucional, no se pueda aplicar. ¿Qué pasa con los
tres Poderes, tan abundantemente elogiados en la organización republicana? Fuerte
es el silencio, fuertes las presiones, fuerte la fuerza que siguen detentando
los que mandan por sobre gobiernos y estamentos sociales e institucionales. Quizá
abuse ahora de imágenes vistas recientemente en la televisión, pero quisiera
citar otra, un documental sobre una escuelita en la Puna, donde un grupo de
maestros admirables, entre las rocas y los caminos terrosos, hacen que sus
alumnos no sólo puedan convertir cactus secos en objetos de uso y belleza, sino
que también, difundan, en una radio, sus voces, cargadas de experiencia y
sentido, sus entonaciones, y que, como dice una de las maestras, puedan saber
de su valor, de su dignidad, de que no son menos que otros más blancos y sin la
competencia idiomática de ellos que saben hablar dos lenguas.
La Ley de Medios, al darles espacio, posibilita que esas voces y esos
medios, desprecarizados, puedan lograr además de una llegada amplia, una
creciente calidad. Quizá, en esta pequeña anécdota se me objete que cierto
sentimentalismo dickensiano me invade, sin embargo, no se trata de eso, en
tanto no confundo sentimentalismo como golpe bajo y efectista (del que por otra
parte se sirven cuando les conviene los medios hegemónicos), con sensibilidad
ante lo que nos concierne como sociedad múltiple, heterogénea y por lo mismo
con mayores riquezas que la poca exhibida en chatura y tontería, por decir lo
menos, transmitida y retransmitida respecto de lo que le pasó o le pasa por
ejemplo, a una vedette, a un actorcito, a su amante, socio, marido o lo que
fuera, y, peor todavía, más que chatura y tontería, en la repetición y
re-repetición de opiniones de opinadores autoproclamados como inteligentes,
“libres”, “críticos”, cuestionadores y similares calificativos bastardeados.
Mi ingenua pregunta no lo es. Enfrentar aquello que busca hegemonizar y
naturalizar una ideología, armar un imaginario favorable a la reproducción de
un orden desigual es cosa difícil. Y mucho, porque se enfrentan grandes
intereses que reafirman en la defensa de su hegemonía cultural, la de su privilegio
económico. Aun en el propio Imperio, aun con esos argumentos de combatir
prácticas monopólicas, se entrevé, en los intersticios que dejan ver imágenes
tan disímiles como las de Bush y Obama, quiénes deciden y trazan las reglas. De
ahí la magnitud del desafío que explica los tres años y mucho más que
indudablemente, a diferencia de la romántica historia de Scrooge no se resuelve
en una noche.
* Poeta y novelista.
Profesora titular de la carrera de Letras, UBA. Colabora habitualmente en la
sección libros de Radar. Tiene a su cargo una sección en la revista Caras y
Caretas y dirige el Departamento de Literatura y Sociedad del Centro Cultural
de la Cooperación.
Memoria, Política y Sociedad/La Cultura del Perdón/Por Hernán Invernizzi
LA CULTURA DEL PERDÓN
Por Hernán Invernizzi*
(especial para La Tecl@ Eñe)
En el siglo V AC un político
ateniense llamado Trasíbulo encabezó una rebelión contra los sangrientos
“Treinta Tiranos”, los derrotó y promovió la primera ley de amnistía conocida
en Occidente - palabra que en griego quiere decir “sin memoria”, por eso se la
conoció como la “ley del olvido”. La norma disponía que los ciudadanos
atenienses no podían ser molestados por sus actos políticos pasados. Poco
después la muy democrática Atenas condenó a muerte al célebre Sócrates, que
nunca fue un amante de la democracia, acusado de corromper a los jóvenes y de
no respetar a los dioses oficiales. En nuestra cultura política tenemos una
colección de Trasíbulos, políticos que creen que se puede administrar la
memoria por decreto.
LA PATRIA PERDONADORA
Argentina es un país fecundo en amnistías. La Asamblea del Año 1813, de la
cual Bernardino Rivadavia era Secretario, sometió a juicio de residencia a
todos los que habían gobernado desde mayo de 1810, pero pronto convirtieron al
juicio en amnistía para evitar las complicaciones que se habían desatado. En
1821, cuando era ministro del gobernador Martín Rodríguez, el mismo Rivadavia
propuso una ambigua “ley de olvido” que fue convertida en amplia amnistía por
la Cámara de Representantes. En desacuerdo con tanta generosidad, por decreto
Rivadavia limitó sus alcances a sólo 9 exiliados, entre los que estaban Soler,
Alvear, Sarratea y Manuel Dorrego - que en 1827 fue nuevamente elegido
gobernador. La ley de olvido de poco sirvió: lo fusilaron al año siguiente.
Violencia Escolar/Proyecto de Ley contra la Violencia Escolar/Por Ronaldo Wright
Por Ronaldo Wright*
(para La Tecl@ Eñe)
Se encuentra en el Congreso de la Nación el tratamiento de un
proyecto de ley cuyo objetivo principal es la erradicación de la violencia en las escuelas. Esta iniciativa tiende a impulsar políticas que promuevan
la buena convivencia, propiciando un ámbito educativo pacífico, tolerante y de mutuo
respeto.
Así, se busca fortalecer tanto a las escuelas como a los maestros y a
los equipos especializados para intervenir en todas las situaciones de acoso o violencia que puedan presentárseles.
Digamos que el acoso escolar —también conocido como bullying— se refiere a cualquier forma
de maltrato producido entre escolares y que implica habitualmente un abuso de poder utilizado para someter,
apocar, intimidar, amedrentar y/o reducir a la víctima. Muchas veces el agresor
suele estar rodeado de una banda o grupo de acosadores, por lo que es
reconocido como un líder por el resto de sus iguales seguidores. Algunos
denominan a este tipo de sujeto como niño
o joven tirano.
01 noviembre 2012
Editorial/La Ley de Medios y la batalla por la hegemonía del poder/Por Conrado Yasenza
La Ley de Medios y la batalla por la hegemonía del poder
Por Conrado Yasenza*
1- Minimización de la Ley de Medios
Suenan corceles y clarines en
estos tiempos de batalla cultural. En los meses previos a lo que se ha
denominado como el 7D (por el 7 de Diciembre), es decir, el día en que vence el
plazo, según el fallo de la Corte Suprema de la Nación, para que las empresas
de medios de comunicación audiovisuales presenten ante la Autoridad Federal de
Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) sus propuestas de adecuación a La
Ley de Medios, el cuestionamiento acerca de
la importancia de esta fecha y sus implicancias con relación al
cumplimiento o no de la Ley por las empresas de medios, en especial por el
Grupo Económico-Empresarial Clarín, ha cobrado un vigor no exento de
singularidades dentro del campo nacional y popular, y en particular, en algunos
medios afines al Gobierno. Se ha minimizado la importancia política que
contiene en sí la disputa por el respeto y el cumplimiento de una Ley
democrática, que recogió los 21 puntos planteados por la Coalición por una
Radiodifusión Democrática, y que luego fuera discutida durante un año en
cientos de foros institucionales, comunales, cooperativos, hasta llegar a la
sanción de la Ley por ambas Cámaras del Congreso de La Nación, y aprobada
finalmente por amplias mayorías.
Política y Medios/El poder y el lenguaje periodístico/ Por Edgardo Mocca
Lo específico de este ciclo histórico nacional y mundial es que casi toda la palabra política ha devenido periodística. Esto no significa subestimar la importancia de la reanimación de escenarios propiamente políticos y de órganos de prensa que giran a su alrededor en nuestra realidad nacional. Por el contrario, es el primer indicio de que la inflación periodística no ha terminado de destruir el valor del lenguaje político. Sin embargo, el espacio central y las formas principales del debate político actual están colonizadas por las reglas del habla periodística.
Por Edgardo Mocca*
(para La Tecl@ Eñe)
Política y Medios/8D/Por Martín Rodríguez
8D
El 7D empieza algo. El
7D termina algo. El 7D no pasa nada. Muchos problemas del país concreto,
estructural, de difícil gestión, siguen ahí. Antes, durante o después de
Clarín. Como la tragedia del tren Sarmiento, que expuso la política de
transporte y que tiene funcionarios culpables. Más allá de la suerte de
Magnetto, un país tan grande y tan complejo como la Argentina no se merece este
mono-tema por tantos años. Que la
justicia ayude a dar vuelta la página. Y que todos se ajusten a ella.
Por Martín Rodríguez*
(para La Tecl@ Eñe)
Política y Medios/El periodismo como profesión/Por Horacio González
En la etapa actual del periodismo
está en juego la supervivencia del oficio periodístico como tutor de una nueva
objetividad. No es tan cierto que al desnudarse una neutralidad fallida en la
gran prensa y su ramificado sistema audiovisual, deba imperar un periodismo que
se atenga solamente a declarar los particularismos culturales y económicos que
expresa. No está mal enunciarlos. Pero no es posible forjar un nuevo trato
entre el lenguaje comunicacional y las éticas colectivas sin restituir una
nueva manera de la objetividad, más rica, autoconsciente y capaz de evidenciar
sus autocríticas.
Por Horacio González*
(para La Tecl@ Eñe)
Política y Sociedad/La era de los golpes suaves/Por Rubén Dri
La primera década del presente
siglo se ha caracterizado en nuestro continente latinoamericano por el avance
de los procesos nacional-populares que irrumpen en la escena pública,
conducidos por sus líderes. ¿Puede el imperio permitir este avance en lo que
siempre consideró su patio trasero? De ninguna manera. El modo tradicional de
intervenir que tuvo el imperio frente a los procesos populares como los
señalados fueron los golpes militares. Al no ser viable en el momento actual el
clásico golpe militar, o sea, el golpe “duro”, se hizo necesaria la
reformulación del golpe y el resultado
fue la formulación de lo que se denomina “golpe blando o suave”, el cual posee
múltiples variantes.
Por Rubén Dri*
(para La Tecl@ Eñe)
Política y Sociedad/Estamos navegando en distintos ríos/Por Jorge Giles
Si la realidad concreta, con su
devenir cotidiano y su historia, viajan en la mochila de los dirigentes
políticos que dicen identificarse con el campo popular, habrá que definir,
entonces, que quienes hacen política en tiempos del kirchnerismo navegan
por distintos ríos. Ya no se trata de
diferencias coyunturales o de velocidad en la acción o de formatos distintos
según sea el perfil de los agrupamientos en cuestión. Hay una dificultad muy
grave y manifiesta en algunos grupos políticos, sean sindicales, partidarios o
intelectuales, en aprehender y mantener el sano equilibrio que sólo
otorga, en beneficio de cualquier
postura ideológica, el elemental y esencial sentido de realidad.
PorJorge Giles*
(para La Tecl@ Eñe)
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