Por Roberto Navarro*
(para La Tecl@ Eñe)
Por sus consecuencias presentes y futuras, por su incidencia en la
evolución del aparato productivo y en la vida cotidiana de los argentinos,
porque los más prestigiosos analistas económicos internacionales afirman que el
mundo ya comienza a dividirse entre los países que cuentan con energía y
alimentos y los que no los tienen, la decisión de declarar de interés público
la explotación de hidrocarburos y de expropiar YPF es la acción económica más
importante de la gestión kirchnerista.
Un informe del 17 de diciembre de 2011 de la Secretaría de Energía de
Estados Unidos afirma que “cuando se supere al actual crisis económica
financiera internacional, el precio de equilibrio del barril de petróleo será
de 203 dólares”. El 12 de febrero último la OPEP predijo que en 2013 el precio
del barril llegará a 233 dólares. Con eso precios los países con capacidad
exportadora de hidrocarburos estarán de fiesta; los que tengan que importar se
encontrarán con un obstáculo insalvable para la evolución de su aparato
productivo.
Más allá del coraje de la decisión las opciones no eran muchas. Agotadas
las negociaciones con Repsol para que recapitalizara la empresa, de no tomarse
una decisión, el país se encaminaba hacia una situación crítica en materia
energética y macroeconómica. Según un informe de la Secretaría de Política
Económica, “para sostener el actual ritmo de producción agropecuaria e
industrial y el consumo ciudadano, Argentina debía importar en 2013 una
cantidad de hidrocarburos que iba a resultar en un importante déficit
comercial”. Así, la falta de divisas hubiese terminado en una disparada del
dólar con crisis financiera incluida, como las que vimos varias veces en las
últimas décadas.
Según la secretaría manejada por
Axel Kicillof, desde 2003 el campo incrementó su consumo de hidrocarburos en un
76 por ciento; la industria, en un 110 por ciento y el consumo ciudadano creció
un 182 por ciento. En ese periodo YPF disminuyó su producción de petróleo en un
28 por ciento y la de gas en un 37 por ciento. Aún con la actual desaceleración
económica, la curva trazada por Kicillof presagiaba un cuello de botella
insostenible.
Una de las claves que llevó a Cristina de Kirchner a recuperar el control
de YPF es la existencia de importantes recursos de gas y petróleo en
reservorios no convencionales en la cuenca neuquina y, en particular, en la
formación geológica Vaca Muerta. La Presidenta estuvo en 2010 en el acto de YPF
donde se conocieron las primeras estimaciones de lo que hasta ese momento era
inimaginable: la potencialidad de lo que se llama «shaile oil» y «shaile gas». Un
estudio del Departamento de Energía de Estados Unidos ubicó a la Argentina como
el tercer país del mundo con recursos potenciales de gas no convencional, detrás
de China y muy cerca de Estados Unidos. China suma 1275 trillones de pies
cúbicos; los Estados Unidos, 862 trillones, y Argentina, 774. Los recursos
argentinos, a precio de hoy, suman 278 mil millones de dólares, siete veces las
reservas del Banco Central. Convertidas en reservas alcanzan para 120 años de
consumo local.
*Periodista económico.
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