30 agosto 2012

Economía/Todos financiamos al Gobierno de los EE.UU/Por José María Corredoira



TODOS  FINANCIAMOS  AL  GOBIERNO  DE  LOS  EE.UU

"Al final los astroeconomistas tenían razón"


Parece lejano el momento en que la combinación de grandes déficits fiscales futuros y eventual menor disposición de los extranjeros a comprar valores de los EE.UU.  provoque una baja del dólar y un aumento del costo del dinero para el financiamiento de la economía de los EE.UU. Seguro, liquidez y conocimiento; quizás sea un concepto, antes que astrofísico y absoluto, sencillamente relativo. No es que la economía de los EE.UU. esté bien, es que las demás están mucho peor.


Por José María Corredoira*
(para La Tecl@ Eñe)



El mundo entero, familias y gobiernos, y ahora las familias de los EE.UU., están financiando al gobierno de los EE.UU.
Las familias de los EE.UU. han pasado de una posición fuertemente deudora a una acreedora. Hoy la tasa de ahorro de ese país se ubica en un 4% del PBI, pero en nada contribuye el sector público que presenta un déficit de más del 8% del PBI. El sector privado es el que compensa la cuenta nacional para alcanzar aquella tasa del 4%.
El ahorro de los hogares de los EE.UU ha enseñado un marcado ascenso al punto de llegar en mayo pasado al 6,9 por ciento de la renta personal neta de impuestos, el mayor nivel desde 1992. Esto equivale, anualmente, a unos  750.000 millones de dólares.

Antes del inicio del proceso de ascenso, luego de pasados los efectos de la crisis hipotecaria, la tasa de ahorro de las familias de los EE.UU. había  disminuido durante más de dos décadas debido al aumento del nivel de riqueza de los hogares. La rápida valorización del mercado accionario y el creciente precio de las viviendas motivaron a las personas a consumir una parte creciente de sus ingresos y ahorrar menos. Así, la mayoría de las personas con trabajo redujo la cantidad que ahorraba para su jubilación y los jubilados aumentaron sus gastos. La tasa neta de ahorro se redujo a casi cero.
Los títulos de  deuda de aquel país, además de instrumento de ahorro doméstico son refugio internacional de inversores públicos y privados. Esa deuda brinda liquidez y seguro a los ahorristas, inversores y gobiernos (como Japón, China, Alemania, Brasil, etc.) de todo el mundo, incluidos los propios yankees.
La ironía es que se cumplió la especulación de los  “astro economistas”, no ya sustentada en la “materia negra”, sino en el espanto de Europa, la larga letanía japonesa y la in sustentabilidad de la economía china. Hoy Japón merece una nota de calificación menor a la chilena y China precisa inducir la demanda de su moneda mediante trabajosos swaps con diversos bancos centrales (incluido nuestro BCRA).
Los astro economistas, la Universidad de Harvard y nuestra Universidad Torcuato Di Tella, desarrollaron una teoría para explicar por qué los impresionantes desbalances en las Cuentas Corrientes de los Balances de Pagos de los EE.UU. podían seguir hasta… el infinito.  
Ricardo Hausmann (Kennedy School of Government y Center for International Development, Harvard University) y Federico Sturzenegger (Kennedy School of Government, Harvard University y Universidad Torcuato Di Tella), hicieron un paralelo con los “agujeros negros” del universo, creyendo haber descubierto la inversa de este fenómeno espacial en la economía mundial. La inversa es llamada, por oposición a los agujeros negros, la “Materia Negra” (presunto stock de activos que generan renta).
La Materia Negra, seria algo que existe pero no es recogida por las cuentas internacionales. La existencia de este stock supuesto de Material Negra se probaría por la generación de flujos financieros, derivados de renta de activos, que sí recogen las cuentas internacionales. En otras palabras, así como se presume la existencia de los agujeros negros del espacio, por ser puntos  de consumo y desaparición de luz, los “astro economistas” presumen la existencia de la inversa de los agujeros negros, o sea la Materia Negra de la economía real, por la comprobación de flujos de dinero (luz), que si existen, pero que de otro modo no tendrían explicación.
También argumentan que por “algo” todo el sistema de desbalances en las cuentas corrientes internacionales todavía goza de sustentabilidad. Ese “algo” seria justamente la Materia Negra.
En cambio, aquí se arriesga la opinión que los EE.UU. aspiran fondos de todo el mundo, no ya porque detenten alguna “Materia Negra”, sino porque las demás economías desarrolladas provocan pánico.
Los desbalances de las cuentas externas de los EE.UU. no son financiados solamente por flujos derivados de rentas externas sino, principalmente, por influjos financieros aplicados a la compra de títulos de la deuda del Tesoro.

La tasa de ahorro de los Estados Unidos y el futuro del dólar
Las entradas de capital igualan al déficit de cuenta corriente  Una reducción del déficit comercial precisa incrementar las exportaciones y reducir las importaciones, el valor internacional del dólar se reduce para que los productos de los EE.UU. resulten más competitivos a los compradores extranjeros y los bienes y servicios de los EE.UU más baratos para los nacionales.

Un dólar más barato, en términos de otras divisas conduce a que una reducción del consumo doméstico pueda ser compensada con un aumento de las exportaciones, idealmente manteniendo los niveles de empleo.

No obstante, sólo si una mayor tasa de ahorro de las familias es menor a un aumento del gasto del Gobierno se enseñará la relación entre un mayor ahorro de las familias y un dólar devaluado, Un importante déficit fiscal acrecienta la necesidad de fondos del exterior para mantener la inversión privada. O sea, el valor del dólar se corresponde con el ahorro nacional total, no sólo el ahorro de las familias.

Eso significaría que los EE.UU. seguirían necesitando del flujo de fondos del exterior para sostener la inversión de las empresas y la financiación de la construcción de viviendas. Así, el dólar tendría que mantenerse en su nivel actual para seguir creando el gran déficit comercial y las consiguientes entradas de capital.
El valor del dólar, guiado por la fuga hacia esa divisa derivada de la crisis del resto del mundo desarrollado, es lo que fija la tasa de ahorro y el déficit externo.
A ese déficit se ajusta la entrada de capitales financieros, o sea la toma de  ahorros del resto del mundo, familias y gobiernos.

Parece lejano el momento en que la combinación de grandes déficits fiscales futuros y eventual menor disposición de los extranjeros a comprar valores de los EE.UU.  provoque una baja del dólar y un aumento del costo del dinero para el financiamiento de la economía de los EE.UU. Sencillamente por falta de alternativas.

Seguro, liquidez y conocimiento; quizás sea un concepto, antes que astrofísico y absoluto, sencillamente relativo. No es que la economía de los EE.UU. esté bien, es que las demás están mucho peor.


*Economista. Observatorio Económico


2 comentarios:

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